- 99 % considera grave o muy grave la escasez de agua en México y el mundo, 94 % en su estado y 78 % en su colonia
Teorema Ambiental/Redacción
La escasez de agua es uno de los desafíos más significativos del siglo XXI. En México, las sequías, la escasez de lluvias y las temperaturas extremadamente altas evidencian la urgencia de abordar este problema. El estudio “Cultura hídrica en México: percepciones sobre la crisis y manejo del agua” del Centro de Opinión Pública de la Universidad Tecnológica de México (Unitec) explora las opiniones sobre esta problemática, y las acciones para el manejo y cuidado del agua.
Escasez de agua
Existe un amplio consenso sobre la gravedad de la crisis hídrica: 99 por ciento considera que la escasez de agua en México y en el mundo es grave o muy grave. El 94 por ciento atribuye el mismo nivel de gravedad en su entidad, y el 78 por ciento en su colonia. Entre las principales causas de la escasez de agua a escala mundial se mencionan la deforestación o pérdida de áreas verdes (64 %), la contaminación de ríos y manantiales (62 %) y el cambio climático (60 %).
En México, las causas más citadas son la contaminación de ríos y manantiales (61 %), la deforestación (59 %) y el desperdicio de agua (50 %). Y los problemas más graves derivados de la crisis hídrica en el país incluyen altas temperaturas (98 %), contaminación de mares y ríos (98 %), sequías prolongadas (97 %) e incendios forestales (97 %).
En el contexto de las altas temperaturas que afectaron amplias zonas del país durante varias semanas, escuchamos el término “Día Cero”, refiriéndose a un momento hipotético en que no habría suficiente agua para abastecer a la población. Uno de cada dos ha escuchado este término; de estos, el 22 por ciento opina que ya estamos en ese momento, el 23 por ciento cree que ocurrirá en menos de un año, el 31 por ciento estima que sucederá entre dos y cinco años, y el 12 por ciento piensa que tardará más de cinco años.
El concepto de “huella hídrica” (el volumen total de agua dulce usado para producir bienes y servicios) si bien es conocido por tres de cada diez personas, el 16 por ciento solo lo ha escuchado, pero no sabe qué significa, el 58 por ciento sabe qué es y únicamente el 26 por ciento podría explicarlo. El 86 por ciento considera importante su huella hídrica personal en las actividades cotidianas y para reducirla, el 22 por ciento ha disminuido el consumo de agua en la higiene personal, el 20 por ciento ha reducido el consumo de productos empaquetados y el 19 por ciento ha reducido el consumo de energía.
Cuidado del agua
El cuidado del agua en la vida cotidiana es relevante para muchos. Siete de cada diez personas han reflexionado sobre la cantidad de agua necesaria para producir los artículos que utilizan (alimentos, ropa, cosméticos, bebidas, etc.). El 95 por ciento se siente preocupado o muy preocupado por el consumo de agua en la producción de carne y leche, así como en actividades cotidianas como ducharse o usar el inodoro. Para reducir el impacto de su huella hídrica, el 86 por ciento estaría dispuesto a reducir su tiempo en la ducha, el 84 por ciento a disminuir su consumo de carne y el 51 por ciento a reducir el consumo de leche.
La mayoría realiza actividades cotidianas al cuidar el agua en sus hogares: el 87 por ciento lo hace al lavarse los dientes, el 86 por ciento en el aseo del hogar, el 79 por ciento al ducharse y el 77 por ciento al lavar la ropa. Además, el 72 por ciento raciona el agua para actividades diarias y el 68 por ciento la reutiliza o recicla. Un número significativo ha implementado medidas que requieren mayores recursos, como la instalación de dispositivos de ahorro de agua (36 %), el mantenimiento de tuberías (30 %) y la captación de agua de lluvia (27 %).
Acceso y calidad del agua
El principal acceso al agua en los hogares proviene de proveedores privados a través de la compra de garrafones (75 %), seguido del agua del grifo (11 %), filtro de agua (11 %) y botellas de agua (3 %). La mayoría gasta hasta 250 pesos mensuales en botellas de agua (63 %), garrafones (57 %) y filtros de agua (27 %). El gasto mensual superior a 500 pesos es más común al adquirir el garrafón (36 %), 17 por ciento gasta esa cantidad por botellas de agua y filtro de agua (11 %).
Cuando la calidad del agua en la vivienda es deficiente, los gastos en garrafones aumentan: el 61 por ciento de quienes consideran la calidad del agua como “muy mala” gastan más de 250 pesos, en comparación con el 49 por ciento de quienes la consideran “mala” y el 35 por ciento de quienes la consideran “regular”.
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