Transporte

Transportarse en bici reduce hasta 1.5 millones de partículas de CO2

La contaminación del aire representa una serie de afectaciones que inciden en la evidente reducción de nuestra esperanza de vida

Teorema Ambiental/Redacción

El bienestar de la gente, el medio ambiente y la economía, dependen totalmente de la administración responsable de los recursos naturales. Sin embargo, la evidencia muestra que la gente está consumiendo más recursos de lo que el planeta puede proveer, y por tal motivo, muchos de los ecosistemas se encuentran en crisis o padeciendo cambios irreversibles, provocados por el alto crecimiento poblacional y los efectos negativos del desarrollo económico.

De acuerdo con un estudio hecho por la Universidad de Chicago, la contaminación del aire representa una serie de afectaciones que inciden en la evidente reducción de nuestra esperanza de vida, a tal grado, que son capaces de asegurar que si los niveles de polución atmosférica en un espacio como la Ciudad de México descendieran, los capitalinos gozarían de aproximadamente unos 124 días más de vida.

En tanto, si para el año 2050, según la ONU, los patrones de consumo y producción continúan siendo los mismos, al igual que los niveles de aumento de la población, la cual se prevé llegue a los 9.6 mil millones de habitantes, necesitaremos de tres planetas para mantener nuestras formas de vida y de consumo.

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Ante tan inminente declive urbano, existen opciones que nos demuestran que revertir los efectos de la contaminación en los espacios urbanos es posible, gracias a que coexistimos organizaciones decididas a promover un movimiento de pequeños esfuerzos colectivos que poco a poco logren instaurar acciones sostenibles que nos beneficien a todos.

Cada vez más ciudades en el mundo se han visto en la necesidad de adoptar esquemas de transporte alternativos; la imparable huella de carbono y los altos costos del combustible común han provocado que miles de personas alrededor del planeta rescaten o innoven vías de movilidad que por un lado no afecten a la economía, y por el otro, que no comprometan el medio ambiente.

El uso frecuente del vehículo desencadena afectaciones tanto a la atmósfera como a la salud. Un coche de gasolina con un consumo anual de cuatro mil 800 litros, emite diez mil 540.8 kg de CO2, lo cual equivale a necesitar 120 árboles que produzcan suficiente oxígeno para cubrir esas emisiones; y en una ciudad como la nuestra, donde además el tránsito es excesivo, la mejor opción siempre será alternar vías de movilidad, como el transporte público o las bicicletas.

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