Transporte

Rescate del transporte eléctrico, opción viable de movilidad en CDMX

El trolebús ha sufrido un recorte del 64 % pese a que permite la articulación de peatones y ciclistas mediante la regeneración de espacio público

José Luis Martínez

Organizaciones de la sociedad civil y el Sindicato Alianza de Tranviarios de México del Servicio de Transportes Eléctricos de la Ciudad de México, explicaron que el transporte eléctrico en la Ciudad de México ha sido prácticamente abandonado por la autoridad capitalina, cuando fue una de las redes más eficientes de transporte público en la segunda mitad del siglo pasado y actualmente cuenta con la infraestructura suficiente para ser una opción real de movilidad sustentable para todo el Valle de México.

Por ello, solicitaron a los congresos local y federal fondos por seis mil millones de pesos para el ejercicio 2019 del Presupuesto de Egresos, para reconstruir esta red de transporte, que es limpia, eficiente, silenciosa y que permite además opciones específicas de movilidad, como convivir con los ciclistas y contar con adecuaciones para trasportar personas con discapacidad y de la tercera edad. Además, de ser una forma de transporte segura, pues registra bajos índices de delincuencia.

En conferencia de prensa, señalaron que actualmente cerca del 80 por ciento del presupuesto público nacional se invierte en infraestructura que beneficia únicamente el uso del automóvil y que representa 23 por ciento de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI), principales causantes del calentamiento global, según cifras de El Poder del Consumidor dadas a conocer en el documento “Enfrentando el cambio climático mediante una movilidad eficiente y sustentable de 2018”.

Por ello, Greenpeace, El Poder del Consumidor, Bicitekas, AC, Transita Seguro, Cruce Colectivo y el Sindicato del Sistema de Transportes Eléctricos, formaron una coalición para adquirir nuevos autobuses eléctricos (que en la actualidad ya no requieren de estar conectados al cableado eléctrico), así como habilitar carriles confinados y acondicionar la red eléctrica con la que funcionaron 30 rutas de este medio de transporte en 1987, cuando comenzó el declive de este sistema, que sin embargo, es altamente eficiente.

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En un estudio de El Poder del Consumidor en 2018, sobre el corredor “Eje Central” en horas pico circulan 22 trolebuses por hora sin generar emisiones, dando un servicio hasta dos mil 200 pasajeros, contra dos mil 896 automóviles que emiten 504 kg de dióxido de carbono (CO2) por cada kilómetro recorrido en viajes con 1.5 personas o hasta 756 kg de CO2 para viajes con una sola persona.

“El primer paso es invertir en el transporte eléctrico ya existente, que incluye la red de trolebuses y tren ligero. El fortalecimiento de estas opciones contribuiría a reducir emisiones y es una opción para desalentar el uso del automóvil si se ofrece un servicio de alta calidad, con mayor oferta y una frecuencia de paso más ágil. También se deben crear las condiciones de intermodalidad para que los usuarios puedan alternar entre este sistema y otras ofertas de transporte público y el uso de medios alternativos, como la bicicleta”, señaló Carlos Samayoa, responsable de los temas de movilidad de Greenpeace México.

“El trolebús ha sufrido una amputación del 64 por ciento de su red operativa, lo que representa un estancamiento en los compromisos que México ha suscrito para enfrentar el cambio climático y una lenta aplicación del Objetivo 11.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030, que exige sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles. Para lograr lo anterior se requiere de una resignación de por lo menos seis mil millones de pesos de inversión federal y/o local que permitan la reactivación del sistema eléctrico trolebús de la Ciudad de México”, declaró Víctor Alvarado, coordinador de Movilidad y Cambio Climático en El Poder del Consumidor.

“La importancia de generar calles completas teniendo como punto focal una ruta de trolebús ha demostrado sus beneficios en la ya desmantelada Ruta D que daba servicio de San Andrés Tetepilco a Metro Mixcoac, que en su tramo Zapata a Mixcoac ofrecía un espacio compartido con usuarios de bicicleta, así como espacios de resguardo con jardineras, las cuales servían como espacios de protección a los peatones, que cruzaban el Eje 7 Sur. Es importante resaltar que los 37 operadores adscritos a este corredor recibieron un curso de sensibilización por parte de organizaciones de la sociedad civil, dando como resultado que durante la operación de dicho corredor no se presentó ningún incidente entre unidades del STE y peatones o ciclistas”, señaló Maytonce García, director del Colectivo Transita Seguro.

La red llegó a tener más de 557 kilómetros en 1987 en 30 líneas que circulaban por muchas de las vialidades principales de la ciudad. En la actualidad solo funciona en 203 kilómetros de la ciudad en ocho líneas. Sin embargo, a partir de 1998 se dejaron de comprar autobuses y actualmente hay más en reparación (340) que en circulación (258).

Sin embargo, existe la infraestructura suficiente, aseguraron los expertos, para que con una inversión menor, se pueda tener una mayor oferta en transporte limpio, que favorezca la intermodalidad de transportes.

Finalmente, aseguraron que ya en acercamientos con la próxima jefa de gobierno capitalina, Claudia Sheinbaum, se ha concertado la posible compra de 100 unidades nuevas, pero solicitaron un estudio para reinvertir en toda la red, que también necesita de modernización.

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