Residuos

Deficiente reciclaje de pilas en el Valle de México: estudio del IPN

La Zona Metropolitana del Valle de México genera más de 200 millones de pilas al año, sin embargo no existe un programa claro para su manejo

reciclaje-pilasEstudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN), determinaron en el estudio denominado “Generación de pilas como residuo en casas-habitación de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM)” que existe un deficiente reciclaje de estos desechos tóxicos debido a los grandes volúmenes que se producen, el alto riesgo que representan para la salud de la población y medio ambiente, así como una falta de educación.

Los ingenieros ambientales de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi) señalaron que de acuerdo con los resultados de las 506 encuestas aplicadas se estableció que en la ZMVM se generan 200 millones 101 mil 599 pilas al año, cada mes se desechan 16 millones 675 mil 133 pilas. Un 64 por ciento de la población genera de una a dos al mes, el 30 por ciento de tres a cinco, y 6 por ciento más de seis pilas.

De acuerdo con Alan Axel Martínez Vizuet, uno de los estudiantes responsables de la investigación, “está demostrado que una pila recargable puede usarse 200 veces, lo que evita que se use esa misma cantidad en pilas desechables. Por lo que se recomienda a la población que compre este tipo de pilas que genera menos residuos”, agregó.

Sin embargo, reciclar pilas no solo es tirarlas a un contenedor especial, antes hay que cubrir ambos polos con masking tape para que no se viertan los líquidos nocivos y no afecten la salud del personal de limpieza, ni al medio ambiente.

Pese a ello, el 28 por ciento de los habitantes almacenan sus pilas en el hogar, 53 por ciento desconocen los programas de reciclaje, y un 80 por ciento ignora la peligrosidad de estos desechos.

Un mal manejo puede provocar la liberación de sustancias tóxicas, ya que al desecharse inadecuadamente la carcasa de las pilas ocasiona que se pongan en contacto con suelos, flora, fauna, cuerpos de agua superficial y subterránea, lo que representa un elevado riesgo en las cadenas alimentarias naturales.

Dentro de estas sustancias se puede encontrar plomo, cadmio, níquel, manganeso, litio y mercurio, este último puede atravesar la placenta y provocar daños en el cerebro y tejidos de los neonatos.

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