Los altos subsidios otorgados por años al abastecimiento de agua, así como el acceso a volúmenes ilimitados y a costos sumamente bajos del vital líquido, se tradujeron en limitaciones financieras y en problemas de abastecimiento de agua.
Ante ese panorama, y tras las restricciones presupuestales, los niveles históricos de subsidio a este sector dejaron de ser sostenibles y el agua se transformó en un bien económico.
La Comisión de Aguas del Distrito Federal (CADF) se dio a la tarea de buscar soluciones al problema de distribución y administración del agua e inició la reestructuración de su esquema de operación.
La problemática en el manejo del agua radica principalmente en el descuido de las políticas de conservación en la planeación del sector; los graves problemas financieros asociados a las tarifas y recaudación, y la difícil y a menudo inadecuada forma de obtener al agua de buena calidad que afecta sobre todo a las zonas marginadas.
En 1992, la CADF convocó a una licitación pública internacional para administrar los recursos hidráulicos bajo el modelo de prestación de servicios. Los resultados de ese concurso derivaron en la adjudicación de cuatro zonas de la ciudad de México a cuatro consorcios nacionales asociados a empresas extranjeras.
La experiencia de las compañías seleccionadas servirá para revertir, al cabo de los años, las tendencias de sobreexplotación del acuífero y déficit financiero. El contrato con cada uno de los consorcios, el cual tiene una vigencia de diez años, consistió en la prestación de servicios de agua potable, drenaje y agua residual tratada para los usuarios de la capital del país.
Tecnología y Servicios de Agua (Asim Tecsa) fue una de las cuatro compañías seleccionadas para firmar un contrato con la CADF, el cual la compromete a prestar servicios de mantenimiento, distribución y administración de los recursos hidráulicos.
Al respecto, la directora general de operaciones de Asim Tecsa, Cathy Feray, argumentó a Teorema que la relación entre la CADF y la compañía a la que representa no es una privatización, sino únicamente la prestación de servicios, lo cual no incluye un programa de inversiones. La empresa cobra en función de la labor cumplida y encomendada por la CADF.
Asim Tecsa es resultado de una alianza estratégica entre el grupo francés Suez Lyonnaise des Eaux y el consorcio mexicano Grupo BAL. Suez Lyonnaise des Eaux, a quien corresponde 49 por ciento de la alianza, es uno de los líderes mundiales en servicios urbanos, está presente en más de 120 países. Sus actividades corresponden a las necesidades fundamentales del hombre: energía, agua, residuos sólidos y comunicación.
Los atributos de Lyonnaise des Eaux y de sus socios locales, le han posibilitado participar exitosamente en la solución de los más diversos problemas relacionados con el manejo del agua.
Por su parte, Grupo BAL, con 51 por ciento de la asociación, es uno de los consorcios diversificados más importantes de México, con más de 22 mil empleados y cuenta entre sus empresas con Industrias Peñoles, El Palacio de Hierro, Grupo Nacional Provincial, Profuturo GNP y Valmex.
Peñoles, brazo industrial del Grupo BAL, es líder en minería, metalurgia no ferrosa y químicos industriales. Inició sus actividades en 1887, ha extendido sus funciones y se ha diversificado para asociarse con Suez Lyonnaise des Eaux y así crear Asim Tecsa.
La alianza Asim Tecsa combina muchos años de experiencia en el aprovechamiento racional de los recursos naturales y en el manejo delegado de los servicios públicos, para proponer soluciones a los problemas de agua potable, alcantarillado y saneamiento en México.
Contrato con la CADF
El contrato entre Asim Tecsa y la CADF se desarrolló en tres etapas fundamentales:
• Mediante un censo se registró a cada uno de los usuarios y se efectuó el levantamiento catastral de las redes de agua potable y drenaje, así como su inscripción en bancos de datos. Esta etapa comenzó en 1993 y concluyó tres años después.
• La segunda etapa corresponde a la parte comercial y a la instalación de medidores en cada una de las tomas registradas, lo cual además de permitir la medición del consumo de cada usuario brinda a cada familia la posibilidad de saber cuáles son los gastos de agua.
Esta etapa también incluye la elaboración y entrega de una boleta donde se indica la tarifa que deberá pagarse por el consumo registrado en el medidor, cobrar el precio de la boleta, enterar cada noche de la recaudación a la tesorería del Gobierno del Distrito Federal y atender a los usuarios por medio de agencia.
Además, con base en su boleta de consumo, el usuario tiene la posibilidad de acudir a las agencias comerciales y pedir explicaciones o levantar quejas por el servicio, así como solicitar reparaciones de fugas, cambio o instalación del medidor.
A partir de que inició la prestación de servicios a la CADF —aclaró Feray— Asim Tecsa elevó los niveles de facturación y transformó la cultura del consumo de agua.
• La tercera etapa —iniciada en 1998— continúa desarrollándose y consiste en mantener la eficiencia de la red secundaria de abastecimiento a las tomas domiciliarias.
El área de operación de Asim Tecsa corresponde a la parte sureste del Distrito Federal comprendida por las delegaciones Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac e Iztapalapa y es precisamente en estas demarcaciones donde la CADF cuenta con seis agencias comerciales de atención a clientes.
Cathy Feray explicó que Asim Tecsa tiene un área de operación de 616 kilómetros cuadrados, de los cuales sólo 30 por ciento (181 kilómetros) pertenecen a zona urbana donde habitan 2.8 millones de habitantes. El resto del territorio está clasificado como zona ecológica.
Asimismo, Feray indicó que esta región presenta el mayor índice de pobreza ya que 68 por ciento de sus habitantes tienen ingresos menores a los siete dólares por día, factor que ha contribuido a dificultar aún más la labor de recaudación.
Las características de la zona de operación de Asim Tecsa comprenden una red de agua de tres mil 825 kilómetros, un drenaje de tres mil 307 kilómetros, 316 mil tomas domiciliarias, una pérdida física del vital líquido de 46 por ciento y 318 mil medidores instalados.
Al iniciar el contrato se registraron 460 mil usuarios y ahora son 480 mil. También se cuenta con un centro de atención telefónica donde se pueden aclarar las dudas sobre el funcionamiento del medidor, el cobro de las boletas y la cantidad de agua que se recibe en las casas. Se calcula que actualmente el consumo promedio de agua por habitante es de cien litros por día.
La explicación del funcionamiento del medidor se complementó con la distribución de folletos didácticos y la colocación de carteles en las agencias comerciales de la CADF.
Rehabilitación de redes
La detección y reparación de redes de agua potable es otra de las funciones encomendadas por la CADF a Asim Tecsa.
La rehabilitación de redes dañadas consiste en el cambio de materiales por piezas nuevas más flexibles y que se adapten mejor a las características del terreno de la ciudad de México, la cual está situada en una zona sísmica con permanentes asentamientos que por consecuencia dañan las redes de agua potable.
Aunque ya se ha determinado que es mejor utilizar materiales más elásticos como los tubos de polietileno de alta densidad, la gran mayoría de las tuberías del Distrito Federal no han sido cambiadas y están hechas con materiales sumamente rígidos como cemento y fierro, los cuales son más propensos a sufrir fisuras que posteriormente se traducen en fugas de agua.
La rehabilitación de la red secundaria de agua potable es un sistema que posibilita la sustitución de tuberías de asbesto cemento PVC y FoFo bajo tierra sin abrir zanjas, reventando la tubería existente y sustituyéndola por tubos de polietileno de alta densidad. Se utiliza para la sustitución de tubos de agua potable que están en mal estado o que presentan fugas constantemente.
Este sistema permite cambiar los tubos en una tercera parte del tiempo que se requiere con el método tradicional. Se eliminan las interrupciones al tráfico vehicular y se causan menos molestias a los usuarios.
Al utilizar polietileno de alta densidad se mejora el flujo del agua debido a que la tubería plástica tiene una tersura similar a la del vidrio; por tanto, se eliminan pérdidas por fricción, lo que se traduce en un ahorro de energía.
Para la detección de fugas Asim Tecsa cuenta con novedosos aparatos que se colocan directamente en las tuberías del agua, mejor conocidos como prelocalizadores u «orejas» debido a que registran las ondas sonoras que producen las fugas de agua, para después vaciar la información en una computadora que registra el nivel de ruido. El sitio exacto de la fuga se localiza mediante la resonancia, lo que evita perforar en aquellos sitios donde no hay fuga.
Además existen cuadrillas de reparación perfectamente entrenadas para manejar este equipo y para detectar por medio del oído los sitios de fuga del líquido. El margen de error varía tan sólo entre 4 y 6 por ciento.
Con base en información proporcionada por Asim Tecsa se corroboró que de 1997 a octubre de 2000 se detectaron mediante este sistema siete mil cuatro fugas no visibles únicamente en la Delegación Iztapalapa. Asimismo, en esa jurisdicción se repararon en total diez mil 75 derrames durante el mismo periodo.
Sin embargo, en la administración de la demanda de agua potable en la ciudad de México persisten dos componentes esenciales: la conservación, para preservar las reservas disponibles, y la recuperación de costos.
Cathy Feray admitió que durante mucho tiempo en el Distrito Federal se dejó de darle mantenimiento preventivo a las redes de agua potable y lo que se realiza ahora es más bien un trabajo de corrección.
Las tendencias en el mundo entero —destacó Feray— son hacia la privatización, «cada vez es más complicado para la parte pública dar un manejo adecuado a la distribución y administración del agua potable. Es necesario pensar en inversiones».