Residuos

Bioplástico con base de cáscara de naranja entre finalistas de Reto CDMX

El proyecto fue diseñado por estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en la categoría Economía Circular. La final se realizará del 26 al 28 de junio de manera virtual

Teorema Ambiental/Redacción

Ciudad de México, 23 de junio de 2020.— Con un proyecto para generar un bioplástico a partir de la cáscara de naranja que se degrada en un tiempo menor a un año, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) fueron situados entre los diez finalistas de la categoría Economía Circular del Reto CDMX, Concurso de Innovación, cuyo objetivo es hallar soluciones a problemáticas de gestión de residuos y movilidad de la Ciudad de México.

En el proyecto participan alumnos de la carrera de Ingeniería Ambiental, de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (UPIBI), Adrián Emanuel Tun Panti, Karen Itzel Osorio López, Antonio Falcón Martínez e Itzel Berenice Rosas Bermúdez, con la asesoría del maestro en Ciencias, Saúl Hernández Islas. Se denomina Narandam, orange is the new Green, y participarán del 26 al 28 de junio.

La categoría de Economía Circular considera: empaques, plásticos y residuos de alimentos, cuyo desafío es lograr un bioplástico con la cáscara de naranja que tenga impacto positivo en el ambiente y la economía.

Para los estudiantes, este reto les permite crear conciencia en la problemática de la generación de residuos que tiene el país y su trayectoria escolar les permite fomentar y expandir nuevas ideas de innovación a través de la economía circular.

A su vez, su asesor resaltó que los bioplásticos sustituirían al plástico convencional que se obtiene de los derivados del petróleo, adicional a todos los impactos al aire, agua, suelo y generación de residuos que ocasiona y cuya degradación es mayor a 400 años.

“Utilizar este material que se obtiene de un residuo de la naranja nos da facilidad de que bajo el término bioplástico estaríamos logrando tiempos de degradación en el ambiente menores a un año, pero se tienen que hacer las pruebas experimentales debidamente validadas”, expresó.

Además, este tipo de productos tiene un beneficio social, pues crearía fuentes de empleo. “Si se materializa, los jóvenes estarían desde la fase de crear la formulación adecuada, desarrollar el prototipo, hacer las pruebas experimentales y posteriormente conformar una planta que genere cierta cantidad de bioplástico.”

El Reto CDMX es organizado por Ultrahack junto con la Embajada de Finlandia, Business Finland y partners industriales con el apoyo del Gobierno de la Ciudad de México.

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