Se labora con jóvenes universitarios para difundir en círculos profesionales, estudiantiles y en las propias comunidades mayas la conciencia de lo que es esta red subterránea
Teorema Ambiental/Redacción
Ciudad de México, 11 de mayo de 2020.— El Gran Acuífero Maya, conformado por una vasta red de pasajes subterráneos inundados que abastecen desde hace milenios a los ecosistemas y los pobladores de la península de Yucatán, es un laboratorio natural para las ciencias y, a la vez, un motivo de primer orden para la difusión del patrimonio natural y cultural de esta región.
Por ello, la arqueóloga Ana Katalina Celis, responsable de Investigación en el GAM del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), encabezó una conferencia virtual donde mostró cómo desde esta iniciativa se labora con jóvenes universitarios para difundir en círculos profesionales, estudiantiles y en las propias comunidades mayas la conciencia de lo que es y representa la red subterránea que integra al acuífero.
La maestra en Ciencias en Oceanografía Costera señaló que lo que se conoce del acuífero son los cenotes, que representan un polo de atracción turística en los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Sin embargo, más allá de su valor turístico y económico, los cenotes son en realidad los accesos a una red subterránea que capta rápidamente el agua pluvial, gracias al suelo kárstico de la península de Yucatán, la cual almacena para proveer, así, los más elementales recursos a los ecosistemas selváticos, de mangle o de esteros que caracterizan a estas tres entidades de México.
El hecho de que albergue importantes contextos arqueológicos y paleontológicos, los cuales son investigados por el INAH, acrecienta su valor patrimonial.
Además, está la necesidad de que el acuífero sea conocido y preservado, por lo que el Proyecto GAM mantiene activas sus Brigadas Universitarias con estudiantes de centros académicos como la Universidad del Caribe, en Cancún, Quintana Roo; la Unidad Académica Yucatán de la UNAM, en Sisal, o bien el Instituto Tecnológico Superior de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.
En estos equipos participan jóvenes de diversos intereses académicos: la ingeniería, el desarrollo de empresas turísticas, la biología y la sustentabilidad, quienes hermanan sus proyectos de tesis con las tareas de difusión del GAM, mediante la interacción con el grupo de expertos que integran el proyecto, entre ellos, el arqueólogo Guillermo de Anda, el biólogo Arturo Bayona y el antropólogo Julio Moure.
Voluntariamente, las Brigadas Universitarias del GAM llevan a cabo sesiones sabatinas de trabajo de campo, enfocadas, por ejemplo, en el monitoreo ambiental de las comunidades urbanas y rurales, de las cuales son originarios los estudiantes; o bien, de cuerpos de agua como los cenotes a cielo abierto que existen en estas geografías.
Asimismo, se brinda capacitación constante a los brigadistas, muchos de ellos hablantes mayas, para que conozcan de primera mano la vastedad del patrimonio biocultural del acuífero, mediante visitas a cuevas subterráneas y otros ecosistemas, con el fin de que la difundan entre la población de la península, desde niños en edad escolar hasta adultos.
“Si bien muchos de estos estudiantes no terminarán dedicándose a la investigación, al trabajo de campo, todos ellos son impactados por una experiencia educativa, sumamente empírica, la cual buscamos fomentar desde el Proyecto GAM. Y ellos, desde las diferentes ocupaciones que elijan, espero recuerden estas experiencias y las sumen a su actividad profesional y su desarrollo personal futuro”, concluyó la arqueóloga.