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La auditoría ambiental en México

Para lograr un adecuado desempeño ambiental que garantice el cumplimiento de la legislación en esta materia, las empresas pueden considerar el Programa Nacional de Auditoría Ambiental (PNAA) como un instrumento de autorregulación instaurado por la Procuraduría Federal de Protección del Ambiente (Profepa) desde 1992; que además les permite contar con un “Certificado de Industria Limpia, de Cumplimiento Ambiental, de Calidad ambiental Turística y/o Municipio Limpio” y uno más como “Reconocimiento de Excelencia Ambiental”.

Uno de los programas recientes más exitosos de la administración pública es el de auditorías ambientales, que se inició en 1992 a partir de grandes eventos catastróficos como fueron las explosiones de San Juanico, en el Estado de México, y en el Sector Reforma, en Guadalajara, Jalisco, que marcaron el destino de esta estrategia por parte de la autoridad, que en un inicio se pensó que podría ser sólo de paso y que debido a la aceptación del sector empresarial ha perdurado y se ha transformado en algo que difícilmente desaparecerá por los resultados positivos registrados, entre otros la integración de los sectores de servicio, turísticos y municipales.

Unas 300 empresas aproximadamente fueron seleccionadas en los inicios del programa, principalmente por su actividad de alto riesgo o por un alto consumo de combustible o materias primas de alto riesgo. Fue entonces que la Profepa diseña un programa voluntario en donde las auditorías se realizaban con base en la selección como empresa de alto riesgo, se incluía además de los temas de agua, aire, residuos peligrosos y no peligrosos, los de riesgo ambiental, instalaciones civiles y de seguridad industrial; la mayoría de estas auditorías las realizaban empresas consultoras o consultores que conocían del tema de seguridad y medio ambiente, pero no necesariamente el detalle de un proceso de la auditoría.

Otra experiencia fue que en ocasiones dentro de las empresas supervisoras había expertos de diferentes países que si bien tenían experiencia en su país, no conocían ni las leyes mexicanas ni su interpretación, además tenían un factor en contra que era el idioma, pues tampoco lo hablaban ni entendían, así que comenzaba la odisea de enseñar, explicar y educar sobre la forma de operar y entender y aplicar la ley vigente en ese momento.

Una lista corta de auditores funcionó durante varios años, y hay que reconocer que en ese grupo había algunos sobresalientes consultores ambientales, todos realizando auditorías bajo unos términos de referencia difíciles de entender y aplicar, incluso por los connotados técnicos que por muchos años dieron consultoría ambiental y de seguridad industrial a empresas de toda índole en México. Es hasta 1996 que las figuras del auditor, coordinador y supervisor se unen bajo una misma personalidad y responsabilidad.

En este tiempo se logran acreditar poco más de 70 auditores coordinadores ante la Profepa. Esta nueva modalidad además de evitar una duplicidad de funciones con el auditor supervisor logra reducir los altos costos que en esos tiempos entonces tenían las auditorías ambientales en México, reduciéndose considerablemente hasta en 100 por ciento.

La participación y empuje de colegas ingenieros ambientales, ingenieros químicos, ingenieros mecánicos, biólogos, entre otros, juega un papel importante y determinante, ya que en este proceso cerca de 250 técnicos expertos en alguna de las especialidades, incluso las de auditor coordinador, conformaron el padrón de auditores ambientales que realizan auditorías ambientales en México.

Las etapas de la auditoría ambiental
Desde los inicios del programa se manejaban ya las diferentes etapas de la auditoría ambiental: Elaboración de un Plan de Auditoría Ambiental; Ejecución de Trabajos de Campo; Programa de Obras y Actividades (hoy Plan de Acción); el Informe Final de Auditoría. De esta manera las auditorías fueron sumando giros industriales de diversa índole, pero en este sentido varias empresas logramos tomar parte en el cambio de rumbo de las auditorías, participando ya para los años 1999 a 2000 en auditorías de giros casi inesperados como un club de golf, clínicas y hospitales, e incluso consultorios médicos; tiempo después concurrimos hasta en municipios como el de Aguascalientes.
Nuestra experiencia mayor y algo inesperada fue auditar bajo los términos de referencia nacionales a un grupo británico (Invensys) con plantas en Brasil, una de las cuales obtuvo el Certificado de Industria Limpia a finales de 2002.

Apertura de nuevos giros
Era imposible pensar que habría que considerar a nuevos giros en las auditorías; usar los términos de referencia y tipos de reporte, por ejemplo en un hospital, una agencia de autos, un hotel o un club de golf como parte de las auditorías ambientales era algo complicado de enfrentar, sin embargo ante el cambio de administración vino la apertura de incluir nuevos rubros; así, sectores como el de salud con clínicas, hospitales y consultorios pueden integrarse a este programa y como el sector hotelero, bosques y también municipios. Esta atinada decisión ha mantenido el programa en crecimiento, y de menos de mil empresas auditadas ha aumentado a poco más de cinco mil auditorías realizadas, más de dos mil certificadas y muchas más en vísperas de registrarse y certificarse.

Nuevamente varios colegas de diferentes disciplinas inmersos en esta estrategia logramos incursionar en temas novedosos casi inesperados, uno de los mayores logros fue participar en la auditoría y certificación del primer Municipio Limpio en México, el de Aguascalientes, este municipio líder en el tema ambiental enfrenta el reto y logra obtener una certificación que ha dado la vuelta al mundo, ha dejado un legado y ha mostrado que también los municipios son capaces de cumplir la ley ambiental en México.

Unidades de verificación
Las unidades de verificación son acreditadas y aprobadas en los términos establecidos por la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y su Reglamento; esto es mediante la publicación de la Convocatoria para la Acreditación y Aprobación como Unidades de Verificación para la Realización de Auditorías Ambientales publicada en el Diario Oficial el 22 de marzo de 2002.

Para lograr que una Unidad de Verificación se acredite es necesario contar con un sistema de calidad el cual involucra aspectos de imparcialidad, confidencialidad y salvaguardas y capacitación, así como el establecimiento de una metodología específica para evaluar la conformidad en apego a los Términos de Referencia de la Profepa.

Esto se logra dando cumplimiento a los requisitos establecidos en la NMX-EC-17020-IMNC-2000 mediante una solicitud a la Entidad Mexicana de Acreditación y una vez pagados los derechos correspondientes se realiza una evaluación en sitio para garantizar tanto los recursos con los que cuenta la unidad como una evaluación de los aspectos técnicos con los que evaluará la conformidad.

Normatividad alrededor de las auditorías ambientales
Como marco legal aplicable para la realización de auditorías ambientales es necesario mencionar a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal seguida de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, sin dejar de señalar al Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en Materia de Auditoría Ambiental como el pilar para fundamentar los requisitos legales.

Cabe mencionar que para que la Unidad de Verificación pueda incorporar a una organización al Programa Nacional Voluntario de Auditorías Ambientales debe haber dado cumplimiento a los requisitos de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización y su Reglamento así como a la norma NMX-EC-17020-IMNC-2000 y a los Términos de Referencia emitidos por la Profepa.

Para fundamentar los incumplimientos detectados durante los trabajos de auditoría ambiental se debe considerar tanto las leyes federales como las estatales y municipales, así como sus respectivos reglamentos, sin omitir el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas.

Áreas de oportunidad
Muchas son las áreas de oportunidad pero una que se ha dejado atrás es la relacionada con las auditorías y su certificación a la transportación marítima, las embarcaciones, los barcos, aun con la reglamentación de organismos internacionales, no aseguran el cumplimiento de la normatividad ambiental vigente en la materia, cientos de embarcaciones cruzan día a día los mares y aguas territoriales impactando por sus actividades nuestros mares.
Las más de cinco mil empresas inmersas hasta ahora en el proceso de auditoría, los más de 18 mil millones de pesos invertidos (según datos de Profepa a junio 2007) y las millones de toneladas de contaminantes que han sido reducidas o eliminadas, al final de todo ha sido lo más importante, ya que estamos rumbo a la sustentabilidad.
Finalmente, internacionalizar el programa es factible, los corporativos internacionales nos están esperando, este programa es único y debemos mostrar que en México sabemos coexistir todos los niveles de gobierno, industria y consultores en beneficio del medio ambiente y de las futuras generaciones.

Ing. Miguel Ángel de la Rosa Delgado*
* Director general de Grupo Empresarial Energía y Medio Ambiente (Genermasa).

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