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PET, un ahorro en las emisiones de CO2 a la atmósfera

Con el reciclaje del PET se logra una reducción en las emisiones de CO2 ahorrando emisiones en los procesos de producción mediante la explotación de combustibles fósiles

Norma Sánchez Santillán*

Ciudad de México, 5 de mayo de 2021.— El reciclaje de materiales plásticos nace como una solución para la conservación y protección de los ecosistemas, tomando así los desechos de dichos materiales para utilizarlos en la elaboración de nuevos bienes. Uno de los materiales plásticos que ocasiona grandes daños al ambiente es, sin duda, el polietilentereftalato, comúnmente llamado PET, el cual se usa para hacer empaques, láminas y botellas; la complejidad química de tal material tarda hasta 100 años en degradarse. Con el reciclaje del PET se obtiene una reducción de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) ahorrando así un incremento en la atmósfera de dicho gas derivado de los procesos de producción, los cuales se llevan a cabo mediante la explotación de combustibles fósiles y esta es una de las estrategias que se promueven en las empresas para la compensación de emisiones de CO2 en sus procesos productivos generando así un desarrollo más sostenible en el ambiente; dada la importancia del PET en esta ocasión haremos una breve revisión del tema.

Desde su lanzamiento, una rápida evolución

Los primeros envases de PET aparecen en el mercado español en 1980-81 y desde su aparición hasta nuestros días este envase ha ocasionado una verdadera revolución en el mercado, debido a que se ha convertido en el envase ideal, en lo que a líquidos se refiere, envasando bebidas refrescantes, aceites y detergentes, entre muchos otros más, para llevar a cabo el transporte de diversos líquidos entre los consumidores.

Diversos estudios químicos han demostrado que el envase de PET resulta muy competitivo en cuanto a consumo de energía para su fabricación y en la generación de residuos en comparación con otros materiales. Es una materia prima plástica derivada del petróleo y su fórmula química es la de un poliéster aromático.

Asimismo, el PET tiene una gran versatilidad tecnológica y, dependiendo del producto a envasar, de las condiciones del mercado donde se va a almacenar y transportar (climatología, temperatura ambiental, nivel de humedad relativa, grado de automatización y calidad del envasado y condiciones de almacenamiento) y de su diseño, permite optimizar el peso del envase para adecuarlo a las necesidades requeridas. En la siguiente tabla observamos la rápida evolución que se ha desarrollado en la disminución del peso de los envases:

  Volumen (lt) Evolución del peso (gramos)
USO   1980-1990 1990-2000 2000-2018 Comentario
    Refrescos 2.0 69-64 57-52 46-44     En el límite tecnológico de la mejora
1.5 57-50 48-44 41-31
1.0   42-36 36-34
0.5 26-23 24-22
Agua mineral 2.0   51-48 33-29 En el límite tecnológico de la mejora
  1.5 36-32 27-23
  0.6   25-23 14-12
  0.3   17-15 12-10
Aceite comestible 5.0 110-105 99-92 En el límite tecnológico de la mejora
1.0 34-31 29-26 26-24

Compromisos adquiridos por el Protocolo de Kioto

En 1997 la ONU estableció el Protocolo de Kioto sobre el cambio climático, con el fin de acordar medidas y compromisos para la reducción de gases de efecto invernadero derivadas de las actividades industriales. En esta reunión 159 países pactaron disminuir la cantidad de dióxido de carbono, metano y óxidos nitrosos, y una de las medidas más importantes fue el reciclaje de materiales plásticos.

En buena medida lo anterior se debió a que, durante la década de 1970, los aspectos ambientales tomaron un papel relevante debido a la degradación ambiental, produciéndose así la necesidad de la medición de impactos ambientales causados por las actividades humanas tanto en la producción como en la manufacturación de productos, esta metodología fue utilizada para establecer requisitos de los recursos en la carga ambiental de emisiones en el aire, agua y la producción de residuos. Así, en 1969, la empresa Coca-Cola financia uno de los primeros estudios para comparar recipientes de bebidas y con ello determinar cuál tenía el menor impacto para el medio ambiente, así como el menor consumo de recursos naturales para su elaboración.

Uso masivo por la barrera de gases

A principios del siglo XXI comenzó a utilizarse masivamente el PET, ya que una de sus propiedades más distintivas es que, además de contener el líquido, constituye una barrera de intercambio de gases entre el exterior y los líquidos contenidos, lo que permitió conservar todas las propiedades químicas de los líquidos almacenados en las botellas; inicialmente para bebidas gaseosas, sifones y eventualmente otros productos como aceites, mayonesas y cosméticos, entre una gama muy variada de usos. Sin embargo, no solo las propiedades señaladas influyeron en la elección de los industriales para envasar sus productos y en el consumo del público consumidor. Su escaso peso, en relación al del producto adquirido, es aproximadamente 50 veces inferior al líquido encerrado y fundamentalmente brinda seguridad de los usuarios, ante una eventual rotura durante su transporte, factores ambos determinantes en la generalización de su uso.

Reciclaje del PET y reducción de CO2

El proceso de reciclaje del PET se proyecta como parte fundamental del bum ambiental que se vive actualmente, siendo uno de los plásticos más reciclados en el mundo y convirtiéndose en una de las mayores oportunidades para la industria del plástico. Muchas compañías están invirtiendo en maquinaria y tecnología para dar uso al PET reciclado. Al respecto, Brasil es líder en todo el continente americano en su uso final, seguido por México y Argentina. En prácticamente todos los países de América Latina grandes empresas como Coca-Cola, Pepsi y Postobón, buscaron en el año 2020, que el 50 por ciento de sus botellas sean producidas con PET reciclado, de esta manera una botella será fabricada con 50 por ciento de PET virgen y el otro 50 por ciento con PET reciclado.

Con el reciclaje del PET se logra una reducción en las emisiones de CO2 ahorrando emisiones en los procesos de producción a través de la explotación de combustibles fósiles, esta es una de las estrategias que se promueven en las empresas para la compensación de emisiones de dióxido de carbono en sus procesos productivos y se genera un desarrollo sostenible para el ambiente.

Estrategias para medir las emisiones de CO2

Para conocer la contribución que las empresas llevan a cabo para mitigar las emisiones de CO2 se utilizan métodos como el análisis del ciclo de vida, inventario de gases de efecto invernadero y huella de carbono, entre otros; las cuales son estrategias que permiten cuantificar las emisiones de gases de efecto invernadero que produce cada empresa en la fabricación de cada uno de sus productos, de manera que se puede cuantificar los sectores y productos que mayormente contribuyen con emisiones de CO2.

Estas herramientas sirven para medir el impacto ambiental de un producto, proceso o sistema a lo largo de todo su ciclo de vida, desde las materias primas utilizadas para su conformación hasta el fin de su vida, es decir, el tiempo que toma su degradación. Dichas herramientas están basadas en la recopilación de las entradas y salidas de gases de efecto invernadero en el sistema, con la finalidad de obtener resultados que muestren sus impactos ambientales potenciales. Las metodologías se basan en un enfoque holístico ya que, desde la perspectiva de los sistemas complejos, todas las propiedades de un sistema deben ser determinadas de manera individual por las partes que lo componen.

Para alcanzar la comprensión del comportamiento de un sistema se deben tener en cuenta todos los elementos de entradas y salidas al sistema como el uso de recursos, materias primas, transporte, energía requerida en cada etapa, emisiones al aire, al agua y al suelo, así como también subproductos derivados durante alguna de las fases de la producción.

Paralelamente también se deben categorizar las fuentes de emisión dentro del alcance del sistema definido del estudio, las cuales van desde la elaboración hasta la eventual degradación de un producto, y se clasifican en:

  • Fuentes fijas o estacionarias: son aquellas emisiones correspondientes a la quema de combustibles en equipos estacionarios como calderas.
  • Fuentes móviles: incluyen la quema de combustibles en equipos móviles como camiones, grúas, barcos o aviones.
  • Emisiones de proceso: son todas aquellas emisiones correspondientes a cualquiera de los procesos químicos llevados a cabo durante la fabricación de sus componentes originales o del producto final.

Ante todo: normas

La norma ISO-14040 publicada en el protocolo estándar: Greenhouse Gas, PAS 2050, entre otras, detallan los requisitos para llevar a cabo el uso de cualquiera de las metodologías señaladas en la clasificación anterior, tratando los impactos ambientales como son la utilización de recursos y las consecuencias ambientales de las emisiones a lo largo de todo su ciclo de vida, pasando por la adquisición de la materia prima, producción, tratamiento final y reciclado hasta su disposición final.

Colofón: las tres R de la conciencia

Reduce: lo mejor que podemos hacer por el planeta es explotarlo lo menos posible, con un enfoque justo, ético y utilizar sus recursos de manera sustentable. En el centro de la crisis ambiental se encuentra nuestra sociedad consumista. Aquí hay algunas preguntas que podemos hacernos antes de comprar: ¿es realmente necesario lo que estoy a punto de comprar?, ¿este producto fue elaborado de manera que no contamine o de manera sustentable?, ¿cuánto tiempo durará?, ¿contaminará al ser desechado? La idea es que cada uno de nosotros hagamos un consumo razonado, no comprar por comprar sin mirar a quién o a qué podemos dañar.

Reúsa: debido a que vivimos en una sociedad desechable, constantemente somos instados a comprar artículos nuevos o mejorados, aun cuando el que tenemos puede ser reusado o reparado. Cuando compramos debemos buscar artículos durables y repararlos cuando sea necesario. Así, los bienes de uso durarán más tiempo y podrán pasar de generación en generación. Si algo no es usable para su propósito original, trata de ser creativo y piensa en qué otra forma podrías emplearlo.

Recicla: en vez de tirar un artículo cuando ya no lo puedas usar, recíclalo. A pesar de que el reciclaje no es perfecto, ya que requiere de energía y los procesos para cambiar algo en otra cosa, a menudo producen subproductos no deseados y a veces tóxicos, es mejor que enviar lo que desechaste a los tiraderos de basura, o lo que es peor, incinerarlos.

* Departamento El Hombre y su Ambiente. Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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