Biodiversidad

Bosque de Mangle: las raíces que luchan contra la degradación de un ecosistema

El manglar es uno de los ecosistemas más olvidados en el mundo a pesar de que su recuperación podría colaborar con la mitigación del cambio climático y como escudo ante los fenómenos meteorológicos

Texto y fotos: Alejandra Crail (enviada)

Tapachula, Chiapas (México).— En este terreno cada paso que das te lleva a lugares más profundos, ocultos e inesperados. Ese canal de agua que ya has recorrido en una delgada e inestable lancha, mediante la cual has pasado por debajo de arcos naturales de plantas, rodeándote de hermosos árboles de mangle, verdes y sanos, ahora se ve lejano. Eso que viste con aparente majestuosidad no se acerca ni un poco a la realidad, la verdad es que el manglar como ecosistema se está acabando.

Los manglares son bosques que crecen en la desembocadura de ríos, lagunas y esteros, en esos rincones en donde se mezclan el agua dulce y el agua salada del mar. Estos bosques están conformados por árboles de uno a 36 metros de altura y muy tolerantes a la sal.

A pesar de la importancia de este bioma, su extensión a escala global se ha reducido notablemente, se estima que en las últimas dos décadas se perdieron aproximadamente 35 por ciento de los manglares del mundo (este dato corresponde a la publicación Mangrove Forest del año 2001).

El ecosistema olvidado

Cien metros detrás de la línea costera del manglar se acaba la magia. A partir de este perímetro la degradación es visible y desalentadora. Los pobladores de la comunidad Conquista Campesina en Chiapas dicen que no ha llovido en semanas.

Los árboles de mangle que se alimentaban de los canales de agua no son más que raíces secas que aún se aferran al suelo, y su fuente de vida no es más que ligeros encharcamientos en el terreno lodoso. En condiciones como la de este manglar chiapaneco se encuentran la mayoría del ecosistema en México.

Javier Rojas, ecólogo costero de Pronatura Sur, aseguró que los manglares representan uno de los ecosistemas más olvidados del país a pesar de que simbolizan 5 por ciento de la cobertura forestal nacional y resaltó que desgraciadamente” se invierten más recursos y esfuerzos para otras causas dejando a un lado los beneficios que el rescate de este ecosistema traería a México y el mundo.

México ocupa el quinto lugar entre los países con mayor superficie de manglar y sólo después de Colombia, a escala mundial, es el país en donde el manglar está en peligro de desaparecer.

De acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), este ecosistema existe en 17 estados del país y representa una superficie total de 770 mil 57 hectáreas. Sin embargo, a pesar de que más de la mitad de los manglares se encuentran dentro de Áreas Naturales Protegidas, 80 por ciento de este territorio está degradado; el resto tiene afectaciones severas.

El paraíso biológico y sus beneficios ambientales

En teoría, los manglares ocupan un lugar privilegiado por la riqueza natural que encierran y los servicios ambientales que prestan. En realidad, no se ha intentado trabajarlos de manera sustentable, aprovechando sus beneficios y cuidando la biodiversidad que generan.

Además de ser un paraíso biológico que alberga gran diversidad de aves acuáticas residentes y migratorias, animales como el jaguar y el mono araña e incluso cocodrilos y caimanes, tiene como función absorber —como una esponja— el agua que cae durante la temporada de lluvias; los manglares son un escudo ante las inundaciones y los daños provocados por los huracanes.

Curiosamente los daños provocados por huracanes y ciclones son diez veces más costosos en sitios donde el manglar ha sido destruido.

Menos cangrejos, más retroceso

Natalia Blancas Gallangos, bióloga de Pronatura, aseguró que la presencia de cangrejos es símbolo de que un manglar está en buenas condiciones, pues ofrece a los animales lo necesario para vivir.

Desgraciadamente la tala inmoderada y el cambio de uso de suelo han abierto paso a actividades que contribuyen a la degradación del ecosistema. Los cangrejos cada vez son menos en estas tierras.

La bióloga resaltó que la ignorancia es un factor clave en la destrucción del bosque de mangle, “pocos conocen los beneficios que nos ofrece y, por lo mismo, pocos se esfuerzan en su conservación”.

En este sentido, Rosa María Vidal, directora adjunta de Pronatura México, recalcó que los beneficios de este tipo de bosque son más amplios que otros, sobre todo como herramienta para el combate del cambio climático.

Según Vidal, el bosque de mangle es capaz de absorber 27.56 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año. Una hectárea de manglar captura hasta cuatro veces más carbono que una selva tropical.

Un millón de árboles de mangle: la unión de la sociedad civil con la iniciativa privada

Ellos caminan en el fango, en sus pies tan sólo unas calcetas; el lodo hasta las rodillas, una pala en la mano y una gorra que apenas ameniza el sol de la mañana. Son largas horas de trabajo, la jornada empieza a las 06:00 horas y termina pasando el mediodía. El quehacer no es fácil, pero el compromiso es vasto.

Son 33 personas en total quienes trabajan todos los días para reforestar la zona de manglares de Chiapas y Oaxaca como parte del proyecto de sustentabilidad “Repoblación de Manglares en Chiapas y Oaxaca” realizado por la marca de agua Bonafont en colaboración con Pronatura Sur.

El proyecto, resultado de la unión de la sociedad civil con la iniciativa privada y que se lleva a cabo en las comunidades chiapanecas Conquista Campesina y La Encrucijada, así como en Mar Muerto, Oaxaca, es uno de los esfuerzos más importantes que México está viendo en la reforestación de este ecosistema.

La meta es repoblar 600 hectáreas de manglar y lograr al final del proyecto tres millones de árboles de mangle restaurados. Actualmente, entre las tres comunidades se ha logrado el primer millón.

La aguja en el manglar

Chiapas y Oaxaca representan tan sólo 7.6 por ciento de los manglares mexicanos, por lo que el esfuerzo realizado por Pronatura Sur y Bonafont debe ser considerado como parteaguas para abarcar todo el universo de este ecosistema a lo largo del territorio nacional.

Hace 13 años, el Instituto Nacional de Ecología calculó que en el ámbito nacional se pierden 2.5 por ciento de los manglares al año, bajo esta premisa se estima que para 2025 tendremos sólo la mitad de los manglares que en el año 2000 se tenían.

Natalia Blancas dijo comprender que se reforesten otros ecosistemas por la facilidad de manejo del terreno, “llevas tu plantita, la siembras y esperas a que se desarrolle, con el mangle no es así, el terreno es fangoso, difícil y necesita tiempo”; sin embargo, enfatizó que si esos esfuerzos se dirigieran o se compartieran en mayor medida con el manglar, los beneficios para todos serían aún mayores.

Teorema Ambiental

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