Tendencias

Cultivar plantas medicinales puede ser un buen negocio

Actividad ancestral en el campo mexicano, el cultivo de plantas medicinales puede representar un gran negocio no sólo para satisfacer materias primas de tiendas naturistas y mercados, sino para abastecer la industria creciente de la fitoterapia, que tenderá a sustituir de forma paulatina a la medicina alópata.

Por su adaptabilidad a cualquier tipo de clima, suelo y todas las variaciones de la naturaleza, para su cultivo lo único que necesita el campesino es la garantía de un comprador, por lo que es importante establecer convenios con la industria y esquemas de financiamiento con empresas privadas o instituciones de gobierno.

Algunas plantas medicinales se usan como insecticidas, flor de cempasúchil, ajo, tabaco, toronjil; otras como la raíz de oro se han empleado durante muchos años para combatir plagas, ya que se puede producir en la misma parcela, cosecharla y aplicarla en caso de que algún flagelo se presente.

Érick Estrada Lugo, presidente de la Sociedad Latinoamericana de Medicina Natural y Tradicional (Solamenat), señala que esta actividad es altamente rentable, ya que no requiere fertilizante, ni riego, ni uso de tractor, simplemente se siembra y se corta. Además, es una oportunidad importante para mantener a los campesinos en su tierra, ya que obtendrían beneficios 4 o 5 veces superiores que con la siembra de maíz o frijol.

«Las plantas medicinales requieren mucha mano de obra. Son una opción que tendría el gobierno para detener la migración del campo hacia la ciudad. Pero, no hay ningún programa para su fomento», asegura el también investigador en fitotecnia de la Universidad Autónoma Chapingo.

Hoy en día predominan los recolectores de plantas medicinales y uno de los aspectos limitantes es su estacionalidad, por lo que el ingreso es errático para el productor, quien además depende de la oferta y la demanda, por lo que hace falta sistematizar su siembra.

Para iniciar este cultivo, explica Érick Estrada, el primer año se requiere una inversión de 1,000 pesos por hectárea, pero después no es necesario invertir porque se puede utilizar semilla de la propia cosecha.

El especialista remarca que sólo se ha usado 1 por ciento del potencial que tienen las plantas herbolarias, por lo que existe un 99 por ciento para desarrollar unos 90,000 medicamentos.

Hacia la sistematización de cultivos herbolarios

Un medicamento requiere de 1 a 5 años y unos 10 millones de dólares para poder desarrollarlo, dependiendo de la facilidad para la obtención y estandarización de las sustancias químicas.

Para desarrollar un medicamento herbolario estandarizado se necesita cultivar las plantas medicinales, ya que la planta silvestre se caracteriza por su variabilidad genética, por lo que hay que seleccionar la que tenga más cantidad de sustancia activa y sacar líneas altamente rendidoras de ésta. Luego se cultiva extensivamente a fin de garantizar que la materia prima tenga presente la mayor cantidad de sustancias activas para que la empresa sea rentable.

Tan sólo 1 por ciento de las plantas medicinales que se cultivan son de origen extranjero; 99 por ciento son autóctonas y silvestres, de recolecta, como la valeriana, la flor de tila o la flor de corazón.

Hay gente que durante años ha cultivado plantas medicinales y lo sigue haciendo. Por ejemplo, la manzanilla, de origen europeo, se siembra en el Estado de México y Puebla para venderla a la industria procesadora de té.

«Tenemos una gran industria agronómica de plantas medicinales, que cultiva plantas introducidas de Europa: manzanilla, hierbabuena, menta, hinojo, romeros, caléndula, eucalipto y sábila», anota Estrada Lugo.

Para el cultivo de plantas medicinales, hay algunos esfuerzos. Laboratorios Mexil tiene sus propias parcelas de producción, es la compañía más grande que procesa plantas, hace extractos y los vende dentro y fuera del país como materia prima para producir medicamentos.

Por otra parte, la Universidad de Morelos realiza estudios para cultivar la valeriana, que está en peligro de extinción, y evitar que se pierda este recurso.

La problemática es muy compleja, pero es alentadora la posibilidad de producir agronegocios. Sería una excelente oportunidad para desarrollar el campo mexicano, destaca Érick Estrada.

Vieja historia

Los países tercermundistas no hemos desarrollado ningún medicamento alópata, porque nunca se han destinado fondos a la investigación. En su campaña, Vicente Fox prometió incrementar a más del doble el presupuesto en investigación, que era de 0.35 por ciento del PIB. Estados Unidos dedica entre 5 y 6 por ciento, expone Érick Estrada.

Lo paradójico es que plantas como la valeriana mexicana, que tiene más valepotriatos que la europea, por lo que es más efectiva, se sigue exportando de México a 3 pesos el kilo y nosotros compramos tabletas de valeriana de laboratorios alemanes a 8 pesos cada una.

Asimismo, México vende toloache (Datura stramonium), a Alemania, donde de esta planta obtienen alcaloides analgésicos, que después compramos.

Tenemos la tecnología, técnicos, cuerpo científico, pero no hay condiciones, ni la iniciativa privada ni el gobierno impulsan este cultivo, lamenta el directivo de Solamenat.

Biopiratería

«La biopiratería ha sido el pan de cada día de toda la historia de la medicina. En todos los países andan las transnacionales en Brasil, Costa Rica, Venezuela, Colombia, México, llevándose todas las sustancias habidas y por haber que les parezcan interesantes, a eso se dedican», manifiesta Érick Estrada.

«Es la biopiratería más feroz. Las materias primas están en los países subdesarrollados como México. Las naciones desarrolladas no tienen materia prima, así que han considerado natural y normal la biopiratería. Lo normal es buscar por el mundo cualquier planta útil, disponible, accesible para industrializarse, sin retribuir un solo dólar a las comunidades de donde han sacado el conocimiento», sentencia.

Los alemanes no le dieron ningún marco a los chinos por la aspirina. Los laboratorios Sintex, transnacionales, se instalaron en México para explotar el barbasco (Dioscorea composita), que tiene diosgenina, parecida a la progesterona y a la testosterona, afirma Estrada Lugo.

Estos laboratorios desarrollaron anticonceptivos y durante 20 años tuvieron ganancias superiores a los 100 millones de dólares mensuales en utilidades y nunca llegó un dólar a los indígenas, campesinos de Veracruz que fueron quienes descubrieron el barbasco. Les compraban a 20 centavos el kilo de rizoma de barbasco y los anticonceptivos se vendieron en farmacias a precios muy superiores. Eso generó utilidades multimillonarias para esas empresas.

Durante su gobierno, el presidente Luis Echeverría supo que había 100 millones de dólares de ganancia en utilidades mensuales, vio la oportunidad de crear una industria nacional de anticonceptivos, puso en marcha Productos Químicos Mexicanos y cerró la frontera a la venta de barbasco. Pero como toda empresa del gobierno fue dirigida por personas incapaces y quebraron. Mientras tanto, Sintex se llevó el barbasco para cultivarlo en países orientales y siguió el negocio de los anticonceptivos, comenta el dirigente de Solamenat.

Aportaciones de medicina herbolaria a medicina alópata

La medicina alopática tiene su origen en la medicina herbolaria y aún hoy en día sigue recibiendo sustancias de las plantas.

Luego de estudiar las propiedades de la corteza del sauce, los alemanes lograron extraer el ácido acetilsalicílico, que se convertiría en lo que hoy conocemos como la aspirina.

El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos está estudiando todas las plantas del mundo y extrayendo sustancias nuevas para combatir este mal. Una de los más recientes es el Taxol, obtenido en Ecuador, que se usa para quimioterapia.

De similar forma, hace 5 o 7 años aproximadamente, se obtuvo la Vincristina que se aplica en quimioterapia para la leucemia.

Estados Unidos extrajo el Taxol y la vincristina del taxus de Ecuador y de la vinca (Catharanthus roseus) que se cultiva en los Tuxtlas, Veracruz, que es una de las fincas que surte a diferentes laboratorios europeos. California tiene más de 500 hectáreas de vinca para la obtención de Vincristina para el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos.

Alópatas contra fitoterapeutas

Los 100 años de medicamentos alópatas demostraron eficacia, pero al mismo tiempo alto riesgo para la salud por los efectos secundarios, debido a su pureza química.

Por ejemplo, la aspirina calma un dolor en 15 minutos, pero produce gastritis y si se usa todos los días puede ocasionar una úlcera. Los antibióticos son altamente efectivos para infecciones, pero su uso frecuente puede provocar insuficiencia renal.

Entre 20 y 30 por ciento de la úlcera mundial es producida por los medicamentos alópatas. Entre 10,000 y 20,000 personas mueren por el uso de antiinflamatorios, que provocan hemorragias en el estómago, según Érick Estrada.

La fitoterapia es la aplicación de ciencia y tecnología a la herbolaria, una tendencia que toma fuerza en el mundo, por lo que empresas como Pharmaton, Bayer o Shering Plaugh, que son laboratorios transnacionales, están vendiendo la valeriana, el ginseng, el ginko biloba, la palma cerenoa, que no son medicamentos alópatas químicamente puros, sino extractos estandarizados, es decir, fitomedicamentos.

Países herbolarios

El mundo cura sus enfermedades con 10,000 fármacos combinados, de los cuales 99 por ciento tienen su origen en la herbolaria. Actualmente sólo se usa 1 por ciento de las plantas medicinales conocidas.

De las plantas medicinales registradas en el mundo, China tiene el inventario mundial más grande con 5,000, el segundo lugar lo ocupa México con 4,500 plantas, seguido de Colombia con 2,600.

Estas naciones cuentan con la materia prima, pero ninguna ha desarrollado técnicas para obtener un medicamento alópata, lo cual sí han hecho países con tecnología avanzada.

Alto valor comercial

Cada mes se comercializan tan sólo en el mercado de Sonora, de la ciudad de México, 200 toneladas a un costo promedio de 30,000 pesos por tonelada. Esto sin cuantificar el volumen comercializado en los mercados de Guadalajara, San Luis Potosí y la materia prima que están procesando laboratorios como Mexil, Tecno Botánica.

Se estima que en México se procesan 1,000 toneladas mensuales de plantas silvestres, las cuales dan empleo a miles de familias, que forman una parte importante de la economía, principalmente de la informal.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO