Consciente del peligro que enfrentan nuestros océanos ante la pesca excesiva, la extinción de especies, la contaminación, el rápido desarrollo industrial y habitacional en las costas, el Hijo del Santo ha dicho:
“La meta de esta lucha es inspirar a la mayor cantidad de gente posible, en todo el mundo, a unirse en defensa del mar y exigir de sus representantes políticos que establezcan áreas marinas protegidas… no coman ni carne ni huevos de tortugas marinas y dejen de echar aguas negras sin tratar al mar.”
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