Legislación Ambiental

Propuestas para modernizar la minería cuidando el ambiente

La minería afecta globalmente a la biosfera y de manera local a la región en que se desarrollan sus actividades, pues éstas pueden ocasionar impactos adversos, tanto en suelos como en la calidad del aire, y afectar a la flora y fauna, además de la salud de los pobladores asentados en su vecindad.

Sin embargo, tal potencial de impacto adverso en el ambiente varía de acuerdo con el tipo de minas, procesos, condiciones del sitio en el que se ubican y de la vulnerabilidad de las poblaciones y ecosistemas vecinos.

Por ello se debe considerar la procedencia de los residuos generados, que son: la preparación de minerales en las minas, los del procesamiento hidrometalúrgico y los de la refinación primaria de materiales cuyas emisiones pueden ser sólidas, líquidas o gaseosas.

Así, las actividades mineras se asocian a la generación de una gran variedad y cantidad de residuos sólidos que varían en cuanto a su potencial de ocasionar efectos ambientales indeseables como colas o jales, escorias y polvos.

En lo que se refiere a los residuos de la extracción y beneficio de los minerales, sus impactos adversos potenciales dependen de la composición del mineral del cual derivan y de los procesos a los que se somete a dicho mineral, tales como flotación física, flotación por procesos fisicoquímicos y lixiviación, siendo este último el que mayor afectación puede ocasionar en caso de fugas o derrames.

Los jales formados por partículas de tamaños comprendidos entre 50 y 200 micras son los que plantean los problemas más complejos de manejo y estabilización, a los cuales se asocian los creados por los terreros. Influye la cantidad de jales que se generan, las formas de disposición y en algunos casos su composición.

Por su parte, las escorias de fundición ocupan el segundo lugar en volumen de generación; por la forma y tamaño en que son producidas, representan relativamente una baja reactividad; además, las concentraciones de metales que contienen son muy reducidas.

Las características de los residuos precipitados en plantas hidrometalúrgicas y refinadoras electrolíticas son relevantes desde la perspectiva ambiental, ya que si bien contienen valores metálicos altos, también pueden contener impurezas indeseables como arsénico, antimonio y selenio.

Aun cuando se generan bajos volúmenes, los polvillos producidos en fundiciones tienen tamaños que fluctúan entre 0.1 y 10 micras y representan la mayor toxicidad potencial. Los polvillos están formados por óxidos de elementos con alta presión de vapor, partículas arrastradas del concentrado metálico, así como por los fundentes y cenizas del combustible utilizado en proporciones variables.

El enfoque regulatorio

En la minería no es posible aplicar un enfoque regulatorio homogéneo y prescriptivo respecto del manejo de los residuos potencialmente riesgosos generados en las actividades o en relación con la restauración de los sitios contaminados por ellos. Expertos consideran que es necesario empezar por la adecuación de la Norma Oficial Mexicana que clasifica a los residuos como peligrosos, la cual no menciona algunos elementos o sustancias cuya presencia puede hacer peligroso a un residuo, tales como manganeso, cobre o cinc.

También se deben definir las metodologías para caracterizar los jales mineros de acuerdo con su peligrosidad, que tomen en cuenta las formas que en las situaciones reales de disposición de los mismos puedan dar lugar a la lixiviación de las sustancias potencialmente tóxicas contenidas en ellos.

Para contar con una prueba más representativa, se debería medir la disponibilidad de las sustancias potencialmente tóxicas en relación con el pH, el pE y el pF.

También es importante desarrollar criterios, procedimientos y métodos para caracterizar el riesgo que puedan representar los jales para la salud de las poblaciones, para la flora, fauna, suelos y cuerpos de agua, así como determinar los niveles de seguridad que se desea alcanzar mediante su manejo o la limpieza de los sitios contaminados por ellos.

Lo anterior plantea considerar cómo pueden influir en la generación de tales riesgos, las características geográficas antes señaladas de los sitios en los que se encuentran, tomando en consideración que para que haya riesgo, los posibles receptores humanos o de la biota requieren exponerse a ellos, lo que implica determinar en las condiciones particulares, el potencial de migración de las sustancias tóxicas contenidas en los jales hacia esos receptores.

Se advierte de antemano, que no va a ser fácil encontrar información científica que describa cómo se comportan los jales y las sustancias tóxicas contenidos en ellos, en los ambientes tropicales que se encuentran poco estudiados, en comparación con los ambientes septentrionales que privan en los países desarrollados en donde se han realizado más investigaciones al respecto.

En lo que se refiere a las actividades mineras presentes y futuras en el país, es indispensable que adopten el principio de precaución o de cautela al manejar sus residuos, con el fin de prevenir o reducir en gran medida sus posibles riesgos para la salud y el ambiente.

Perspectivas de regulación

ebido a la importancia de contar con instrumentos regulatorios en la materia y que se sustente en el conocimiento acerca de los peligros y riesgos asociados a la gran variedad de jales que se generan en el país y a las condiciones que privan en los sitios en los que se depositan, resulta ineludible la necesidad de acordar gran prioridad a la evaluación a escala nacional de los posibles impactos ambientales asociados a las actividades mineras.

A partir de esta información, se pueden establecer prioridades de acción y criterios de clasificación de los jales con respecto de su composición o la de los líquidos contenidos en las presas de jales, así como su calidad y seguridad; los posibles efectos de los jales en la salud humana, flora y fauna, además de su comportamiento físico.

Se podrán establecer categorías respecto de los jales y las actividades mineras con base en la presencia o no de sustancias potencialmente tóxicas en los minerales que se extraen de las distintas minas y los tipos de procesos que los generan. Al mismo tiempo, desde la perspectiva de vulnerabilidad ambiental, podrían clasificarse y jerarquizarse las distintas regiones del país en las que se realizan las actividades mineras.

Para la continuidad del proceso normativo se debe proceder a terminar la revisión del proyecto de modificación de la norma oficial donde se clasifica a los residuos como peligrosos, incluyendo los elementos o sustancias potencialmente tóxicos aún no incorporados; avanzar en la definición de metodologías para caracterizar la peligrosidad de los residuos, en particular los mineros; establecer la normatividad respecto a las características que deben reunir los sitios para ubicar las presas de jales y los criterios de seguridad que deben alcanzarse al diseñar, construir y operar las presas de jales y determinar los criterios, procedimientos y métodos que deberán seguirse para caracterizar y atender de acuerdo con la urgencia los sitios contaminados con residuos mineros, con fines de restauración.

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