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Tres de los tesoros de la costa de Yucatán

Además, podrás ver bellos atardeceres, amaneceres y cielos estrellados en tu estancia. Por sus condiciones climáticas, se pueden practicar deportes acuáticos

Teorema Ambiental/Redacción

Mérida, Yucatán, 28 de agosto de 2020.— Con una extensión de 378 kilómetros, la Rivera Yucateca es uno de los lugares con más variedad de ecosistemas, que resguarda verdaderas joyas para disfrutar entre el mar Caribe y el Golfo mexicano.

Estas son algunas de las maravillas que puedes encontrar en algunas de sus playas:

Celestún. Se encuentra a 95 km de la ciudad de Mérida y su ecosistema es único debido a la combinación del agua dulce proveniente de la Ría Celestún y el agua salada del Golfo de México.

Sus playas blancas y aguas color verde esmeralda sin grandes construcciones hacen que puedas disfrutar de una estancia tranquila y de descanso. Uno de los grandes atractivos de Celestún es el avistamiento de aves. De hecho, se han identificado más de 400 especies migratorias, entre ellas, el flamenco rosa que anida, se alimenta y reproduce en esta playa, pero también pelicanos, garzas y gaviotas.

En este lugar también se encuentra el manantial Baldiosera, pues para llegar a él cruzarás túneles naturales que se forman con las ramas del mangle y es uno de los ojos de agua dulce donde podrás nadar y refrescarte en sus aguas cristalinas.

También se encuentra el “bosque Petrificado”, un espacio en medio de la vegetación conformado por troncos grises, como vestigio de un enorme bosque que desapareció. El suelo es un poco inestable debido a la gran materia orgánica que lo compone, también abundan almejas y camarones miniatura.

Playa el Cuyo. Se trata de playas vírgenes, que hacen que sea uno de los lugares más tranquilos del Caribe. Al llegar, verás una combinación de casas de madera y construcciones típicas pintadas de colores vivos y cálidos, Su faro fue construido sobre los restos de antiguas ruinas mayas y, si tienes suerte de subir en él, podrás tener una vista panorámica del pueblo.

Además, podrás ver bellos atardeceres, amaneceres y cielos estrellados en tu estancia. Por sus condiciones climáticas, se pueden practicar deportes acuáticos como el kitesurfing. Asimismo podrás encontrar paddleboarding y practicar kayak.

También podrás practicar el ecoturismo en el Parque Nacional Arrecife Alacranes o bien podrás admirar su hermosa vegetación marina, paseos en barco y lancha en este conjunto de islas considerada la estructura coralina más grande del Caribe mexicano.

El buceo y esnórquel son de las actividades favoritas, al sumergirte entre sus aguas de tonalidades azul turquesa apreciarás la majestuosidad de los corales “cuerno de alce”, inmensas estructuras redondas y acanaladas mejor conocidas como “cerebros”, gran variedad de flora y fauna marítima como tortugas, tiburones, peces como el arlequín, el cardenal, mariposa, pez papagayo y, con un poco de suerte, delfines y mantarrayas te acompañarán en tu visita.

Más al fondo, podrás descubrir restos de barcos del siglo XV pues se cree que el arrecife fue utilizado como refugio en tormentas tanto para leales a la corona española como piratas.

La planeación para esta visita será clave, pues no hay hoteles, restaurantes, agua dulce, electricidad y demás servicios. Sin embargo, la experiencia que te ofrece será inolvidable.

El archipiélago está conformado por cinco islotes: Isla Blanca o Chica, Isla Muertos o Desertora, Isla Pájaros, e Isla Desterrada y por último Isla Pérez que es la única habilitada para acampar y donde solamente se permiten 111 visitantes al día. El acceso al arrecife es únicamente por vía marítima y está ubicado a unas cuantas horas de Progreso.

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