Legislación Ambiental

Preocupante la degradación del suelo mexicano

La degradación del suelo mexicano es un asunto bastante preocupante y su grado de complejidad se refleja en el tipo de clasificación que realizan las propias autoridades gubernamentales.

Este registro se elabora de acuerdo con las siguientes consideraciones: degradación por desplazamiento, por erosión hídrica, por pérdida del suelo superficial, por deformación del terreno, por azolve (sedimentaciones), erosión eólica, pérdida del suelo superficial, deformación del terreno, degradación por deterioro interno, deterioro interno del suelo, deterioro químico, por pérdida de nutrimentos, por salinidad, por contaminación o acidificación a partir de fuentes bioindustriales.

Se incluye por gleyzación como resultado de anegamiento, por deterioro físico, por compactación, por inundaciones, por aridificación, por cubrimientos con concreto o asfalto, por deterioro biológico y desbalance de las actividades microbiológicas en la capa superficial del suelo.

Por otra parte, en el Inventario Nacional de Suelos se presenta una lista de los factores causativos de la degradación de suelos, cuyas definiciones son las siguientes: por mal manejo del agua (dentro de este grupo se consideran los riegos con agua de mala calidad o muy pesados), por abandono de terrenos agrícolas, por incendios forestales (que están referidos principalmente a los causados por el hombre), por desbordamiento de ríos o arroyos, por sobreexplotación de la vegetación para consumo (se refiere a la extracción de leña y troncos que se usan como postes o cercas).

Otra clasificación utilizada es la deforestación, considerada como la remoción total de la vegetación natural (usualmente de bosque) con propósitos de extracción de madera, por sobrepastoreo, que además de la excesiva carga animal, en este factor se incluye el pisoteo que propicia la disminución de la cubierta vegetal sobre el suelo y que incrementa el riesgo de erosión hídrica y eólica.

Por intrusión de agua salina, que se refiere a la entrada de agua de mar a terrenos continentales y por sobreexplotación de cultivos intensivos anuales. Este último aspecto se considera bajo la perspectiva de que el uso intensivo de la tierra en producción de cultivos provoca la pérdida de nutrimentos.

Recursos hídricos afectados

La propagación del lirio acuático es otro punto que debe considerarse, así como la sobreexplotación de mantos acuíferos. Es importante resaltar que este factor origina que los niveles del agua incrementen su profundidad, ocasionando que los costos de bombeo se incrementen excesivamente, a tal grado que finalmente se propicie el abandono de estas áreas.

Las fluctuaciones del nivel freático se presentan en áreas con abundante precipitación y drenaje deficiente, lo cual también es considerado como factor de erosión. La labranza poscosecha, implica un manejo que se le da al suelo después de la cosecha y que lo deja expuesto a la erosión, principalmente eólica. La quema en la caña de azúcar, incrementa la temperatura en la superficie del suelo y esto provoca una disminución o pérdida de la actividad biológica en el mismo.

El mal manejo del suelo se refiere a la falta de atención a problemas de erosión en sus etapas iniciales, al igual que un cambio de uso del suelo, consiste en la apertura de nuevas áreas a la agricultura, ganadería o urbanización.

Obviamente, no se podría descartar el deterioro por desechos industriales, principalmente por la contaminación del suelo por derrames de petróleo o por el uso inadecuado de aguas negras. También se consideran las explotaciones mineras, con un riesgo adicional de erosión hídrica por dejar el suelo desnudo y por los subproductos que generan. Por último está la quema de pastizales.

Los grados de degradación se clasifican en ligero, moderado, fuerte y extremo, y por extensión, como poco frecuente (de 1 al 5 por ciento de la superficie de la unidad

cartográfica ha sido afectada), común (donde de 6 a 10 por ciento de la unidad está afectada), frecuente (de 11 a 25 por ciento de la superficie de la unidad está afectada), muy frecuente (de 26 a 50 por ciento del área presenta degradación), y dominante (ésta es grave porque más de 50 por ciento de la unidad está afectada).

Proceso y metodología

La metodología empleada en la realización de la Carta de Evaluación de la Degradación del Suelo Causada por el Hombre, fue elaborada en 1999, con la participación de todas las delegaciones de la Semarnat y con el apoyo técnico del personal del Colegio de Postgraduados.

Para su realización, se adoptó la metodología propuesta por Oldeman (1988), conocida por sus siglas en inglés como Glasod (Global Assessment of Soil Degradation), dentro de la cual se reconocen dos grandes categorías de procesos de degradación. Los relacionados con el desplazamiento del material del suelo, cuyos tipos específicos son la erosión hídrica y la erosión eólica, y los relacionados con el deterioro interno del suelo, que puede ser físico, químico y biológico. Además del tipo de degradación, se estableció su área de influencia y las causas principales que los provocan. Para ello, se seleccionó como mapa base las Cartas Fisiográficas del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI). Los linderos de las unidades fisiográficas fueron transferidos a espaciomapas estatales, para constituirse en el marco de referencia geográfico cuando se realizó la planeación de los recorridos de campo, donde el auxilio del personal de las delegaciones de la Semarnat resultó de gran utilidad para seleccionar los sitios de observación y recolección de datos.

Los pasos fueron los siguientes: se seleccionó el mapa base, se definieron los criterios de degradación, se evaluó la degradación de los suelos y se presentaron los resultados. Las Cartas Fisiográficas publicadas por el INEGI son a escala 1’000,000, cuyos linderos fueron transferidos a imágenes de satélite recientes. Para ello se empleó espaciomapas estatales a varias escalas, según el tamaño del estado en estudio y espaciomapas a escala 250,000, para definir visualmente unidades semejantes y unidades contrastantes en relación con problemas de degradación de los suelos que las integran. La interpretación visual, junto con un plano de carreteras fueron los elementos esenciales para la planeación de los recorridos de campo.

Los resultados obtenidos en el estudio se presentan en dos modalidades, una corresponde a un conjunto de matrices de datos del ámbito estatal y la otra a escala 1’000,000 que está integrada por ocho cartas con el formato de INEGI.

Así, el sistema explicado permite conocer la degradación del suelo, los niveles de degradación, tipos de terreno, la ciudad capital, los cuerpos de agua, los límites estatales y límites de unidades.

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