Legislación Ambiental

Situación y expectativas para productores de limón mexicano

Después de la naranja, el limón mexicano es el cítrico que más se produce en México y entre las limas y limones representa alrededor de 75 por ciento de la producción.

En tierra azteca, el limón mexicano se produce comercialmente en costas del Pacífico. Colima ocupa el primer lugar con 32 por ciento, seguido de Michoacán, 30; Oaxaca, 21 y Guerrero, 7, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).

En el periodo 1980-99 la superficie cosechada observó una tasa media anual de crecimiento (TMAC) positiva en los cuatro principales estados productores, sobresaliendo Oaxaca con 5.9 por ciento; Michoacán, 5.1; Colima, 2.0 y Guerrero, 2.0 por ciento.

Los productores pequeños, con superficie menor a 10 hectáreas, representan 90 por ciento y producen alrededor del 50 por ciento. Los agricultores con superficie de 10 a 50 hectáreas representan  9 por ciento y producen 25 por ciento. En tanto, los grandes productores, con superficie mayor de 50 hectáreas representan 1 por ciento y producen 25 por ciento. La proporción de superficie para pequeños, medianos y grandes productores es de 60, 26 y 14 por ciento, respectivamente.

A diferencia del limón persa, 75 por ciento de la producción se destina al mercado interno como fruta fresca y 25 por ciento a la industrialización, cuyos derivados (aceites, jugos y pectinas) tienen como principal destino el mercado exterior.

Existe en México y a escala mundial un crecimiento de la producción y del consumo de limas y limones; mientras que en otros países se ha incrementado la productividad, en tierra mexicana ha aumentado la superficie de cultivo.

En cuanto a los precios en términos reales, tanto del fruto para el consumo en fresco como de los derivados muestran una tendencia a la baja, lo cual ha repercutido en los precios al productor, además de que existe la amenaza latente del virus de la tristeza de los cítricos.

Agroindustria limonera

El sistema agroindustrial en México está conformado por productores, de los cuales 90 por ciento tienen menos de 10 hectáreas, y constituyen 60 por ciento de la superficie. Las empacadoras están más relacionadas con grandes productores, industrias de transformación, bodegas y centros de distribución nacional.

Las industrias de transformación están concentradas principalmente en Colima y atienden la demanda de las compañías internacionales de bebidas carbonatadas, esencias, fragancias y pectinas. Los pequeños productores reciben el precio más bajo, aunado a la tendencia a la reducción en términos reales, por lo tanto no son motivados para aumentar la productividad.

Cadena de comercialización

En todas las regiones productoras de limón mexicano, el principal canal de comercialización es el de los «coyotes» locales, los cuales llevan el limón a intermediarios regionales o a empacadoras que tienen relaciones con los distribuidores en las centrales de abasto de las principales ciudades, o las agroindustrias. Lo anterior implica que los pequeños productores reciban precios más bajos, generalmente inferiores a los del medio rural.

La mayor parte de la producción de limón se destina al mercado de fruta para consumo en fresco (limón mexicano al mercado interno y limón persa al mercado externo).

La industria procesa alrededor de 25 por ciento de la producción nacional y cerca del 50 por ciento de la cosecha de Colima, destinando los derivados (aceites esenciales y jugos) al mercado internacional, en tanto que la cáscara se consume en México para la elaboración de pectinas.

El consumo de fruta fresca se ha incrementado en los últimos 20 años por el aumento de la población mexicana y el incremento del consumo aparente per cápita.

La dinámica en las exportaciones de fruta se debe al incremento en las exportaciones de limón persa, mientras que las exportaciones de jugo de limón mexicano también han tenido gran dinamismo.

Otro aspecto importante que es necesario considerar en la comercialización de limón mexicano es la calidad, ya que los precios de venta varían en las centrales de abasto de acuerdo con el tamaño del limón.

Los precios

Los precios están influidos por la estacionalidad de la producción. Durante los meses de abril a septiembre se presenta la mayor producción y por lo tanto los precios son más bajos, en cambio de octubre a marzo la producción disminuye y los precios son mayores.

En términos generales los precios reales de productos agrícolas tienen una tendencia a disminuir. Durante 1999-00 el productor recibió en términos reales de 21 a 35 por ciento menos por su limón que lo que recibía en 1993-94. El precio de venta en la Central de Abasto de Distrito Federal fue también inferior entre 18 y 34 por ciento y la industria pagó menos, entre 12 y 29 por ciento. Es importante señalar que durante los meses de mayor producción los precios que pagó la industria son casi similares a los que desembolsaron las empacadoras en Colima.

¿Cómo desarrollar el sistema productivo del limón mexicano?

Dos son los aspectos medulares en los que es necesario poner atención para el desarrollo del sistema agroindustrial:

1) Incidir sobre la productividad del sistema.

2) Incorporar al productor a la cadena de comercialización para que tenga una mayor participación en el valor agregado.

En el primer caso las opciones que tiene el productor   para aumentar los rendimientos por hectárea, mejorar la    calidad y manejar la estacionalidad de la producción son:

• Realizar labores culturales y aplicación de insumos sin modificar sustancialmente la tecnología actual.

• Modificar parcialmente la tecnología actual mediante podas, labores culturales, aplicación de insumos, aplicación de riego.

• Sustituir de forma gradual o total las plantaciones actuales con altas densidades de plantación, plantas certificadas, uso de insumos, riego presurizado (Paquete INIFAP).

Para el segundo caso es importante señalar que en términos generales el productor de limón apenas recibe entre 10 y 20 por ciento de lo que paga el consumidor, debido a la cantidad de intermediarios que participan en la cadena de comercialización y la ineficiencia de ésta (manejo poscosecha deficiente, carga financiera excesiva, altos costos de transporte y distribución).

Para poder incidir en la comercialización sería una utopía que cada productor de forma individual pueda abastecer los requerimientos en cuanto a volumen, calidad y oportunidad durante todo el año para los compradores, y además soportar los riesgos y las cargas financieras por los tiempos de pago de los compradores. Por lo que es necesario:

_ La formación de organizaciones con visión de mediano y largo plazos para incidir en la cadena de comercialización y en el mejoramiento de la productividad del cultivo.

_ El compromiso de las instituciones del estado para apoyar a estas organizaciones proporcionando apoyo en cuanto a infraestructura y servicios, capacitación, acceso a créditos y financiamiento, normatividad, seguridad.

Contexto mundial

Dentro de los cítricos, las limas y limones ocupan el tercer lugar en cuanto al volumen de la producción mundial con una participación de 10 por ciento.

De acuerdo con datos de la FAO, la producción media de limas y limones durante 1998-2000 fue de 9.94 millones de toneladas, de las cuales aproximadamente 75 por ciento correspondió a limón verdadero, 15 por ciento a limón mexicano y el 10 por ciento restante a limón persa.

México es el primer productor de limas y limones con una participación del 12 por ciento de la producción mundial (aproximadamente 9 por ciento de limón mexicano y 3 por ciento de limón persa), seguido de India, Argentina, Irán y España, naciones que en los últimos 20 años incrementaron su superficie cosechada de limas y limones.

El aumento de la productividad fue significativo en España, Irán y Argentina, naciones que presentaron un crecimiento medio anual mayor a 2 por ciento, en tanto que México mostró los más bajos rendimientos en el año 2000 y un crecimiento medio anual apenas del orden de 0.5 por ciento.

La producción de limas y limones es básicamente para consumo interno, como fruta fresca, en la mayoría de los países. En 1999 Estados Unidos, Alemania y Francia concentraron 35 por ciento de las importaciones de fruta fresca y más del 40 por ciento de las importaciones de jugos. Holanda, Japón Inglaterra y Canadá también son importadores importantes. El mercado de América del Norte ha sido el más dinámico en los últimos 20 años en la importación de fruta para consumo en fresco y jugo concentrado con tasas de incremento anual en las importaciones de 9.8 y 14.8 por ciento, respectivamente.

En cuanto al comportamiento de los precios unitarios de la fruta fresca y sus derivados, a excepción del limón persa exportado por México, todos los demás productos han reducido sus precios en términos reales entre 46 y 80 por ciento, durante los últimos 20 años, lo que implica que el precio pagado entre 1999-2000 representó de 54 a 20 por ciento del precio pagado en 1980. La mayor reducción de los precios fue en los aceites esenciales.

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