Transporte

AZCARM presenta amparo contra Tren Maya

El objetivo es conseguir la suspensión de las obras para la construcción del Tren Maya hasta que no se cuente con las autorizaciones de Manifestación de Impacto Ambiental

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 18 de diciembre de 2020.— El lunes 14 de diciembre el presidente de la Asociación de Zoológicos, Criaderos y Acuarios de México (AZCARM), Ernesto Zazueta, solicitó a un juzgado en Campeche el amparo y la protección de la justicia federal ante la falta de cumplimiento de las leyes ambientales para la obra del Tren Maya.

Con esta acción legal la AZCARM busca la suspensión de las obras para la construcción del Tren Maya hasta que no se cuente con las autorizaciones de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), de Cambio de Uso de Suelo en Terrenos Forestales (CUSTF) y el Informe Preventivo para las Especies de Vida Silvestre para todo el proyecto, pues estas obras implican una violación directa a nuestro derecho fundamental a un medio ambiente sano, hecho que provocará daños irreversibles y de imposible reparación en nuestro medio ambiente, biodiversidad y salud.

La construcción del Tren Maya sin las autorizaciones correspondientes infringe los preceptos ambientales contenidos en el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; el artículo 3 de la Convención Marco de las Nacionales Unidas sobre el Cambio Climático; artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; artículo 11 del Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y el artículo 9 del Convenio sobre Diversidad Biológica.

El Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) ha argumentado que la primera fase de construcción del proyecto es solo una “rehabilitación y mantenimiento de vía ferroviaria”, hecho que es falso porque de los aproximadamente mil 500 kilómetros que se pretende desarrollar, solo en el 18 por ciento hay vías existentes, el resto se debe construir desde cero.

Además, las vías existentes fueron construidas hace más de 100 años y su trazo y especificaciones no se ajustan a las necesidades de un tren moderno de pasajeros. Por lo que técnicamente es imposible usar lo existente.

De acuerdo con la página oficial del proyecto Tren Maya, la ruta que recorrerá cinco estados del sureste contempla 19 estaciones y 12 paraderos. Esto requiere de amplias extensiones de terrenos para la infraestructura de zonas para pasajeros, comercios y todos los servicios turísticos.

Los polos de desarrollo implicarán un profundo proceso de urbanización y la generación de múltiples actividades económicas. Y es que espera un tránsito de alrededor de 60 mil pasajeros al día y más de 18 millones de pasajeros al año que irán creciendo hasta llegar a 46 millones de turistas al año, lo que implicará tener una infraestructura titánica para atender a esta enorme cantidad de población flotante.

Zazueta explicó que la AZCARM presentó el amparo por las siguientes violaciones. En primera instancia, porque las autoridades responsables iniciaron las obras sin contar con las autorizaciones de Manifestación de Impacto Ambiental del trazo completo, y al ser un proyecto que pone en riesgo todo un ecosistema que alberga la biodiversidad más importante del país, no se puede exentar de presentar el procedimiento de evaluación de impacto ambiental que exige la legislación mexicana para todo el proyecto.

En segundo término, por la falta de autorizaciones de CUSTF, en razón de que la deforestación que pretenden realizar, 800 hectáreas solo para la primera fase, también constituye una violación directa al derecho de un ambiente sano.

Y en tercer lugar por la grave afectación a especies de vida silvestre que se pretende remover de su hábitat para realizar las obras del Tren Maya, especies que están protegidas por la NOM-059-SEMARNAT-2010, sin contar con las opiniones por parte de Dirección General de Vida Silvestre (DGVS).

“Los trabajos de construcción, los materiales que se utilizarán, la fragmentación del territorio, la kilométrica deforestación, la urbanización, el ruido y la contaminación que se generará con las obras y con la operación del Tren Maya son una grave amenaza para el jaguar y para muchas otras especies como: ocelotes, tapires, monos aulladores, monos arañas, manatíes, loros, cocodrilos, guacamayos, pava cojolita, hocofaisán, guajolote ocelado, puma, saraguato, jabalí de labios blancos, entre otras. Muchas de estas especies necesitan amplios territorios para poder reproducirse y desarrollarse de acuerdo a sus necesidades y esta región será fragmentada, aunque se cuente con supuestos pasos de fauna silvestre. La fauna que ahí habita es indispensable para mantener el equilibrio ecológico y un ambiente sano”, precisó el presidente de AZCARM.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO