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Alianza intergubernamental promueve salud alimentaria

Especialistas destacaron la necesidad de generar conciencia para reducir el consumo de alimentos procesados y fortalecer el cultivo de alimentos y plantas nativas

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 8 de octubre de 2019.— La salud de los mexicanos está amenazada por “epidemias” como: obesidad y sobrepeso, y las enfermedades crónicas asociadas —diabetes, síndrome metabólico e hipertensión—, presentes incluso en la población infantil y agudizadas en la rural.

Como alternativa, el gobierno federal estableció trabajo colaborativo entre las autoridades de Salud, de Agricultura y de Medio Ambiente para establecer medidas concretas para revertir las tendencias alimentarias nocivas, con independencia del poder económico, afirmó el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Víctor Suárez Carrera.

Al participar en la tercera conferencia del ciclo Autosuficiencia Alimentaria e Innovación Tecnológica con Prácticas Sustentables, el funcionario federal abundó que “en los pasados gobiernos pudo haber diagnósticos que evidenciaran la crisis de salud pública, pero el poder político estaba capturado por los intereses de la industria”.

Afirmó que el Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación y Medio Ambiente (Gisama) está dando pasos para su formalización y así dar sustento legal a sus decisiones. “Buscamos un sistema agroalimentario justo, saludable y sustentable”, agregó.

En el encuentro, el investigador del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, Abelardo Ávila Curiel, informó que hace décadas se pronosticaba la tendencia a la obesidad de la población por la penetración de alimentos procesados con altos contenidos de azúcar, sodio y grasas saturadas en el mercado, incluso en zonas rurales y pobres y en los entornos escolares.

“Permitimos la hipertrofia de un sistema alimentario que tiene un volumen de ventas de 80 mil millones de dólares en México, con políticas fiscales de consolidación, de condonación de impuestos, con publicidad desproporcionada”, detalló.

Ante esta situación, el gobierno no tomó decisiones. Hoy se tienen avances sólidos, como el que “después de años de lucha de organizaciones civiles en pro de la alimentación sana y tras horas de diálogo en una mesa para modificar la Norma Oficial Mexicana 051, de etiquetado, se ha logrado que la industria acepte la etiqueta octagonal de advertencia frontal sobre la presencia alta de azúcares, sodio, grasas y grasas saturadas, y de alimentos no recomendables para los niños”, subrayó.

Para que esta definición normativa quede en firme, dijo, lo que viene ahora es una consulta pública.

Paralelamente, se trabaja en la modificación de la Ley General de Salud que considere a este etiquetado. “Así tendremos un acto de ejercicio de la autoridad, que es la responsable de garantizar la salud pública”, lo que será un primer paso para que los niños puedan entender los etiquetados y para que se elimine de la publicidad el uso de personajes que abusan de la fantasía infantil, sostuvo Ávila Curiel.

“Falta más por hacer, como es rescatar en nuestros hábitos alimenticios todo aquello que no está etiquetado, lo que produce la agricultura campesina, además de generar programas de vigilancia epidemiológica, avanzar en la agricultura sustentable, cambiar el ambiente de las escuelas y sus entornos —que hoy es obesigénico—, pero vamos en el camino correcto: se está dando una coordinación entre gobierno y sociedad. Tenemos la conciencia de que estamos haciendo lo que debió iniciar hace 50 años”, apuntó.

Ávila Curiel, quien ha sido responsable de las Encuestas Nacionales de Salud y Nutrición (Ensanut) que miden la talla y peso de los niños, indicó que la falta de acción gubernamental para enfrentar la desnutrición infantil propició su aumento, añadió.

En las zonas indígenas y rezagadas, como la Montaña de Guerrero y lugares de Oaxaca y Chiapas, la desnutrición infantil y la mortalidad siguen siendo extremadamente altas y graves, o sea, la misma condición de hace 50 años. Si bien se observan niños con talla baja y peso alto, esto revela obesidad y desnutrición, subrayó.

“Tenemos una obesidad que golpea a la pobreza. Entre 2002 y 2012, impulsado por las transferencias condicionadas del programa Prospera, la población duplicó su consumo de productos chatarra. La Ensanut 2016 reveló que las mujeres en edad reproductiva en el medio rural tienen más tendencia a la obesidad que en el medio urbano y la obesidad viene acompañada de daño a la salud. Los datos de defunciones por diabetes son evidentes: en 1970 morían 36 personas por cada 100 mil y en 2015 la tasa ya era de 129”, advirtió.

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