Sostenibilidad Tendencias

Una muestra de soluciones sustentables

Mantener un equilibrio con el ambiente y llevar una vida sustentable utilizando diferentes recursos naturales y otros desechos que llamamos “basura” es lo que se enseña en el Centro para el Desarrollo Rural (Ceder) en Piedra Grande, Huixquilucan, Estado de México.
Adriana Estrada Pedraza

Este centro, que se ubica en un terreno de tres mil metros cuadrados en donde se desarrollan diversos talleres, tanto de construcción como de actividades de producción, fue fundado por el Grupo para Promover la Educación y el Desarrollo Sustentable, AC (Grupesadsac) hace 16 años.

“No queremos sólo hablar de soluciones a la gente sino enseñarles a ser autosuficientes con sus propios recursos que tienen en su entorno”, comentó Margarita Barney de Cruz, directora del Grupesadsac.

Las viviendas del centro están construidas con tierra compactada, paja o bambú, son impermeabilizadas con baba de nopal, además cuentan con cocinas ahorradoras de leña y tienen calentadores solares para aprovechar la energía solar.

El lugar se abastece en muchos sentidos por sí mismo; por ejemplo, el agua que se utiliza en las casas se recolecta de la lluvia y se almacena en una cisterna, en tanto que la que se desecha es tratada por medio de un filtro en suelos con lirios para ser utilizada en el riego de hortalizas.

Por otra parte, se enseña a plantar hortalizas de traspatio para disponer de alimentos, cuentan con una composta y lombricosposta para mantener la tierra fértil y se impulsan actividades productivas de bajo costo, como pequeñas granjas en donde conviven conejos con gallinas, la orina de los primeros es bactericida y protege de enfermedades a las aves.

También se explica cómo construir deshidratadores para frutas hechos de madera, mallas y plástico oscuro, y ahumadores de carne a partir de leña.

“Nosotros sólo retomamos tecnologías tradicionales y las mezclamos con nuevas sin afectar el medio ambiente, todo lo que enseñamos aquí se puede utilizar en zonas rurales y urbanas”, dijo Margarita Barney.

Este tipo de viviendas es para todos “no sólo para los pobres”, pues con los mismos materiales se pueden construir grandes residencias amigables con el medio ambiente, es cuestión de cambiar la mentalidad de la gente, apuntó.

Esta organización principalmente se enfoca a capacitar poblaciones que están en condiciones de pobreza extrema y mostrarles que pueden mejorar sus condiciones de vida. “Muchas veces los campesinos empiezan a destrozar su entorno porque no saben cómo utilizar los recursos que tienen a su alrededor”, comentó.

El Ceder de Huixquilucan es cuidado por una familia originaria del lugar que se encarga del mantenimiento y de enseñar los diferentes talleres. Además se imparten cursos a organizaciones nacionales y de otros países que siguen este modelo de desarrollo sustentable y quieren aprender técnicas que mejoren las condiciones de vida sin dañar el medio ambiente.

El grupo ha sido reconocido por instancias internacionales como la Fundación Schwab y del Foro Económico Mundial como empresa social 2008.


Fuente: Teorema Ambiental

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