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INAH descubre vestigios de una aldea prehispánica en Mahahual

La aldea fue encontrada en un espacio donde se pensaba que solo había una albarrada, es decir, paredes de piedras superpuestas sin argamasa

Teorema Ambiental/Redacción

Mahahual, Quintana Roo, 27 de abril de 2020.— Arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) hallaron los restos de una aldea maya de origen prehispánico en la comunidad de Mahahual, Quintana Roo, que podría pertenecer al periodo Posclásico maya (1200-1546 d. C.), que sería el primero de esa temporalidad detectado en la costa oriental de la península de Yucatán.

El INAH informó del descubrimiento en un comunicado, donde detalló que detectaron la primera parte de un estudio en el que se prospectó un espacio de 1.5 kilómetros de largo por 450 metros de ancho.

“El asentamiento tiene hasta ahora la forma de una red heterogénea en el plano, es decir, la conformación de su entretejido la constituyen predios familiares que daban origen a un extenso pueblo altamente organizado”, indicó el arqueólogo Fernando Cortés de Brasdefer. El experto señaló que la búsqueda continuará para hallar indicios de espacios de élite o de algún centro ritual o cívico-religioso.

La aldea fue encontrada en un espacio donde se pensaba que solo había una albarrada, es decir, paredes de piedras superpuestas sin argamasa. Sin embargo, al excavar, los arqueólogos encontraron construcciones que delimitaban predios en cuyo interior existían huertos y pequeñas casas de bajareque construidas sobre plataformas de piedra caliza, con estructuras de madera y palma de guano, iguales a las casas tradicionales edificadas por los mayas contemporáneos.

La búsqueda inició luego que un particular, dueño del terreno, solicitó la intervención de las autoridades pues pretendía desarrollar un proyecto turístico.

Como consecuencia se localizaron 80 estructuras: vestigios habitacionales, en su mayoría; “aguadas”, recipientes artificiales para colectar el vital líquido; y “sartenejas”, pozos naturales que eran perforados en sus fondos para llegar hasta el nivel freático.

La región en la que se ubica el sitio arqueológico también alberga cenotes, cuevas y grutas, así como restos de una caldera metálica, la cual se calcula data de la época porfiriana.

En esta etapa no se localizaron objetos adicionales como restos cerámicos, de piedra (líticos) o elementos óseos. Ello podría explicarse aduciendo a que el sitio fue ocupado durante un tiempo generacional relativamente breve, en el Posclásico.

Fernando Cortés indicó que, si bien Mahahual no es un sitio con grandes estructuras rituales, sí es importante en la medida que aporta nuevos datos para conocer hasta qué geografías de la costa oriental de la península yucateca, muy cerca de la frontera con Belice, se extendieron los poblados mayas precortesianos con las características mencionadas.

“Sabemos poco de la forma de vida de quienes habitaron esta región; sin embargo, esta prospección nos revela que podrían haber sido agricultores que complementaban su dieta con la pesca. Además, su acceso directo al mar les habría dado ventajas para intercambiar productos comerciales con otros pueblos costeros y de tierra adentro”, sostuvo.

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