Los termómetros de mercurio y cualquier otro instrumento de medición que contenga esta sustancia, pasarán a la historia ya que la Unión Europea ha prohibido su comercialización por los riesgos contaminantes del metal.
Según Julio Barea, de Greenpeace, el mercurio “puede causar reacciones alérgicas” al momento de tocarlo y “daños cerebrales en la reproducción incluso en el feto y malformaciones congénitas”.
El motivo de sacar los termómetros de mercurio es únicamente medioambiental e intentar frenar la toxicidad y el fuerte impacto del mercurio en el entorno.
Según estudios, un solo gramo de mercurio puede contaminar miles de litros de agua y todo un ecosistema “es un elemento tóxico que contamina el medio ambiente en todas las comunidades”, afirmó Barea.
Los termómetros ya no estarán a la venta en farmacias ni en centros de salud, por esta razón existirán “puntos limpios” para la recolección de los elementos y de ahora en adelante se venderán termómetros digitales.
Se calcula que podría haber más de un millón de termómetros en circulación con gran peligro de contaminación. Los que quieran desecharlo, deberán ir a un “punto limpio” de su ciudad o al de la farmacia más cercana.
Fuente: EFE
