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¿Cómo fabricar un cubrebocas casero que proteja contra el COVID-19?

Edith Caicedo Daza, especialista del IPN explica que deben ser fabricados con materiales hidrorrepelentes y transpirables, con materiales funcionales y ecológicos

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 18 de junio de 2020.— El uso de cubrebocas es una de las medidas más eficientes contra la pandemia por COVID-19, por lo que ha proliferado la venta de cubrebocas sin usar los materiales textiles más adecuados, en lugar de usar diseños atractivos, pero que no logran detener la propagación del virus.

Sobre los materiales más adecuados, la investigadora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Edith Caicedo Daza, explica cuáles son las fibras y materiales más adecuados para la fabricación casera de cubrebocas que además de ser funcionales también sean ecológicos, es decir, que se puedan reutilizar con un lavado a base de agua caliente y jabón.

La docente de asignaturas como Nanotecnología, Hilos Inteligentes y Textiles Avanzados de la Escuela Superior de Ingeniería Textil (ESIT) indicó que un cubrebocas debe estar diseñado para impedir la diseminación de microorganismos que se alojan en boca, nariz y garganta, por lo que deben ser fabricados con telas hidrorrepelentes, pero también transpirables.

Por ello, se deben utilizar materiales caseros tricapa y de alta eficiencia, por ejemplo: una capa puede ser de telas que se usan para ropa de cama porque en su mayoría son de algodón 100 por ciento o con mezclas algodón/poliéster. “Estas fibras tienen una densidad de hilos adecuada para una buena transpiración, por lo que son excelentes para crear las dos capas exteriores del cubrebocas.”

Mientras que la capa intermedia, que actuará como filtro contra los gérmenes, puede prevenir el virus y otras bacterias, se puede hacer con materiales no tejidos (TNT) de fibras de polipropileno. Este material es con el que están fabricadas la mayoría de las bolsas ecológicas que se venden en el supermercado. “Este tipo de fibra no permite la reproducción de bacterias y es hidrorrepelente o antifluidos”, agrega.

Además, el diseño debe ser capaz de cubrir perfectamente nariz, boca y barbilla, así como los costados de la boca.

Explicó que los cubrebocas que se venden en la calle, en realidad pueden poner en riesgo la salud de la población, por lo que destacó la fabricación de un cubrebocas casero con estas características, e incluso creó un tutorial que puedes consultar aquí.

“Hay algunos de estos cubrebocas que podrían dificultar la oxigenación de la persona, como los fabricados con neopreno, que es un tipo de caucho sintético, totalmente impermeable pero intranspirable, este tipo de fibras se vuelve una cámara cerrada en la que no se expulsa el monóxido de carbono que se exhala y tampoco permite el paso del aire”, alertó.

“Hay otras mascarillas de fibras sintéticas como nylon y poliéster, que abundan actualmente ante la escasez de mascarillas quirúrgicas comerciales; y aunque repelen en cierta medida los líquidos, tienen una menor cobertura de filtración, que los elaborados en tricapas con filtros de TNT, además de disminuir la capacidad de transpirabilidad”, agregó.

En cuanto a los cubrebocas comerciales de uso médico, la experta dijo que el más recomendable es el conocido como N95 que por su material y diseño filtra al menos un 95 por ciento de hasta 0.3 micrones, a diferencia de un típico cubrebocas quirúrgico compuesto por un pedazo rectangular de tela plisada que tienen una eficacia de filtración de entre 60 y un 80 por ciento.

Pero ante su escasez, muchas personas recurren a comprar mascarillas de mala calidad y poca higiene que se venden en la calle.

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