Residuos

FAO halla microplásticos atrapados en alimentos

Los residuos fueron detectados en: cerveza, miel y sal de mesa; la mayor fuente de microplásticos en los alimentos siguen siendo los mariscos

Teorema Ambiental/Redacción

Esther Garrido, experta del Departamento de Pesca y Acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), dijo que a pesar de que los filetes de pescado y los peces grandes son dos de los productos marinos más consumidos, estos no son la fuente más significativa de microplásticos al organismo de los seres humanos mediante la alimentación.

“Si yo tengo un pescado, normalmente le quito las vísceras cuando lo voy a consumir y muy probablemente yo no voy a estar consumiendo microplásticos”, explicó la especialista.

“Cuando hablamos de animales o pescados pequeños que se consumen enteros, cualquier animal marino que se consuma con el intestino, podemos decir que estamos expuestos a la ingesta de esos microplásticos que previamente han ingerido en el medio marino”, añadió.

La presencia de plásticos en los mares está causando estrés en estos ecosistemas y afectando los recursos pesqueros y acuícolas, por lo que la experta hizo un llamado a aumentar la conciencia pública y limitar las fuentes y descargas de este material en el medio marino.

Los expertos han señalado que más de 220 especies marinas diferentes ingieren desechos microplásticos en condiciones naturales y que muchas de ellas son consumidas por humanos, como mejillones, ostras, almejas y camarones.

Un grupo de expertos de la ONU evaluó el impacto potencial de los microplásticos y los contaminantes asociados sobre la salud de los consumidores, y las implicaciones ecológicas para los organismos acuáticos.

Al auge en la producción y el uso de microplásticos en el mundo, se añade que la demanda de productos plásticos sigue aumentando, se estima que su producción alcanzará los mil millones de toneladas para 2050.

Los microplásticos son pequeñas partículas y fibras de plástico, pero no existen estándares establecidos para determinar su tamaño máximo. De acuerdo con la FAO, miden menos de cinco milímetros. Este tamaño es un factor importante para determinar la medida en que los organismos pueden verse afectados porque afectan principalmente a pequeños peces, organismos invertebrados y otros animales filtradores que tienen el potencial de entrar en nuestra cadena alimentaria.

Los microplásticos provienen de diferentes fuentes y son clasificados en primarios y secundarios. Los primarios son aquellos que se fabrican intencionalmente con cierto tamaño, tales como los granulados, los polvos y los abrasivos domésticos e industriales que se utilizan en cosméticos y productos para el cuidado personal, así como en textiles y prendas de vestir, entre otros.

La segunda categoría abarca aquellas partículas que proceden de la degradación de materiales más grandes, como bolsas, y de las emisiones durante el transporte terrestre, especialmente la abrasión de los neumáticos de automóviles en uso.

Además, en el sector pesquero se usa el plástico para fabricar artes de pesca, jaulas y boyas para construir y mantener embarcaciones. Se utilizan también cajas y materiales de embalaje de plástico para transportar y distribuir el pescado y los productos pesqueros.

Los aparejos de pesca abandonados, perdidos o descartados son una de las principales fuentes de desechos plásticos marinos; sin embargo, no existen datos cuantitativos sobre la cantidad de microplásticos que son emitidos a partir de ellos.

Según la FAO, actualmente las áreas más afectadas por la presencia de microplásticos son el mar Mediterráneo, los mares del este y el sudeste asiático y las zonas de convergencia ecuatorial al norte del Atlántico y del Pacífico.

Los microplásticos contienen una mezcla de productos químicos añadidos durante su fabricación que pueden filtrarse en el ambiente. Estas partículas además absorben eficazmente sustancias tóxicas presentes en el medio marino como los contaminantes orgánicos persistentes.

“No hay técnica de laboratorio consensuada para determinar la presencia de microplásticos ni cuantificarlo por ejemplo en alimentos, eso es una laguna muy importante”, puntualizó Esther Garrido.

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