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Especialistas consideran difícil que América Latina logre Objetivos de Desarrollo del Milenio

Aunque América Latina y el Caribe han logrado avances importantes en la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), la pobreza, la enorme desigualdad en la distribución del ingreso y el deterioro del medio ambiente contrarrestan los adelantos. El éxito para 2015 todavía está lejos de estar asegurado, ante la presencia de varios “focos rojos”.

De acuerdo con el informe 2007 de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre estos objetivos, la región tiene graves problemas, particularmente en el combate a la pobreza, en el que el avance respecto a 1990 es “marginal”, además de que —junto con África— América Latina y el Caribe siguen integrando la zona con mayor desigualdad en el mundo. Aunado a esto, la región enfrenta graves retrocesos en materia de sustentabilidad y medio ambiente, pues sufre una de las tasas más elevadas de deforestación.

En conferencia de prensa en el centro de información de la ONU en el país, Jorge Mattar, director adjunto en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y Diana Alarcón, del Departamento de Asuntos Económicos de Naciones Unidas, presentaron vía satélite desde Nueva York los principales avances, retrocesos y expectativas de la región a la mitad del camino hacia 2015, en la que coincidieron en que es necesario “tomar decisiones drásticas” para avanzar en varios de estos temas, en especial en el combate a la pobreza extrema, donde se ubican las personas que viven con menos de un dólar diario.

Al respecto, Jorge Mattar señaló que para alcanzar en 2015 las metas de combate a la pobreza, América Latina debe crecer a tasas de 6.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de manera ininterrumpida durante los próximos ocho años.

Se estima que de 1990 —fecha base para fijar las metas adoptadas en 2000— a 2005 la pobreza se redujo sólo 1 por ciento, al pasar de 10 a nueve puntos, a la vez que se incrementaron los niveles de desigualdad.

El funcionario de la Cepal señaló que bastaría reducir estos niveles de desigualdad para lograr avances importantes en la lucha contra la pobreza, sin necesidad de que las economías nacionales crecieran al ritmo de 6.5 por ciento anual.

Incumplen con aportaciones prometidas

La meta para 2015 es reducir en 50 por ciento la pobreza extrema respecto de las cifras que existían en 1990, pero se ve complicado que la región latinoamericana la alcance en su conjunto, aseveró Diana Alarcón, y añadió que en la zona asiática, particularmente la India y China, se han obtenido resultados espectaculares en la lucha contra la pobreza extrema.

Precisó que en América Latina los países donde la reducción de la marginación tiene mayor avance son Chile, Brasil, Costa Rica, Panamá, Uruguay y México, mientras los más atrasados son Ecuador, Honduras, Guatemala, Paraguay y Perú.

Los países integrantes de la ONU se comprometieron a cumplir ocho grandes metas en 2015: reducir a la mitad el porcentaje de personas en extrema pobreza, conseguir la enseñanza primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el sida, garantizar la sustentabilidad del medio ambiente e impulsar el financiamiento para el desarrollo.

En este último punto, la funcionaria de la ONU informó que, de acuerdo con el reporte, sólo cinco naciones —Dinamarca, Luxemburgo, Holanda, Noruega y Suecia— han cumplido con las aportaciones de 0.7 por ciento de su PIB al financiamiento a países en desarrollo, y otros tres o cuatro, “no más”, han cumplido con las metas que ellos mismos se fijaron, pero que son menores a ese monto.

Mattar comentó que en este momento la cifra apenas llega a 0.25 por ciento en promedio. Además, esas naciones desarrolladas no sólo han incumplido sus compromisos, sino también imponen barreras arancelarias y obstáculos legales para que los países en desarrollo puedan acceder a sus mercados, lo cual dificulta todavía más el avance hacia los ODM.

Precisó que aunque no aportaran esa ayuda de financiamiento, sino sólo retiraran los aranceles e impulsaran un comercio internacional más justo, promoverían un “enorme beneficio” para que las naciones pobres avanzaran de manera importante en su desarrollo económico.

Fuente: La Jornada

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