Residuos

Gestión responsable de residuos, el reto de México

Las nuevas generaciones están gestionando responsablemente los residuos, más que por moda, por educación

Por: Ing. Felipe Díaz*

México es un país con verdaderas oportunidades de desarrollo, es una nación que representa una joya para los amantes de la mejora continua. “Nuestro México”, dicho así para propios y extraños que se encuentran comprometidos con nuestra sociedad y que tienen la firme convicción de no permanecer inertes en su paso por la Tierra; gente que siempre buscará mejorar el lugar donde asentó su vida para brindarle a las generaciones descendientes un mejor lugar para existir; todos nosotros estamos empezando a poner más atención en la gestión responsable de residuos. Algunos lo harán por moda, algunos conscientes de los beneficios, otros por obligación y, afortunadamente para todos, las nuevas generaciones lo están haciendo por educación.

En los últimos años las personas, algunas empresas y los gobiernos le han brindado un poco más de atención a entender el entorno en la gestión de residuos, un tema obligatorio para todos. Ha comenzado la participación activa en labores, estrategias y difusión de la gestión responsable de los residuos sólidos urbanos, los desechos industriales y los residuos comerciales, lo que ha originado descubrimientos, definiciones y hasta sistemas de aprovechamiento que por el momento nos muestran sólo una fracción de los beneficios que nos otorga el compromiso por hacernos responsables de los despojos que se originan de nuestras actividades y vida diaria.

Un poco de historia

En noviembre de 2006, Al Gore, quien fuera vicepresidente de Estados Unidos y posteriormente candidato a la presidencia de ese país, lanzó el documental Una verdad incómoda, trabajo dedicado al tema del cambio climático desde el punto de vista en que las actividades de la vida humana han influido de forma determinada en el equilibrio de los ecosistemas, la vida del hombre siempre ávida de recursos energéticos para dar soporte a todas nuestras actividades tan esenciales como la alimentación o complejas y demandantes como la industria de la transformación o los servicios; todas nuestras actividades al final se entrelazan en un concepto general llamado consumo. Este documental de Al Gore lo hizo merecedor al Premio Nobel de la Paz y puso en boca de todo el mundo el tema de la conservación del medio ambiente. Es aquí donde debido a intensas campañas publicitarias, una de las actividades preponderantes para cuidar nuestro entorno se instituye dentro de la mente de toda persona a escala mundial, al concepto del reciclaje se le brinda especial atención, una necesidad disfrazada con un traje de moda.

Sin embargo el tema del reciclaje y aprovechamiento de materiales no es nuevo, de hecho es una actividad presente en la vida cotidiana y productiva del ser humano llevada a cabo desde hace siglos sin dar cuenta de serlo propiamente como hoy lo conocemos.

Cabe mencionar que previo a la Revolución Industrial resultaba más conveniente aprovechar insumos provenientes de la reutilización de materiales para disminuir los costos de producción; sin embargo, una vez que fue posible contar con materias primas “puras” a precios competitivos debido al desarrollo de medios de extracción y transporte económicos gracias a la llegada de la revolución, el reciclaje pasó a segundo término y logró recuperar terreno sólo hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando la necesidades bélicas obligaron a aprovechar todo recurso disponible incluyendo los desperdicios. De ahí en adelante comenzó el desarrollo de la industria del reciclaje principalmente enfocado al procesamiento de metales y fibras como el cartón y el papel. Fue hasta la década de 1970 cuando el reciclaje de plásticos también se convirtió en una actividad rentable para las grandes empresas. Hoy en día existen tecnologías para aprovechar y/o reciclar casi la totalidad de los residuos, sin que esto signifique que ese reciclaje se lleve a cabo.

Entorno

El ciclo de vida natural de un producto inicia con la obtención de la materia prima, continúa con la producción y posterior consumo, después el producto es convertido en un residuo o desecho del que toda persona desea deshacerse pues ya cumplió su vida útil y ha dejado de ser necesario.

El consumo es parte de nuestra vida, pero ¿cómo podemos ser consumidores responsables? A partir de esta interrogante toma forma e importancia la regla de las 3R del reciclaje: reduce, reutiliza y recicla. Cualquier producto que no es ingresado a este criterio de manejo se ha convertido en basura, término usado para denominar aquella fracción de residuos que no son aprovechables y que normalmente son depositados en tiraderos, con la ausencia total de previsiones para evitar la contaminación del medio ambiente pues son lugares escasamente planeados y preparados para recibir los residuos generando una cadena de problemas; esta situación es tan grave que la propia Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) reconoce en su informe del año 2008 que uno de cada tres tiraderos de basura es clandestino y carece del mínimo control.

La regla de las 3R del reciclaje nos brinda un método práctico para favorecer el buen manejo de los residuos y puede ser aplicada a partir de una sola persona hasta las actividades desarrolladas por el comercio, la industria y el control gubernamental.

Reducir el volumen de consumo para obtener menor cantidad de desechos, reutilizar los desechos para tareas o aplicaciones productivas que a su vez benefician la reducción del consumo, y por último, reciclar los materiales de desecho de forma directa o ingresándolos correctamente a la cadena del reciclaje se convierte en un esfuerzo fundamental para la conservación de nuestros ecosistemas.

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