Alrededor de 90 por ciento de los consumidores de energía desearían contar con un medidor de electricidad inteligente, aunque tuvieran que pagar por éste una suma extra mensual o de una sola vez, para gestionar su consumo.
Así lo reveló el informe Entendiendo el consumo inteligente de energía, elaborado por IBM Global Business Services, luego de encuestar a cinco mil consumidores de energía de todo el mundo.
El estudio mostró que los consumidores de electricidad a escala mundial desean tener más capacidad de maniobrar para adaptar su consumo energético a sus necesidades, que principalmente, son su deseo de economizar y reducir el impacto medioambiental.
Explicó que los contadores inteligentes son una pieza clave de las nuevas redes de distribución de energía que están desplegando las compañías del sector, ya que permiten, entre otras ventajas, el pago por uso, evitando las estimaciones en los recibos.
Asimismo, ofrece información en tiempo real sobre el consumo y gasto de electricidad, gas y agua, con lo que el consumidor puede ajustar su consumo en función de sus necesidades, además de que puede gestionar de forma remota.
De acuerdo con la encuesta, 23 por ciento de los consumidores considera que los precios energéticos subirán en los próximos años, por lo que su deseo de reducir el costo de su recibo es el factor que más influye a la hora de modificar sus hábitos tradicionales de consumo.
El director de Relaciones Gubernamentales en IBM México, Jesús de la Rosa, destacó “vemos que los consumidores de hoy quieren más información para poder ser más proactivos en cuanto a sus decisiones de consumo de energía”.
Según el informe, existen cuatro tipos de clientes de energía: los que aunque tienen necesidades energéticas concretas no cuentan con los ingresos necesarios para satisfacerlas; los que no tienen ningún interés en tomar decisiones sobre su consumo energético.
Los que tienen necesidades energéticas y los ingresos suficientes como para satisfacerlas y los grandes consumidores de energía sin limitaciones de presupuesto pero sin interés por tomar decisiones sobre el consumo del energético.
Fuente: El Financiero
