Colaboraciones

Ecocidios en la frontera norte mexicana

México y EU comparten una de las fronteras más dañadas del mundo en cuanto a ecosistemas se refiere

Por: Juan Carlos Machorro

fronterasLa región colindante México-Estados Unidos, que comparten la frontera más grande del mundo con tres mil 100 kilómetros de extensión, se caracteriza por presentar condiciones poco sustentables que contribuyen al deterioro del medio ambiente y la salud de las comunidades fronterizas ante el creciente deterioro de los ecosistemas.

En el mundo, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), existen más de cien acuerdos multilaterales mundiales y 140 regionales sobre el ecosistema global, y cada uno de ellos se ocupa de asuntos específicos que van desde la protección del mar, el clima, la capa de ozono, protección de las especies y muchos otros temas.

En México, las zonas fronterizas han tenido un marcado crecimiento económico que ha derivado en un evidente deterioro ambiental, tal como ocurre en ciudades como Tijuana o Ciudad Juárez, lugares donde el crecimiento de la población ha ocasionado un incremento en el uso energético, la generación de desechos y otros problemas derivados de la baja disponibilidad de agua.

Un caso claro de los daños ambientales generados en la frontera norte del territorio nacional es la importación anual de cerca de un millón de automóviles, de los que 35 por ciento se queda en aquella región.

Mientras a escala nacional el promedio de vehículos por habitante es de uno por cada 154 habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en la frontera el promedio es de uno por cada tres habitantes, siendo Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Tijuana las poblaciones con el promedio más alto. El problema es que la gran mayoría de estos automóviles tienen más de diez años circulando, razón por la cual se les considera como chatarra vehicular por sus bajos índices de eficiencia energética y sus altos índices de contaminación. Esta situación ha provocado que en entidades como Tamaulipas, sean considerados una plaga.
Para Daniel Chacón Anaya, administrador general de la Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza (Cocef), el problema ambiental en la frontera norte de México es preocupante; en este lugar habita 20 por ciento de la población mexicana y se genera 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

“Es una franja clave en el desarrollo de México que tiene grandes presiones urbanas e industriales”, explicó el especialista, quien destacó que debido a la importancia de los ecosistemas desérticos en los procesos de producción, se esta buscando la manera de implementar diversos trabajos de coordinación económica y ambiental, principalmente en materia de cambio climático, ya que sus efectos pueden ser devastadores en toda la franja fronteriza.

En entrevista con Teorema Ambiental, Chacón Anaya apuntó que deben establecerse políticas estatales y municipales para proteger el clima, tal como sucede en la frontera norte del país donde la Cocef y el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) tienen 152 proyectos, con una inversión de tres mil 200 millones de dólares, para la adaptación ambiental, destinados a rubros como agua potable, alcantarillado y construcción de 40 plantas de tratamiento y manejo de residuos.

Entidades norteñas, algunos de sus padecimientos

Entre los casos específicos del aumento de la contaminación en la frontera norte está el de Chihuahua. Según datos oficiales, las actividades de la industria maquiladora en la capital del estado durante las dos últimas décadas han provocado un aumento de 40 por ciento de la contaminación.
Otro caso grave de problemas atmosféricos es el de Nogales, Sonora, ciudad que ha recibido algunas advertencias por parte de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, pos sus siglas en inglés), debido a su alto grado de contaminación atmosférica que ha provocado algunos daños en el poblado vecino de Nogales, Arizona.

En Tamaulipas, 80 por ciento de la contaminación se debe a un parque vehicular muy antiguo; además, los mantos superficiales de agua de Tampico padecen por las descargas sin saneamiento y según diversos especialistas están contaminados con metales pesados que han provocado casos de cáncer, de acuerdo con información del Instituto Nacional de Ecología (INE).

En Monterrey, un conflicto que ha requerido la urgente atención de las autoridades es el más de medio millón de llantas que anualmente se aglomeran en las calles y barrancas de su zona metropolitana, traídas en su mayoría de Estados Unidos.

Por todo esto, algunos estados han decidido tomar medidas para reducir los impactos del deterioro ambiental en la franja fronteriza. Coahuila, por ejemplo, invertirá más de cien millones de pesos para 2009, enfocados en programas de conservación de las áreas naturales y regulación de la contaminación en las ciudades que tienen alta densidad poblacional, así como en el saneamiento ambiental derivado de la actividad industrial.

Pero no sólo en el presente se sufren afectaciones climáticas, de acuerdo con El Colegio de la Frontera Norte, en 20 años se espera el incremento de la temperatura en un grado centígrado en la zona norte del país y la disminución en 20 por ciento de la precipitación pluvial en Ensenada y Tijuana en Baja California, donde actualmente el nivel de lluvias alcanza 270 milímetros al año, unas diez veces menos que en Tabasco. Situación que redundará en altas temperaturas y olas de calor de graves afectaciones al clima y las personas como pérdidas masivas del ganado.

Ante este panorama, el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Juan Rafael Elvira Quesada, comentó que en materia de políticas ambientales regionales es urgente el trabajar con Estados Unidos y Canadá, para salvaguardar la biodiversidad de la parte norte del continente.

Elvira Quesada desestimó que el hecho de compartir la frontera con Estados Unidos, pueda ocasionar daños irreversibles en el medio ambiente de la región pese a reconocer que Norteamérica posee uno de los índices más altos del mundo en cuanto a emisiones de dióxido de carbono (CO2).
“México, Canadá y Estados Unidos —en conjunto— tienen de las mayores emisiones a la atmosfera”, aceptó el titular de Semarnat.

Por ello, dijo, es indispensable trabajar de forma trinacional en la reducción de dichas emisiones, ya que incluso México podría verse beneficiado con el impulso de la administración Obama en materia energética.
“Vemos desde la perspectiva del gobierno federal, las decisiones de Barack Obama, para la reducción de emisiones y somos el primer país en materia de políticas ambientales que nos acercamos con las autoridades estadounidenses”, señaló el funcionario federal, quien consideró que en la promoción de energías limpias, el norte de México representa un frente muy interesante, barato, accesible para la generación de energías limpias como la geotérmica y solar.

Sin embargo, se busca que la cooperación ambiental con el gobierno estadounidense no se quede únicamente en lo referente a la política energética. Durante una reunión efectuada en Washington con funcionarios estadounidenses, Elvira Quesada detalló que la dependencia oficial fincó un diálogo con el secretario del Departamento del Interior de EU, Ken Salazar, para volver a colocar en la mesa de negociación el tema del muro fronterizo, luego de dos años de trabajo en que 50 expertos de ambos países han analizado los daños potenciales que esta construcción ocasionaría a los ecosistemas que comparten ambos países.

Ante este panorama, México y Estados Unidos han decidido implementar acciones conjuntas como la iniciativa Border 2012. Este programa de políticas ambientales establece el apoyo de proyectos para reducir la contaminación del aire, proveer agua potable y mejorar las respuestas a emergencias ambientales, pese a que cifras recientes muestran que los esfuerzos por acceder a un modo de vida sustentable en aquella región han sido insuficientes a pesar de las inversiones conjuntas para mitigar la devastación.

Asimismo, este año se presentó el Plan Indicativo para el Desarrollo Competitivo y Sustentable de la Región Transfronteriza México-Estados Unidos, el cual establece lineamientos básicos de soluciones a corto, mediano y largo plazos para los retos que enfrenta la región, principalmente en temas como calidad del aire, conservación de las cuencas transfronterizas y vida silvestre.

Suscríbete al Boletín

PAÍSES QUE NOS ESTÁN VIENDO