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Buceo en barcos hundidos, nuevo producto turístico mexicano

Tiene un costo de 100 a 150 dólares y ha servido para mitigar los efectos de sobreexplotación turística que tenía la isla Espíritu Santo

Teorema Ambiental/Redacción

El buceo en barcos hundidos es una nueva atracción turística implementada en Baja California Sur, donde yacen varios buques en el fondo del mar de Cortés y el océano Pacífico.

“En el Pacífico, en isla Magdalena, hay un submarino de la Armada de Estados Unidos”, detalló el promotor del buceo en arrecifes artificiales Jorge Bengoa. “En los municipios turísticos de Los Cabos en San José y en Cabo San Lucas hay restos de varias embarcaciones.”

Mientras que en la isla de Espíritu Santo, en el mar de Cortés, yacen Fao Ming y el Lapas 03, ambos hundidos en 1999. Otros buques interesantes son el Salvatierra, que se encuentra cerca de La Paz, o el carguero Lundemberg, que fue descubierto después del huracán Odile en 2014 en los alrededores del arco de Cabo San Lucas.

Luego de unos años bajo agua, estas estructuras se convierten en verdaderos arrecifes artificiales llenos de vida, pues la biodiversidad los adopta como hogar. En ellos se pueden encontrar todo tipo de peces, tortugas y hasta tiburones.

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Personas de todo el mundo llegan a las aguas de este turístico estado para disfrutar de esta experiencia única. En la bahía de La Paz, una de las poblaciones con más habitantes de esta turística región, también se pueden visitar este tipo de arrecifes artificiales.

“Hay un mercado nuevo en La Paz que es el buceo libre y como el barco no está hundido muy profundo, se hace ideal. Y pueden visitar el buque en apnea o a pulmón”, detalló Bengoa.

Con esta actividad, se han podido disminuir las visitas en zonas cercanas a la isla de Espíritu Santo, un área natural protegida que había padecido un excesivo turismo en los últimos años.

Los barcos están a mediana profundidad por lo que la mayoría de las personas pueden bajar sin mayor problema para pasear por las embarcaciones, hoy en día convertidas en fuentes de vida.

Las tortugas han adoptado estos esqueletos de barcos con total naturalidad, pues normalmente se aprecian estos reptiles nadando por sus alrededores, así como enormes bancos de peces y estrellas de mar, pegadas en toda la estructura.

El buque en sí es una atracción turística. Pues recubierto de vegetación marina, adquiere otro significado y una enigmática apariencia, que los buzos recorren por dentro y por fuera con total seguridad en estas aguas habitualmente cálidas.

Según el lugar y la distancia, el costo de esta actividad puede variar entre unos 100 y 150 dólares.

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