Biodiversidad

El oso negro, el de mayor capacidad para coexistir con los humanos

Al oso negro americano se le cita de manera constante en la mitología de muchos pueblos del mundo y, por lo tanto, ha sido venerado y respetado, pues se cree que posee un espíritu poderoso y mágico.

Por desgracia, desde el periodo colonial en América, el oso negro fue objeto de una cruel e intensa cacería, lo cual originó la destrucción y degradación de su hábitat. Además, el tráfico ilegal de diversas partes de su cuerpo lo han colocado como una especie en peligro de extinción.

Aunque ha crecido el interés por esta especie, los proyectos de investigación han sido pocos y aislados y hasta el momento no se cuenta con información precisa y detallada acerca de la situación de sus poblaciones en el territorio nacional.

Por lo anterior, el Instituto Nacional de Ecología (INE) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) crearon el Subcomité Técnico Consultivo para la Protección, Conservación y Recuperación del Oso Negro, cuya tarea principal consiste en diseñar una estrategia nacional para la protección, conservación y recuperación de dicho animal en México.

En este sentido, se han reintroducido ejemplares en aquellos sitios donde ha desaparecido la especie, se han repoblado algunas zonas donde disminuyó la población y donde se encontraba por debajo de límites viables.

De las especies de úrsidos, el oso negro es el que tiene mayor capacidad para vivir en proximidad con los humanos y a pesar de la intensa cacería y de la destrucción de su hábitat, ha logrado subsistir en gran parte de su área de distribución. La familia ursidae está integrada por siete especies que habitan en una gran cantidad de ambientes alrededor de todo el mundo, con excepción de Australia y la Antártida.

Diversos tipos de osos

Las siete especies son: el oso plateado, gris o grizzly, que se distribuye en Asia, Europa y Norteamérica; el oso polar, que se encuentra en la región ártica del norte de Rusia, Noruega, Groenlandia, Estados Unidos y Canadá; el oso negro asiático, que habita a lo largo del sureste de Asia, incluyendo Pakistán, Afganistán, el norte de la India, China, Rusia, Corea, Taiwán y Japón; el oso de rostro corto de Sudamérica, cuyas poblaciones se distribuyen únicamente en América del Sur; el perezoso de Asia, que se encuentra dentro de los bosques de Sri Lanka, India, Bután, Nepal y Bangladesh; el oso del sol o malayo, cuyo hábitat se ubica en los bosques del noreste de la India, sureste de China, Indochina, Sumatra y Borneo, y el oso negro americano, cuyas poblaciones se encuentran exclusivamente en Norteamérica.

El oso negro americano habita en zonas templadas y frías y su área de distribución abarca desde el límite de la vegetación boreal al norte de Alaska, todas las provincias y territorios de Canadá, excepto la isla Prince Edward, y 32 estados de Estados Unidos, hasta la región central de la República Mexicana.

En otros tiempos, el área de distribución del oso negro se extendía más al sur que en la actualidad, abarcando los bosques templados de la Sierra Madre Oriental, Occidental y las sierras adyacentes. También incluía las regiones montañosas del noreste de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León y Durango, extendiéndose al sur hasta Zacatecas.

La cacería furtiva y las modificaciones y reducción de su hábitat mermaron las poblaciones de esta especie y redujeron su área original en 80 por ciento, por lo que actualmente sólo se le encuentra en el norte del país. Las poblaciones de esta especie se distribuyen en las zonas montañosas, principalmente en las cañadas y cumbres cubiertas por bosques de pino y encino, por ser estos en lugares donde encuentran alimento y refugio. Durante la primavera y el verano también se les puede encontrar en los pastizales áridos que se extienden al pie de las sierras.

Un carnívoro de gran tamaño

De cuerpo robusto, cola corta y orejas pequeñas y redondas, el oso negro es uno de los carnívoros de mayor tamaño que existen en México. De acuerdo con la localidad geográfica y la disponibilidad de alimento, el peso corporal oscila entre 90 y 216 kilogramos; las hembras son aproximadamente 20 por ciento más pequeñas que los machos. El oso más grande registrado hasta la fecha pesó 365 kilogramos y fue encontrado en el Parque Nacional Riding Mountain en Canadá.

Los osos negros son más ágiles de lo que aparentan, ya que en distancias cortas logran alcanzar velocidades de hasta 40 kilómetros por hora y además son excelentes trepadores. Poseen tres sentidos altamente desarrollados: la vista, el oído y el olfato, este último ha sido comparado con el de los sabuesos.

Esta especie es polígama y alcanza su madurez sexual entre los tres y cinco años de edad y la época reproductiva abarca algunos días durante el verano. En climas cálidos el celo ocurre entre los meses de mayo y junio y en los lugares más fríos en los meses de julio y agosto. El estro dura dos o tres semanas, durante las cuales las hembras andan con varios machos y el periodo de ovulación dura tan sólo dos días.

La máxima edad registrada para un oso negro silvestre es la de un ejemplar cazado en los bosques de Nueva York, Estados Unidos, que se calculó en 41 años. Sin embargo, lo usual es que no vivan más de 20 años. Durante el invierno hay poca comida y las condiciones climáticas son muy adversas, por lo que para evitar la escasez de alimento durante esta época, los osos duermen dentro de sus madrigueras. Para ello, desde fines del verano y durante todo el otoño, se dedican a ingerir alimentos en mayor cantidad y ricos en grasas y carbohidratos, lo que les hace aumentar significativamente sus reservas de grasa, esto les  permite sobrevivir durante el sueño invernal.

Algunos no hibernan

Se ha difundido la hipótesis de que la fecha en que comienza la hibernación, así como su duración, varían dependiendo de las condiciones climáticas y de la disponibilidad de alimento. Algunos estudiosos sugieren que el estímulo para que ocurra la hibernación es la duración del fotoperiodo y que, por lo tanto, ésta también varía de acuerdo con la latitud.

El periodo de hibernación varía desde siete meses en Alaska, seis meses en Idaho y Minnesota, de cuatro a cinco meses en Montana, Washington y la región central de Arizona y de dos a tres meses en Carolina del Norte, Arkansas y California. En las más altas montañas de México, los osos permanecen hibernando, por lo menos, durante diciembre, enero y febrero. Sin embargo, los osos que habitan en las partes más bajas de las sierras duermen por periodos más cortos.

Se sabe que algunos osos negros de las regiones subtropicales de Florida, Estados Unidos, no hibernan, lo cual sucede también con los osos negros que habitan en las partes más bajas y cálidas de las sierras del norte de México.

Aunque esta especie pertenece al orden de los carnívoros, sus hábitos alimenticios lo sitúan como un animal frugívoro-omnívoro, ya que se alimenta de prácticamente todo tipo de materia comestible, dependiendo de la época del año. La dieta del oso negro está básicamente constituida en un 75 por ciento por materia vegetal que incluye bayas, flores, hierbas, tubérculos y raíces, así como frutos secos. El 25 por ciento restante lo constituye materia de origen animal como carroña, peces, insectos, miel y pequeños mamíferos como ardillas y marmotas.

Durante el otoño, el invierno y la primavera, las bellotas, los frutos de la manzanita y los madroños son su principal alimento, mientras que a finales de la primavera, el verano y principios del otoño, los frutos de diversas plantas como los nopales y alimentos de origen animal como insectos (especialmente hormigas), pequeños roedores y peces, conforman la mayor parte de su dieta. Las bayas silvestres, los pastos, las nueces, los renuevos tiernos y las hojas suculentas de diversas plantas como el sotol y la yuca, así como la miel, los huevos de algunas aves, la carroña e incluso la carne de animales medianos y grandes que ocasionalmente logran matar –borregos, chivos, cervatos o becerros– constituyen otros elementos de su dieta.

La fragmentación y destrucción del hábitat es un factor determinante en la sobrevivencia del oso negro y por su bajo potencial reproductivo –el más bajo reportado para todas las especies de mamíferos–, las poblaciones de esta especie son muy susceptibles a la cacería excesiva.

A causa de lo anterior el oso negro está considerado por la Norma Oficial Mexicana NOM-059-ECOL-1994 en peligro de extinción. La formación del grupo técnico operativo, que está constituido por el sector gubernamental, investigadores, productores, manejadores de fauna y organizaciones no gubernamentales, tiene como principal objetivo favorecer la recuperación, conservación y manejo del oso negro en condiciones de libertad.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO