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No importa ni lo ancho ni lo largo, sino que duren y duren…

Por Angélica Simón

no-importaY es que la durabilidad de los móviles y el ritmo al que los reemplazamos justo por lo corto de su vida útil, está generando un impacto en el medio ambiente crítico

Ciudad de México.— ¿Pantalla de 5.1 pulgadas? ¿Touch?, ¿HD? ¿Tiempo de carga optimizada? ¿Ultradelgado? ¿Cuál es la característica que más nos importa a la hora de comprar un teléfono móvil inteligente? ¿Cuáles nos han hecho creer que son las mejores smartphones del mercado? ¿Los más grandes y ultradelgados? Pues que no nos digan y no nos cuenten, en esto de los celulares no debería importar ni lo ancho ni lo largo, sino que duren y duren.

Y es que la durabilidad de los móviles y el ritmo al que los reemplazamos justo por lo corto de su vida útil, está generando un impacto en el medio ambiente crítico. Primero por la cantidad de recursos energéticos que se requieren para la producción de cada nuevo teléfono y que está ayudando al cambio climático, y segundo, porque estos teléfonos contienen un montón de sustancias tóxicas que, además de afectar a los trabajadores durante la producción, cuando los teléfonos son tirados a la basura entran en contacto con tierra, agua y aire contaminando esos recursos y poniendo en riesgo la salud de las personas.

De acuerdo con la Unidad de Inteligencia Competitiva, cada smartphone tiene un periodo de uso de solo dos años y aunque este siga funcionando es reemplazado —en gran medida— por esta búsqueda de tener el mejor y más actualizado celular, es decir, por querer tener el mejor, solo preguntémonos el mejor ¿según quién? o ¿para qué?

Como amantes de la tecnología y de todo lo que nos da un smartphone, también podemos redefinir cuál es el mejor celular.

Desde Greenpeace creemos que como consumidores debemos pedir a la industria de la tecnología tres características básicas para tener un móvil realmente inteligente, no solo en términos de sistemas operativos, pantallas de última generación y aplicaciones, inteligentes también en el cuidado del medio ambiente y las personas.

Sin duda el mejor smartphone debería ser:

El que tenga menos químicos tóxicos.

Reducción y eliminación de sustancias tóxicas de la industria y toda su cadena de suministro y reemplazo por químicos verdes para garantizar la salud y seguridad de trabajadores de la industria y evitar la contaminación de los ecosistemas.

El que sea producido con energía limpia y sustentable.

Reducción de la huella de carbono de la industria y sus procesos de producción. La energía que se utiliza en la producción debe provenir de fuentes renovables.

Y el que dure más, pueda ser reparado y reutilizado y deje atrás la era de la obsolescencia programada.

La industria de la tecnología puede convertirse en un agente de cambio y usar la creación, la innovación para ofrecernos teléfonos con estas características y darnos la posibilidad de conservar nuestro planeta y la salud de las personas.

Vamos a unirnos y pidamos pasar de la era de la obsolescencia a la de la verdadera innovación.

Fuente: http://www.greenpeace.org/

 

 

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