Sostenibilidad

Cultivan ostiones, almejas y mejillones

Con un método propio, un laboratorio científico de Baja California Sur cultiva “semillas” que en vez de germinar frijol o maíz hace crecer ostiones, almejas, mejillones y callo de hacha.

Obtener cosechas eficientes de estas populares especies para consumo humano requirió al Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste (Cibnor) 20 años de investigación con un tipo de moluscos llamados bivalvos, caracterizados por tener un cuerpo blando formado por dos conchas o valvas unidas entre sí, cuya apertura regula un músculo llamado abductor.

En este grupo se incluyen más de 20 mil especies de mar y de agua dulce (entre ellas almejas, ostiones, mejillones y callo de hacha) que pueden vivir enterradas en la arena, estar fijas a rocas o tener vida libre en las aguas marítimas, explica Ricardo Pérez Enríquez, coordinador del Programa de Acuacultura del Cibnor, centro Conacyt con sede en La Paz, Baja California Sur.

En las últimas décadas muchas poblaciones de moluscos bivalvos han disminuido drásticamente por la sobreexplotación. Por ello surgió la acuicultura como una alternativa importante», señala Pérez Enríquez.

El cultivo de estas especies a partir de individuos reproducidos en laboratorio es una alternativa tecnológica y económicamente viable para generar riqueza, evitar que continúe el deterioro de los bancos naturales de moluscos y diversificar la actividad acuícola mexicana, concentrada en el cultivo de camarón, opina el especialista en genética y reproducción de peces.

Los ostiones, almejas y mejillones son candidatos ideales para cultivos en cautiverio, porque son manejables en laboratorio, tienen un rápido crecimiento y bajo costo de producción.

Su reproducción intensiva se basa en moluscos jóvenes llamados «semilla», por la similitud del cultivo acuícola con uno agrícola.

El proceso inicia colectando organismos adultos machos y hembras sexualmente maduros en el medio natural, los cuales se transportan al laboratorio, donde se les induce a la reproducción dentro de tanques de agua mediante cambios bruscos de temperatura que propicia que machos y hembras liberen en el agua esperma y huevecillos, ocurriendo la fertilización.

Los huevos fecundados se mantienen en condiciones controladas de temperatura y aireación hasta que nacen las larvas; después de varios días éstas se alimentan de fitoplancton (alimento natural a base de algas microscópicas).

Cuando los organismos se transforman en jóvenes, se asientan en el fondo de los tanques y se utilizan como «semilla» en las unidades de cultivo, donde se someten a una fase de pre-engorda o crecimiento. Luego se pasa a la engorda, que se realiza en el mar en canastas, bolsas o estantes. Finalmente se estimula su reproducción a fin de que existan larvas siempre disponibles.

Cuando alcanzan la talla comercial (en periodos de seis meses a dos años según la especie) se cosechan para su introducción al mercado.

“La engorda representa un beneficio muy importante al no generar gastos de alimentación. Por ello el cultivo es viable”, señala el investigador.

Para 2008, el Cibnor pretende producir con este método 22 millones de semillas de ostión, 11 de almeja y tres de callo de hacha.

Fuente: El Norte

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