Sostenibilidad

El manejo forestal que se ha hecho en Quintana Roo ha trascendido las fronteras y en el mundo

El manejo forestal que se ha hecho en Quintana Roo ha trascendido las fronteras y en el mundo se visualiza como una experiencia que debe seguirse, por los esquemas aplicados que garantizan el desarrollo sustentable.

La entidad ocupa el primer lugar en cuanto a manejo forestal en México y el segundo lugar en Latinoamérica en producción de maderas preciosas.

La entidad tiene bajo manejo forestal 700 mil has, distribuidas en las áreas forestales permanentes de 127 predios ejidales y privados. El volumen made-rable autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) es de 200 mil metros cúbicos rollo.

Existen siete ejidos con un total de 282,725 has, de las cuales 170,500 están certificadas con el sello verde, que es validado en el ámbito internacional.

Las autoridades estatales tienen proyectado incluir en esta categoría a otros siete ejidos, con una superficie de 232,550 has. Además de un área forestal permanente de 117,500, donde se invertirán un millón de pesos del Programa de Desarrollo Forestal (Prodefor).

Con esto, a principios de 2005 se contará con 388 mil has certificadas en 14 ejidos, con una superficie potencial de medio millón de has.

Las autoridades afirman que se ha avanzado porque muchos ejidos han logrado su certificación con lo que internacionalmente se conoce como sello verde, que garantiza el manejo sustentable de sus áreas forestales.

Así se determina qué zonas de corta habrá cada año. Se seleccionan 20 superficies que paulatinamente se van explotando, con el propósito de que cuando terminen la última, la primera volverá a cortarse en una veintena de años.

Dentro del esquema de manejo forestal que se aplica en el estado se diferencian superficies o lugares como reserva para producción de oxígeno, los famosos bonos ambientales, que son áreas protegidas.

Las organizaciones que trabajan en el manejo y aprovechamiento sustentable de las selvas suman diez, con una participación superior a los 14 mil bene-ficiarios en más de 100 ejidos y pequeña propiedad.

Plantaciones forestales

Por medio del Programa de Plantaciones Forestales Comerciales (Prodeplan), aplicado en la entidad por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Sedari, en 2003 se apoyaron 11 proyectos, en una superficie de 2,125 has, distribuidas en el estado, con un monto superior a los 14 millones de pesos. Para 2004 se tenía previsto apoyar la plantación de mil has, con siete millones de pesos.

Las especies que se apoyan son cedro y caoba. De la primera se tienen más de cinco mil hectáreas comerciables.

Además FIRA con la unión indigenista maya ha impulsado más de 2,500 has, con inversiones del orden de los 34 millones de pesos.

Industria forestal

Con apoyo del Prodefor, en convenio con la Conafor se rehabilitaron cinco aserraderos ejidales que ya están produciendo y operando como empresas productivas.
En 2004, con la operación de la industria forestal establecida se dio mayor valor agregado a la madera, teniendo como parámetro los estándares internacionales de calidad, con el empleo de máquinas adaptadas a las condiciones de la región, cuya incidencia en la biodiversidad de la selva será mínima optimizando la cadena productiva y disminuyendo los costos de producción.

Se prevé que al término de la presente administración se cuente con 10 aserraderos operando con secadoras de madera para mejorar la presentación y calidad. Con esto se busca incrementar el precio de la madera en rollo de tres mil pesos por metro cúbico a cinco mil pesos aserrada y estufada; las maderas duras en rollo pasarían de 900 a 1,800 pesos por metro cúbico aserrado. En este proyecto los tres niveles de gobierno invertirán más de cinco millones de pesos.

Ecoturismo forestal

Las zonas forestales además de área de conservación pueden ser una atracción turística por su belleza natural, flora y fauna silvestre. Este tipo de actividad también conocida como turismo de bajo impacto ambiental se promueve y realiza en lugares como Chacchoben, el Cenote de Dos Ojos, Pacchen y Kantemó, entre otros.

Hasta 2003 se apoyaron 16 comunidades y para este año se tienen nueve proyectos con una inversión de dos millones de pesos, donde destacan el Pueblo Chiclero, Pacchen, Dos Ojos y los Cocorocos.

En Quintana Roo hay ocho áreas protegidas, la más importante es la Biosfera de Sianka’an.

Una visión internacional

En Quintana Roo las tasas de deforestación son más bajas que en otros estados del trópico mexicano, refiere David Kaimowitz, director general del Centro Internacional Forestal, con sede en Indonesia, que realiza investigación junto con otros organismos en 30 países.

El especialista considera que el plan piloto fores-tal en esa entidad contribuyó a la transformación del manejo forestal y con el tiempo las comunidades han aprendido a manejar la caoba, cómo mejorar la regeneración y ampliando el número de especies que trabajan, de tal forma que hay posibilidades reales de que puedan hacer un manejo sostenible de sus bosques. Además, al parecer tienen buenos resultados en el plano comercial.

David Kaimowitz destaca que una experiencia importante en el ámbito internacional es que en México la mayoría de los bosques están en manos de campesinos, quienes tienen un desarrollo empresa- rial y llevan a cabo su actividad de manera satisfactoria. Subrayó que “México, con el sistema de los ejidos, es único en el mundo”.

En Guatemala se sigue el camino de Quintana Roo y esta experiencia de aplica en el departamento de Petén, donde hay condiciones ecológicas parecidas y en cinco o seis años gran parte de los bosques han pasado a manos de los agricultores por medio de la Asociación Forestal Comunitaria de Petén.

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