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Micropropagación de cactáceas ornamentales en peligro de extinción

La micropropagación en especies amenazadas o en peligro de extinción permite incrementar el volumen de plantas y especies con demanda comercial, para satisfacer tanto el mercado nacional como el internacional. Se estima que en un periodo de 1.8 años se puede obtener una producción superior a ocho mil plántulas que implicarían una derrama económica superior a 130 mil pesos.

Esta aplicación, difundida, desarrollada e impulsada por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), puede aprovecharse en laboratorios comerciales y de investigación de todo el país, así como para todos los interesados en la producción y comercialización de plantas ornamentales, pudiendo adoptar esta tecnología en sus viveros e invernaderos.

Además de su importancia ecológica y económica, las técnicas de cultivo de tejidos para obtener plantas in vitro se utilizan como una forma de rápida regeneración de especies con pocos individuos o con dificultades para propagarse por métodos convencionales, como es el caso de dos especies de cactáceas ornamentales de los géneros Astrophytum y Turbinucarpus, ambas de lento crecimiento y baja regeneración natural en el desierto de Chihuahua.

En esta región del norte del país, existen 89 especies de cactáceas consideradas como amenazadas o en peligro de extinción, y es una zona con un alto índice de endemismo. La mayoría de las especies que se encuentran en esta categoría están consideradas como plantas ornamentales de gran atracción para coleccionistas nacionales y extranjeros.

El costo por planta silvestre está en función de su morfología y sitio de origen, siendo de hasta 70 dólares en el extranjero. La micropropagación en laboratorio es una nueva opción para invernaderos y viveros comerciales tanto de la región como del país, en donde se puede incrementar el volumen de estas especies y destinarlas a diferentes propósitos.

La propagación sexual es el método de reproducción convencional, sin embargo el volumen de material generado depende de la cantidad de semilla disponible. Con la aplicación de la micropropagación el volumen de plantas en comparación con el método convencional podría incrementarse en más de diez veces y en menor tiempo, siendo una forma efectiva de producción.

Recomendación para su uso: la micropropagación se inicia con el establecimiento de semillas in vitro en un medio elaborado con 3.0 por ciento de sacarosa y 0.6 por ciento de agar. En este medio con ambas especies se obtiene a los 42 días una germinación superior a 80 por ciento. Las plántulas se subcultivan cuatro veces en medio (MS) al 50 por ciento adicionado con 0.15 por ciento de carbón activado y antioxidantes. Plántulas con altura mayor a 15mm se utilizan para obtener de dos a tres explantes.

Los explantes de Astrophytum myriostigma y Turbinicarpus valdesianus se establecen en medio MS para la inducción de brotes, adicionado citocininas combinada con auxina en una relación de diez a uno. Después de seis a ocho semanas se induce la activación de areolas obteniendo en promedio de siete a diez brotes por explante, respectivamente. Posteriormente las plántulas se elongan y enraízan, alcanzando una altura de hasta 20mm y generando tres raíces por planta de cinco centímetros de longitud.

Para empezar con la micropropagación se requiere de una pequeña cantidad de semilla. A partir de ésta, en diez meses se pueden producir las primeras plántulas. Posterior a esta producción, sólo se requiere de cinco meses para volver a incrementar el volumen de plántula.

En un año pueden establecerse seis ciclos de producción con duración de cinco meses, en donde, desde la primera cosecha amortizaría la cantidad de semilla invertida. De este modo, con la micropropagación el volumen de producción se incrementaría 150 veces más en comparación con la propagación tradicional la cual está sujeta a la disponibilidad de semilla.

Bajo este sistema se garantiza un volumen constante de planta uniforme con calidad fitosanitaria. Se estima que el costo por planta producida in vitro es de 17 pesos con una relación beneficio costo de 80 centavos en los diez primeros meses y de diez pesos por peso invertido después del primer año de micropropagación.

El INIFAP cuenta con la tecnología disponible para aquellos grupos y asociaciones de productores que estén interesados en la propagación de cactáceas con la comercialización a gran escala.

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