Biodiversidad

Mayor rentabilidad con nuevas variedades de rosa

El cultivo de rosa –la reina de las flores– se ha consolidado a través de los años. El productor ha tenido la necesidad de modernizar su actividad para responder a un consumidor cada vez más exigente, por ello está obligado a conseguir variedades que garanticen mayor tiempo de vida.

El floricultor pierde rentabilidad cuando no invierte en nuevas variedades, asegura Gustavo Íñiguez, director técnico corporativo en rosas de Visaflor.

La floricultura puede ser buen negocio para todos, pero necesitamos que el pequeño productor se convenza de que puede tener mayor productividad con nuevas variedades y vender a mejor precio.

En entrevista con 2000Agro, el especialista precisa que para establecer un invernadero de cultivo de rosa en una hectárea (ha) se requiere una inversión de entre 300 y 350 mil dólares. La vida promedio de esta infraestructura es de 20 años.

Comenta que si se utilizan plantas locales el costo se reduce a la mitad, unos 170 mil dólares, ya que cada una tendrá un costo de 40 o 60 centavos de dólar, mientras que quienes compran variedades del exterior pagarán 220 pesos.

Empero, el usar una nueva variedad –agrega– permite producir de un millón a un millón 100 plantas por ha, mientras que las utilizadas por la mayoría de floricultores producen 800 o 700 mil plantas, ya que están llenas de enfermedades, no las injertaron bien o el patrón que usaron era de muy baja productividad.

Haciendo cuentas –afirma Gustavo Íñiguez– en dos o tres cosechas se puede sacar el valor de la nueva variedad, por lo que se trata de convencer a los pequeños productores de las bondades de esto.

Detalla que generalmente en cada ha de rosa de invernadero se cultivan alrededor de 80 mil plantas –cada una produce en promedio doce flores al año–, con una producción de 960 mil flores por año.

En una ha de rosas se puede obtener de 140 a 200 mil dólares por año; los costos de producción son altos, alrededor de 130 mil dólares, incluyendo gastos de ventas y administración. El directivo subraya que el cultivo de rosas puede ser un buen negocio si se logra obtener 160 mil dólares de las ventas por cada ha, ya sea en el mercado nacional o de exportación.

Para los pequeños productores –remarca– es un “negociazo”, ya que no compran variedades, sus gastos son mínimos, porque van directamente al mercado. Además reciben asesoría barata, no pagan seguro ni impuestos. Ejemplifica: si obtuvieran 150 mil por ha, su ganancia sería de 15 mil pesos al año.

El especialista expone que si un productor quiere cambiar una variedad necesita tener un stock, porque no sabes qué va a pasar con esa variedad en el mercado, puede durar dos o diez años. Pero para que sea negocio necesita por lo menos un margen de siete años.

El futuro para México

Las perspectivas para México son buenas en el cultivo de la rosa por el crecimiento que ha tenido. Hace cinco años había 180 hectáreas –cien eran del Grupo Visaflor– y ahora hay 450. La empresa espera crecer este año de cinco a seis hectáreas.

Sobre el futuro de esta actividad, Gustavo Íñiguez refiere que la gente consume cada vez más rosas. Recuerda que hace 17 años fue difícil, ya que la rosa de invernadero no tenía aceptación porque su precio era mayor que el de aquella que se cultivaba a cielo abierto, principalmente en Morelos.

“Dura más a la intemperie, tiene resistencia, sus tallos son duros. Nuestra rosa no la aceptaban; fue una labor de cinco años”, dice el especialista. Agrega que a veces se quedaban con 30 por ciento de su producto.

La gente no conocía las flores de invernadero, pero después comenzó a demandarlas y continuará creciendo el consumo per cápita, que ahora se estima en cuatro a cinco rosas por persona.

Actualmente se encuentran en el mercado alrededor de 60 variedades. La de mayor demanda es la rosa roja, con 70 por ciento; rosa, con 10; blanca; con 15; amarilla, con 5 por ciento, y otras variedades, el resto.

El consumidor final es quien está cambiando el mercado porque es cada vez más exigente; cuando conoce una variedad la identifica, y si lo convence, luego la demanda.

La producción de rosas va a cambiar –augura Gustavo Íñiguez–, tiene futuro, pero necesitamos hacer bien las cosas, no nada más decir me dedico a la floricultura y ya.

Producción de rosas en el mundo

La rosa, originaría de China, fue llevada a Europa, donde comenzó a desarrollarse.

Los principales países productores de rosas en invernadero son Holanda, con 800 has; Colombia, con 850, y Ecuador, con mil 650 (hace seis años tenía 250).

En México se calcula que hay 450 has, de las cuales 90 por ciento se concentra en el Estado de México; el 10 por ciento restante se reparte en Aguascalientes, Guanajuato, Baja California y Jalisco.

En Latinoamérica, Ecuador tuvo un fuerte desarrollo en los últimos cinco años y ocupa el número uno en calidad de rosas, sitio que antes perteneció a Colombia.

México puede producir la misma calidad que Ecuador. Colombia produce aproximadamente 800 mil tallos por ha/año; Ecuador, de 400 mil a 500 mil, y México de 900 mil a un millón (para igualar esa calidad se tendría que ubicar en 900 mil tallos); Holanda produce hasta dos millones de tallos por ha, pero con el sistema de hidroponía.

Kenia y Zimbabwe son productores de rosa, normalmente tienen que exportar toda su producción a Europa. Entre los dos países tienen mil 500 has y su productividad es de un millón 100 mil por ha.

Ecuador exporta 98 por ciento de sus flores, porque no cuenta con mercado nacional. Sus exportaciones hacia Estados Unidos representan 60 y 35 por ciento a la Unión Europea; Colombia envía con 70 por ciento a EU y 30 por ciento a Europa.

México tiene 65 por ciento de mercado nacional y 35 por ciento exportación (85 por ciento lo vende a Estados Unidos y 15 por ciento a Europa y Canadá).

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