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Plomo en dulces mexicanos desata polémica

Productores nacionales han señalado que se trata es una campaña de desprestigio que lleva más de una década, como método desleal de competencia por fabricantes de Estados Unidos

plomo-dulcesLa noticia de que algunos de los dulces más consumidos en México poseen altas concentraciones de plomo desató alarma en varios medios de comunicación, sin embargo la empresa Tutsi desmintió la información y aseguró que sus productos cuentan con certificados que lo avalan.

Según datos revelados por el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), algunas golosinas, entre las que se encuentra la paleta Tutsi Pop, poseen altas concentraciones de plomo, una situación que afecta la salud y el desarrollo de los menores que las consumen.

De acuerdo con el reporte, cinco dulces reportan gran concentración de este metal pesado, en niveles por encima de lo permitido por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, que corresponde a 0.1 partes por millón (ppm).

La investigación titulada Lead in candy consumed and blood lead levels of children living in México City, publicada en 2016, señala que los dulces en los que se encontraron altos niveles de plomo son Rockaleta Diablo (0.70 ppm), Tiramindo (0.37 ppm), Ricaleta Chamoy (0.19 ppm), Tutsi Pop (0.13 ppm) e Indy Marimbas (0.22 ppm).

Ante estas acusaciones, la empresa Tutsi aseguró que sus productos están certificados por análisis realizados por el Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, AC (CITAJ).

“Tutsi resultó aprobado como producto inocuo, por su casi nulo contenido de plomo (0.005 ppm)”, indicó.

Esta no es la primera vez que un reporte basado en información de Estados Unidos genera polémica con dulces mexicanos, desde hace una década inició una guerra de declaraciones sobre el tema; en su momento, la Fábrica de Dulces Miguelito, inmiscuida en la misma situación, señaló que se trata de una campaña de desprestigio, cuyo origen puede encontrarse en las elevadas exportaciones de dulces mexicanos a Estados Unidos, que podrían rebasar las 200 mil toneladas anuales.

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