Tendencias

En los Altos de Jalisco puede lechería familiar alcanzar rentabilidad

En la actualidad Jalisco es la entidad que contribuye en mayor proporción a la producción nacional de leche, con un poco más de 17 por ciento (Sagar, 2000).

Dentro de este estado destaca la cuenca lechera de Los Altos, porque aporta 60 por ciento de la producción estatal y su producción es, en esencia, de tipo familiar (Rodríguez y Chombo, 1998).

Se considera que en el contexto actual, de apertura comercial, liberalización de mercados y desregulación económica, existen grupos de productores de lechería familiar que pueden ser rentables gracias a la gran diversidad de combinaciones de características económicas, tecnológicas y organizativas que presentan, además de que estos ganaderos muestran diferentes formas de adaptación al contexto en que funcionan.

En esa línea, el objetivo central de este estudio fue determinar las combinaciones de características económicas, tecnológicas y organizativas que influyen para que los productores de leche en régimen familiar en Los Altos de Jalisco registren diferentes niveles de rentabilidad.

Se seleccionaron 17 variables e indicadores de orden económico, tecnológico y organizativo, que según la literatura revisada (Salinas y Tornez, 2000; Valencia y Velasco, 2000) y la propia experiencia podrían influir de manera importante sobre la productividad y la rentabilidad de las explotaciones lecheras familiares en Los Altos de Jalisco.

Estas variables son: empleo de la inseminación artificial; uso de alfalfa para la alimentación del ganado; pastoreo en agostadero natural; hectáreas disponibles para cultivo; tipo de ordeño; forma de organización para comercializar la leche; organización para producir alimento balanceado; vacas en producción; experiencia (años) como productor lechero; edad del productor, trabajadores por vaca ordeñada; rendimiento, costos brutos por litro; costos totales por litro; precio por litro; utilidad bruta por litro y utilidad neta por litro. Todas las variables e indicadores económicos, se recabaron o calcularon (Alonso, 1989) a partir de las entrevistas estructuradas aplicadas a los ganaderos.

Para encontrar las combinaciones de características económicas, tecnológicas y organizativas que distinguen a los productores de lechería familiar, se procedió a realizar una tipología de productores utilizando la metodología propuesta por Herrera (1998).

A partir de la tipología se obtuvieron seis categorías de productores. Las dos primeras consideradas de tecnología moderna, comprenden a 13 por ciento de los ganaderos; las siguientes dos, de tecnología intermedia, incluyen a 25 por ciento de los productores; y las últimas, de tecnología tradicional, abarcan a 48 por ciento de los ganaderos.

Se desprende también que 13 por ciento de las unidades de producción son consideradas como muy rentables; 33 por ciento como rentables, y 40 por ciento como no rentables (cuadro 1).

La combinación de factores tecnológicos, económicos y organizativos que permitió a los ganaderos de lechería familiar ser «muy rentables», es la que se encontró en las categorías de tecnología moderna: practicar la inseminación artificial; alimentar con alfalfa al ganado; ordeñar con apoyo mecánico; enfriar la leche ya sea en termo individual o colectivo; organizarse para producir su propio alimento balanceado; poseer mínimo 30 vacas en ordeña y 12 hectáreas para cultivo.

La combinación de factores que ocasiona que los productores sean sólo «rentables» se puede encontrar en las categorías de tecnología intermedia o tradicional, y es: no usar alfalfa en la alimentación del ganado; no estar organizado para producir su alimento balanceado; emplear o no la inseminación; pero que el ordeño sea mecánico; enfriar la leche en termo colectivo; poseer mínimo 20 vacas en ordeña y 12 hectáreas para cultivo.

Los ganaderos clasificados como «no rentables», se ubican en las categorías de tecnología intermedia o tradicional, sus características son: no emplean alfalfa para alimentar el ganado; no están organizados para producir su alimento balanceado, pueden o no usar la inseminación. Difieren de los rentables en que: el ordeño es manual, poseen menos de 15 vacas en ordeña y menos de 12 ha para cultivo.

De acuerdo con estos hallazgos, las políticas públicas para fomentar la producción y rentabilidad en los grupos de lechería familiar considerados no rentables, deben enfocarse a promover el mejoramiento genético por medio de la inseminación artificial, el uso de forrajes mejorados principalmente alfalfa, el ordeño mecánico utilizando ordeñadoras portátiles, aumentar el número de vacas en ordeña y, de ser posible, el número de hectáreas disponibles para cultivo.

Lo anterior se puede lograr induciendo la organización de productores para ampliar el acceso a la cadena de frío, para producir alimentos balanceados y, en ciertos casos, para compartir tierras, medios de producción e incorporar tecnología. Tomando como base esas asociaciones sería conveniente reforzar programas vigentes como Procampo, Alianza para el Campo y facilitar créditos.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO