Iniciativa Privada

Ecodiseño de envases minimiza impacto ambiental

La realización de un ecodiseño puede llevarse a cabo basándose en determinadas estrategias

eco-empaquesCiudad de México.— La explosión del consumo en las últimas décadas, vinculada al crecimiento de la población y a un estilo de vida más frenético e individualista, que lleva al consumo de unidades individuales, junto a la tendencia al usar y tirar, se ha traducido en un aumento significativo en la cantidad de residuos generados por envases y embalajes. De todos los residuos municipales producidos en la Unión Europea (Eurostat 2011), el 35 por ciento correspondieron a envases. Las estadísticas confirman que más de un 30 por ciento de los alimentos se tiran sin haberlos consumido. El envase de los alimentos es clave para minimizar impactos.

Ecodiseño y ACV

El ACV es la metodología objetiva y consensuada internacionalmente para evaluar ambientalmente un producto o un servicio. Esta evaluación se realiza en toda la cadena de valor del producto (desde las materias primas a la gestión del residuo) y teniendo en cuenta un conjunto de indicadores ambientales, entre otros, la huella de carbono (la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por un individuo, organización, evento o producto) y la huella hídrica (el volumen total del agua que se utiliza para producir determinados bienes).

Su importancia es tal que el Ciclo de Vida de Naciones Unidas (UNEP/SETAC Life Cycle Initiative) ha puesto en marcha el proyecto “Valor de la perspectiva del ciclo de vida en los envases de alimentación y bebidas: lecciones aprendidas tras 20 años de ACV”, una investigación con la cual pretende demostrar que “los resultados de los ACV son útiles para que quienes hayan de decidir sobre qué tipo de envases promover y en qué circunstancias, en gobiernos o empresas, lo puedan hacer con mayor conocimiento sobre sus efectos ambientales, económicos y sociales”.

Ecodiseño aplicado al envase

Cada consumidor o grupos de consumidores tienen sus preferencias y restricciones que van a determinar la elección final del producto, intentando maximizar el bienestar dentro de aquellas combinaciones que son factibles.

El diseño de un producto tiene como objetivo que el consumidor lo incluya en su denominada cesta de consumo, que es el conjunto de bienes y servicios representativos que adquieren las economías domésticas.

Este diseño se basará en diferentes aspectos: dar una imagen de calidad al producto, resaltar la marca del mismo, hacerlo más atractivo para el consumidor, etc. Uno de estos aspectos es reducir el impacto ambiental del producto, acción conocida como ecodiseño o diseño ecológico. Esta acción se define como la integración de aspectos medioambientales en el diseño del producto con el fin de mejorar su comportamiento medioambiental a lo largo de todo su ciclo de vida.

Como ciclo de vida de un producto, se entiende el conjunto de etapas, desde la obtención de las materias y componentes, la producción, la distribución, el uso, hasta su fin de vida y gestión final de sus residuos.

Así los impactos ambientales totales que genera un producto van a ser los producidos a lo largo de todo su ciclo de vida y están relacionados, entre otros aspectos, con los consumos elevados de materias, energía y agua, el consumo energético del propio producto durante su uso, las emisiones directas o indirectas a la atmósfera o al agua, etc. Como consecuencia de estos aspectos, se produce, entre otros impactos, el agotamiento de recursos naturales, la disminución de calidad ambiental, el efecto invernadero o la eutrofización del medio.

Según la Agencia Federal de Medio Ambiente, la importancia del ecodiseño radica en que la mayoría de los impactos ambientales de un producto quedan definidos desde el momento en que la idea es concebida, ya que se estima que más del 80 por ciento de los impactos ambientales que tendrá cualquier producto durante todas las fases de su vida están prefijados desde su etapa de diseño.

El concepto de ecodiseño está relacionado con el consumo sostenible y con unos consumidores con una mayor sensibilidad ambiental.

Cambio de forma de vida

En la actualidad, existe una gran diferencia de consumo entre los diferentes países del mundo. Se puede hablar, por ejemplo, de un ciudadano medio europeo como el que consume más de cinco mil 700 kilovatios hora (KWh) de energía, unos 100 mil litros de agua y genera más de 500 kilogramos de residuos. Esto conlleva un impacto ambiental considerable, de tal forma que, si todos los ciudadanos tuvieran estos mismos hábitos de consumo, serían necesarios dos planetas para cubrir esta demanda. Por ello, es necesario un cambio de forma de vida hacia un consumo sostenible.

Se pueden señalar dos problemas claros a ese consumo sostenible, relacionados con el consumidor: por una parte, puede considerar que no tiene responsabilidad ambiental en el consumo y, por otra parte, puede carecer de información ambiental sobre los productos por elegir. Estas barreras deben ser eliminadas, con información transparente, para ayudar a la elección del consumidor. Por tanto, se convierte en una necesidad diseñar los productos bajo criterios ambientales (ecodiseño) y mostrar esos beneficios al consumidor (ecoetiquetado).

Cuando se habla de envase, hay que tener en cuenta que no es sólo el producto que se encarga de contener, proteger y facilitar el transporte, sino que es mucho más: puede ser, por ejemplo, el recipiente donde se cocina el producto que contiene, la identificación del producto, su marca o diferenciación, o incluso la prueba de exclusividad. Por lo tanto, cuando se ecodiseñe un envase, estas características no deberían verse alteradas.

Estrategias de ecodiseño

La realización de un ecodiseño puede llevarse a cabo basándose en las determinadas estrategias:

• Mejorar el concepto del producto.

• Selección de materiales de bajo impacto.

• Reducción del uso de materiales.

• Optimización de las técnicas de producción.

• Optimización del sistema de distribución.

• Reducción del impacto durante el uso.

• Incremento de la vida útil del producto.

• Optimización al final de la vida útil del producto.

Todas estas estrategias, salvo la primera, se relacionan directamente con el ciclo de vida del producto.

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