Hace siete años un grupo de once personas, en su mayoría mujeres de la etnia cho´l, en el estado de Chiapas, decidió comercializar café orgánico; han recibido el premio al mérito ecológico
México es uno de los principales productores de café en el mundo, su superficie cafetalera representa 3.2 por ciento de la tierra sembrada, según cifras del Consejo Mexicano del Café), y el estado de la República que más produce es Chiapas.
Por su parte, el consumo del café en el mundo también se ha incrementado de forma importante. Aprovechando este escenario en el año 2000 un grupo de once mujeres de la etnia cho´l, que se encuentra ubicada en la región Selva Norte del estado de Chiapas, decidió comercializar café orgánico.
Yolanda Álvaro Meneses, una de las fundadoras de Café Tumbalá, explicó que en una primera etapa comenzaron a comercializar sólo el café que producía su familia, pero conforme el negocio creció fue necesario comprar más grano a otros vecinos de la comunidad. Actualmente más de 50 productores forman parte de este proyecto social de aprovechamiento sustentable.
En entrevista con el diario El Universal, Yolanda explica que desde el nacimiento de Café Tumbalá decidieron evitar el uso de productos químicos para la protección de quien consume su producto. Actualmente su café está avalado por la Certificadora Mexicana de Productos y Procesos Ecológicos Certimex.
Además, el café es cultivado bajo la sombra de árboles de gran altura, que regulan los rayos del sol, lo que permite una maduración óptima del café. “Se busca un café amigable con la naturaleza”, por lo que la empresa ha sido galardonada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) con el Premio al Mérito Ecológico 2007.
Café Tumbalá avanza poco a poco, pero a paso firme. Sus principales clientes son cafeterías, oficinas y algunas instituciones, como el gobierno del Distrito Federal y el Instituto Nacional de Ecología (INE).
Cómo empezó todo
Yolanda cuenta que ella y sus hermanos vieron el café desde pequeños, ya que siempre han vivido en la región. “Luego de ir a la escuela llegábamos a cortar café, a sembrarlo y de grandes empezamos a darnos cuenta de que teníamos en las manos un negocio muy bueno”, cuenta la entrevistada.
Todo inició como un negocio familias, pero poco a poco crecieron.
En un principio empezaron a trabajar con Fonaes, con créditos muy pequeños, pero que han sabido aprovechar. “Hemos ido creciendo sobre la marcha, de forma sencilla, pero para nosotros ha sido un triunfo llegar hasta donde estamos ahora”, dice, y precisa que en este momento producen unas 50 toneladas al año.
“Ahora acaba de terminar la cosecha 2007-2008, aunque el ciclo depende mucho de las condiciones del clima”, aclara.
Hace dos años abrieron un café en Calzada de Tlalpan 4377, pero su principal negocio está en los pedidos de café, tanto de grano como molido.
En el corto plazo su objetivo es abrir otro café, pero para ello esperan reunir más recursos.
Fuente: El Universal Online
