Autoridades meteorológicas informaron que el fenómeno de “El Niño” ha endurecido las condicionas ambientales del país
CARACAS.— Abanicos, gorras y ventiladores se han convertido en compañeros inseparables de los caraqueños, que viven ahogados en el calor y con gran escasez de agua, en la mayor sequía registrada en Venezuela desde hace décadas.
En las últimas semanas, una capa blanquecina de humo tiñe la ciudad de Caracas: se trata de la calima, un fenómeno atmosférico que aparece por la alta incidencia de incendios forestales y la baja humedad, un claro síntoma de la fuerte y prolongada temporada seca que vive el país caribeño a causa de “El Niño”.
La niebla de humo y polvo que planea sobre la ciudad, situada en un valle a unos 800 metros de altura sobre el nivel del mar, impide que bajen las temperaturas, sobre todo en la noche, con máximas por encima de los 30 grados y mínimas alrededor de los 27, según datos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh).
“Sólo con la lluvia podrá eliminarse la calima”, dijo el presidente del Inameh, José Gregorio Sottolano.
Y no es que el calor sea algo nuevo en el clima tropical venezolano, pero el fenómeno “El Niño” ha endurecido las condiciones ambientales del país ocasionando una gran falta de lluvias y la peor sequía desde hace más de 50 años, según los expertos.
La falta de lluvia ha causado la sequía en la cuenca del río Caroní y ha agravado la dependencia energética del embalse del Guri, que está a poco menos de 14 metros de su punto de colapso.
Las previsiones meteorológicas son poco optimistas a corto plazo y no se prevé una mejora hasta mayo, cuando vuelva la temporada de lluvias tan escasas este año en la tropical tierra venezolana.
Fuente: ABC.es