Sostenibilidad

Santuario de aves acuáticas: islas Maine

EASTERN EGG ROCK, MAINE.— En un día de verano, esta isla de siete acres sin árboles en el lado de la bahía Muscongus que da al mar atrae a visitantes de todo el mundo.

Las golondrinas de mar árticas que chillan por encima invernaron en la Antártida, los frailecillos volando fuera de la neblina con arenques colocados transversalmente en sus coloridos picos vinieron aquí para anidar procedentes de aguas muy apartadas de la costa, y la bióloga de aves marinas, Lei Cao, viajó más de seis mil millas desde China para trabajar y aprender aquí.

Refugio

La restauración de su hábitat y el control de depredadores sirvió para que aves como los frailecillos retornaran a este santuario.

En los últimos años, biólogos de países en desarrollo se han unido a las aves marinas que pasan el verano en las islas de Maine para aprender las técnicas que el Proyecto Frailecillo de la Sociedad Nacional Audubon ha usado para traer de vuelta a las aves marinas a Maine. Además de Cao, Marlenne Rodríguez, de Ensenada, México, y Carlos Zavalaga y Gina Mori, ambos de Lima, Perú, están pasando el verano en las islas, administradas por el proyecto.

Sentada en un banco hecho de madera flotante, cerca de las tiendas de campaña salpicadas de guano que son las casas de verano de los biólogos, y con pollitos aterciopelados de aves marinas merodeando junto a sus pies, Cao dijo que ella había pasado los últimos tres años estudiando las aves marinas de patas rojas en la isla tropical Dong, en el archipiélago Xisha, en el Mar del Sur de China.

La colonia que es el centro de su investigación aquí tiene aproximadamente 35,500 parejas en reproducción de estas aves marinas zambullidoras. En 2005, Cao ayudó también a organizar una encuesta en China de aves acuáticas a lo largo de la parte baja de los terrenos aluviales del río Yangtze, desde Three Gorges hasta Shangai, importantes áreas de hibernación para más de medio millón de cisnes, patos y gansos.

Aunque ella ha estado rotando en cada una de estas seis islas del proyecto, dotadas con personal, Cao dijo que estaba particularmente entusiasmada de estar en Eastern Egg Rock, donde empezó el Proyecto Frailecillo hace 33 años.

En 1973, la isla fue dominada por la gaviota blanca y la gaviota común. Las golondrinas de mar no habían anidado en la isla por décadas, y los frailecillos fueron vistos anidar aquí por última vez en 1885.

Stephen W. Kress inició un experimento que ha traído de vuelta a los frailecillos y a las golondrinas de mar a esta y a otras islas de Maine.

Él dijo que su trabajo se basó en restaurar el hábitat de anidamiento y controlar a los depredadores, especialmente a las gaviotas grandes que se habían apoderado del lugar desde que otras aves marinas fueron ahuyentadas 100 años atrás.

Su equipo relocalizó a las crías de frailecillos y fueron traídas desde florecientes colonias en Newfoundland a refugios de aquí especialmente construidos y los alimentó a mano. Ellos usaron señuelos y reclamos grabados para atraer a los frailecillos y a las golondrinas a los terrenos de anidamiento. Y asignaron personal a la isla en cada temporada de cría para asegurar que las gaviotas grandes, a las que no les gusta anidar alrededor de personas, no regresaran.

Eastern Egg Rock ahora cuenta con 70 parejas de frailecillos en reproducción. Hay también una buena cantidad de petreles de las tormentas de Leach, guillemots negros y gaviotas risueñas, así como colonias saludables de golondrinas comunes y árticas y la colonia de golondrinas rosáceas, la más grande, en el golfo de Maine.

El Proyecto Frailecillo ha ido en aumento hasta llegar a incluir a siete empleados todo el año y, en la temporada de campo de verano, 20 internos y supervisores viven en las seis islas. El proyecto trabaja en sociedad con el Departamento de Piscifactorías y Vida Silvestre Interior de Maine, que es dueño de la isla, y el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre.

Fuente: educapr

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