China planea invertir 1.4 billones de yuanes (cerca de 1,300 millones de euros, cifra equivalente al 1.5 por ciento del PIB del país) en la conservación del medio ambiente en los próximos cinco años, debido a los crecientes problemas de contaminación que repercuten seriamente sobre la salud de la población.
En concreto, el gobierno chino pondrá en marcha medidas para mejorar la calidad del aire y del agua, entre las que se encuentran la construcción de al menos una decena de plantas para tratar las aguas residuales, según informa la agencia de noticias estatal Xinhua.
Otro de los objetivos del ejecutivo consiste en reducir la erosión que sufre el país, un problema con graves repercusiones sobre la agricultura. En este sentido, el director de la Administración de Protección de Medio Ambiente Estatal, Zhou Shengxian, reveló que “se estima que 12 millones de toneladas de grano están contaminadas por los metales pesados”. El año pasado, China produjo cerca de 484 millones de toneladas de grano.
Después de dos décadas de crecimiento indiscriminado, China intenta frenar la degradación ambiental que vivió uno de sus peores capítulos el pasado mes de noviembre, cuando al menos 100 toneladas de benceno y nitrobenceno fueron vertidas al río Songhua —uno de los más grandes del país— tras la explosión de una planta química en la provincia de Jilin.
El vertido llegó hasta la ciudad de Harbin, donde residen 3.8 millones de personas, que estuvieron varios días sin suministro de agua hasta que se llevaron a cabo las labores de descontaminación.
Fuente: PNUMA
