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Programa Amazonia: 10 años cuidando la selva

Lanzado en julio de 2011, el programa de Natura nace del objetivo de hacer de la marca un vector en la creación de negocios sustentables y la promoción del desarrollo local

Ciudad de México, 6 de agosto de 2021.— Cuando lanzó la marca Ekos en el año 2000, Natura comenzó a utilizar los activos de la biodiversidad brasileña en sus cosméticos, logró acercar la Amazonia a la vida de los consumidores en los países donde la marca está presente. Reconociendo la importancia del ecosistema y valorando a las comunidades tradicionales, en 2011, la compañía decidió intensificar sus acciones en la región y lanzó el Programa Amazonía (PMA). El objetivo principal fue hacer de Natura un vector en la creación de empresas sustentables y la promoción del desarrollo local basado en la ciencia, la innovación y el espíritu empresarial, centrándose en la valoración de la sociobiodiversidad, los conocimientos tradicionales, así como la cultura regional.

«Para expandir el modelo de negocio de impacto positivo en la Amazonia, fue necesario profundizar la presencia de Natura en la región. Desde entonces, Natura priorizó la relación con las comunidades de la región, permitiendo que las iniciativas obtuvieran un mayor impacto del trabajo en red», explica Andrea Alvares, vicepresidenta de Marca, Innovación, Internacionalización y Sustentabilidad de Natura. Como consecuencia de la acción con la conservación de la floresta en pie, el biocomercio justo con generación de ingresos para las familias de la región y la garantía de condiciones de trabajo seguras, en 2018, Ekos ganó el sello de la Unión por el Biocomercio Ético (UEBT), que certifica buenas prácticas en la cadena de producción.

Desde 2010, Natura ha contribuido con 2.1 mil millones de reales (405 millones 450 mil dólares, aproximadamente) adicionales en facturación en la región con inversión en innovación, cadenas productivas y fortalecimiento institucional. Actualmente, Natura cuenta con 38 bioingredientes (aceites, mantecas, aceites esenciales, extractos y derivados) de la biodiversidad amazónica, también utilizados en formulaciones faciales, tratamiento capilar y perfumería. Este desempeño está directamente asociado con el crecimiento de más de siete veces en la compra de estos insumos desde 2011. El objetivo para 2030 es llegar a 55 bioactivos.

Debido a las prácticas regenerativas y la gestión sustentable, las cadenas de producción de Natura contribuyen a la conservación de dos millones de hectáreas de bosque en pie. “La oposición entre el desarrollo económico y la conservación de los bosques es una falsa dicotomía. Al demostrar que es posible generar riqueza y mantener el bosque en pie, agregamos aún más valor a la región. Hoy en día, la pérdida de biodiversidad es ahora una de las principales amenazas para la economía global”, afirma Andrea Alvares. Como parte del grupo Natura &Co —formado por Avon, Natura, The Body Shop y Aesop— la compañía tiene como objetivo expandirse a tres millones de hectáreas de área conservada en la Amazonía para 2030, además de contribuir a la deforestación cero para 2025.

A continuación presentamos algunos casos de bioactivos utilizados en productos Natura Ekos.

Caso de la fruta patauá, unión del conocimiento tradicional con la ciencia y la logística. Patauazeiro es una palmera nativa de la Amazonia que alcanza los 25 metros de altura y tiene una fruta rica en aceite de muy alta calidad para acelerar el crecimiento del cabello, dejándolo más fuerte y resistente desde la raíz hasta las puntas. “Éramos conscientes de que las mujeres de la Reserva Extractiva Chico Mendes hacían un bálsamo para el cabello con la fruta. Con la investigación realizada por el equipo de P&D de Natura, descubrimos que el aceite de patauá es un potente bioactivo con fitocomplejo que acelera el crecimiento del cabello, haciéndolo más fuerte y resistente de raíz a puntas”, explica Roseli Mello, responsable global de P&D de Natura.

El ingrediente es una de las cadenas logísticas más complejas que se realiza anualmente con patauá. Cada palmera produce hasta tres racimos por año, cada uno con un peso promedio de 16 kg. Dentro del bosque, los equipos de P&D y de la Gerencia de Relaciones y Abastecimiento de la Biodiversidad de Natura (GRAS) aconsejan a los proveedores que no cosechen todos los racimos, dejando el resto para la regeneración de biomas y la alimentación animal. Para la recolección, Natura ha desarrollado una silla especial que permite trepar a la palmera, de forma segura para el agricultor y sustentable para el bosque, ya que no daña el árbol. Los esfuerzos para utilizar el bioactivo también siguen durante la fase de recepción de la materia prima. Los colaboradores de Natura siguen y vigilan durante 15 días, en un ferry amarrado en una de las comunidades proveedoras, hasta que decenas de familias extractivas de la asociación llegan en pequeñas embarcaciones con los frutos del patauá.

“Después de ser entregada, cada bolsa se pesa, se identifica y se empaca rápidamente y será almacenada en remolques refrigerados”, explica Mauro Costa, gerente de suministros de Natura. A partir de entonces, los cargamentos se entregan a la fábrica. Cuando no es posible cumplir este viaje en dos días, los frutos se almacenan y congelan hasta que se envían a la unidad de fabricación. “Se necesita mucha planificación estratégica, especialmente desde la logística, para conservar todas las propiedades de la fruta.”

Caso de la fruta ucuuba, fruto del árbol que estaba en peligro de extinción. La ucuuba se encuentra generalmente en las zonas inundadas de la Amazonia. En la década de 1980, con la producción nacional de madera aglomerada, la madera de ucuuba fue fuertemente explotada, colocando a la especie en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN) como una de las especies que se extinguirían en 2050.

Natura identificó el potencial del uso de las semillas de ucuuba durante un mapeo para el desarrollo de aceites y mantequillas a partir de materias primas encontradas en la Amazonia. Dado el escenario de vulnerabilidad de la especie, y siguiendo la política Natura de uso de especies vegetales presentes en listas rojas, se desarrolló el Proyecto de Conservación Ucuuba de 2013 a 2016. En ese momento, se distribuyeron cinco mil plantines en las comunidades para promover la conservación en las áreas de recolección. Mediante estudios sobre el rendimiento financiero del comercio de madera, fue posible descubrir que la cosecha anual de una ucuubeira preservada genera un ingreso tres veces mayor para las comunidades que la tala. Esto se debe a que, en lugar de la tala, que solo ocurre una vez, la extracción de semillas se puede hacer durante al menos diez años. “Ucuuba es un gran ejemplo que va más allá del beneficio del producto, ya que contribuye al desarrollo de la Amazonia a través del apoyo a las comunidades extractivas y la conservación de los bosques”, dice Mauro Costa.

Caso de la fruta tukumá, puede regenerar el “Fénix del Amazonas”. Dentro del bosque de tierra firme, encontramos al resistente tukumá, una palmera de racimos robustos, que alcanza hasta diez metros de altura. Tradicionalmente poco valorado, con su uso limitado a la alimentación de animales y la producción de artículos de artesanía y algunos alimentos caseros, el tukumá incluso resiste al fuego. Tras la ocurrencia de incendios, las semillas que caen sobre el suelo son capaces de germinar y, como un ave fénix, el árbol reaparece en las zonas afectadas por los incendios.

“Su potencial cosmético era desconocido hasta principios de la década, cuando Natura comenzó la investigación sobre el activo. A través de estudios de la expresión genética de elementos tukumá, la empresa identificó propiedades cosméticas relevantes, tanto en aceite de pulpa como en aceite de almendras y especialmente con su uso combinado”, explica Roseli Mello. “La mantequilla de almendras estimula la producción de ácido hialurónico, y el aceite de pulpa lo protege del desgaste natural. De esta manera es posible prevenir el envejecimiento de la piel.”

En su primer año de operación, incluso antes del lanzamiento de los productos Natura Ekos Tukumá en el mercado, la cadena de producción ha generado beneficios para las comunidades tradicionales que, en muchos casos, dependen de los programas sociales del gobierno para su sustento. A través del tukumá, las familias se empoderaron y se involucraron tanto en la cosecha como en la administración de las cooperativas, ayudando así a hacer de esta planta, hasta hace poco despreciada, una palanca potencial de transformación socioeconómica.

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