Legislación Ambiental

Pesca y acuicultura, detonadores del desarrollo regional

La pesca y la acuicultura son dos actividades que en México están subexplotadas, a pesar de que su enorme potencial de crecimiento puede constituirse en un motor del desarrollo regional y un factor de impulso económico.

Su inclusión en la Secretaría de Agricultura es una muestra de la poca importancia que se le da en nuestro país, señalan legisladores, quienes advierten que corre el riesgo de ser un sector marginado en el sexenio que inicia.

México posee 11 mil 593 kilómetros de costas, de los cuales 73 por ciento corresponden al Océano Pacífico y el 27 por ciento restante al Golfo de México y Mar Caribe, incluyendo islas.

Este país cuenta con lagunas costeras, esteros, lagos, lagunas, represas y ríos. Todos estos recursos, considerando el régimen de 200 millas náuticas, totalizan una región marina nacional de dos millones 946 mil 885 kilómetros cuadrados.

La gran extensión de los mares mexicanos proporciona el hábitat para especies marinas de climas templado, cálido y frío; de fondo y superficie; costeras y de alta mar; regionales y migratorias, entre muchas otras.

De acuerdo con algunos especialistas e investigadores, en nuestras aguas existen cerca de mil 200 especies con posibilidades de ser capturadas, 305 están plenamente identificadas y 60 de éstas tienen importancia económica.

México ocupa el lugar 16 entre los 20 países pesqueros más importantes. Con sus litorales y regiones susceptibles de explotación pesquera, debiera ocupar una mejor posición como productor con alrededor de cinco millones de toneladas, tan sólo por debajo de China, Perú, Chile, Japón y Estados Unidos, y por arriba de India, Rusia y Tailandia, según la Cámara Nacional de las Industrias Pesquera y Acuícola (Canainpesca).

Nuestro país exporta productos del mar a cerca de 50 países, aunque las ventas se concentran en el mercado estadounidense, que absorbe casi 80 por ciento; la Unión Europea constituye el segundo mercado de destino, principalmente España e Italia, seguido de Asia, fundamentalmente Japón y Corea.

Por productos, algunas especies presentan una destacada participación en el mercado mundial. En producción, el abulón, atún, ostión, tiburón, sardina y langosta muestran los índices más altos, en tanto que en exportaciones el abulón y el camarón son los más representativos, de acuerdo con informes del Bancomext.

En el periodo 1995-2000 –según datos de la Secretaría del Medio Ambiente– se registró un incremento de la producción pesquera de 6.4 por ciento, respecto de la registrada entre 1990 y 1994. Con la aplicación de diversos programas de fomento pesquero y reordenamiento, en 1997 se alcanzó la producción pesquera más alta de la historia con un millón 570 mil toneladas, cifra cercana a lo previsto para el 2000.

En 1998 se registró un descenso productivo debido a factores oceanográficos. Sin embargo, en 1999 se logró un millón 200 mil toneladas, lo que representó un ligero incremento de 3.22 por ciento respecto del año anterior.

La dependencia indica que el aumento de la producción acuícola nacional actualmente beneficia a más de 70 mil familias y representa cerca de 12 por ciento de la producción pesquera nacional al alcanzar en 1999 más de 151 mil toneladas.

En producción acuícola se observa que la mojarra, ostión y carpa mantienen las participaciones más elevadas dentro del total. En cuanto a su valor, las especies con mayor representatividad son el camarón y la mojarra. La principal zona pesquera de importancia es la costa del Pacífico, al concentrar 75 por ciento de la captura.

En 1998 las exportaciones de mariscos ascendieron a 672 millones de dólares, que significó una reducción de 112 millones con respecto al año precedente.

Posible alcanzar crecimientos

La Canainpesca considera que para alcanzar crecimientos importantes en los sectores pesquero y acuícola se requiere que el gobierno federal reconozca su naturaleza estratégica y el gran potencial de crecimiento que tienen ambos para el desarrollo regional, económico y social del país.

El organismo refiere que es posible incrementar la producción en forma considerable, mediante la captura y cultivo de productos pesqueros y acuícolas y pasar de 1.6 a 4.8 millones de toneladas para el 2010, 2.2 millones provenientes de la captura y 2.6 millones de la acuicultura.

Lo anterior significaría un incremento en la aportación de dichas actividades al Producto Interno Bruto de 1.12 a 2.28 por ciento.

El logro de estas metas se concretaría mediante la aplicación de un severo ordenamiento pesquero y el aprovechamiento adecuado de aquellas especies que hoy son subexplotadas.

En su análisis Desarrollo de los Sectores Pesquero y Acuícola de México, Prospectiva y Estrategias, la Canainpesca plantea aumentar el consumo nacional de productos pesqueros para el 2010 de 13 a 37.8 kilogramos per cápita y así satisfacer los requerimientos alimenticios de una población calculada para entonces en 112.4 millones de mexicanos.

El desarrollo de estas actividades permitiría mayores exportaciones pesqueras y acuícolas mexicanas, lo cual incrementaría el ingreso de divisas al país por este concepto de 780 millones a dos mil 340 millones de dólares para los próximos diez años.

La Canainpesca también proyecta incrementar el empleo en todas las fases del ciclo pesquero y acuícola, lo cual permitiría aumentar la planta laboral de 260 mil a 750 mil empleos directos. El efecto multiplicador permitirá crecer de dos millones 80 mil a un total de seis millones de empleos indirectos, lo cual significa 11.6 por ciento de la población económicamente activa.

Un desarrollo de esta magnitud aumentaría el ingreso de la población pesquera y acuícola a por lo menos diez salarios mínimos, lo cual permitirá disfrutar de un mejor nivel y calidad de vida.

El organismo recalca que las metas planteadas se alcanzarán en un marco de coordinación de los diferentes ámbitos de gobierno y de los particulares, quienes deben asumir su responsabilidad, “recuperando para la pesca y la acuicultura el concepto de actividades de fomento integradas, para que dentro de este marco estemos en la posibilidad de elevar su contribución al bienestar nacional”.

El potencial

La acuicultura es una de las actividades con mayor potencial de crecimiento, ya que existen 2.8 millones de hectáreas susceptibles de aprovechamiento en las cuales la producción potencial es de siete millones de toneladas anuales.

El sector acuícola puede lograr crecimientos en productividad mediante la instalación de infraestructura, capacitación y profesionalización del personal empleado, así como el empleo de tecnología eficiente, asesoría técnica, esquemas de financiamiento flexibles y la aplicación de estímulos adecuados.

Según el resultado del diagnóstico realizado por la Canainpesca, la captura de pesquerías escasamente aprovechadas, como la langostilla, la merluza y el bacalao negro, también tiene buenas perspectivas. Su explotación reduciría la presión sobre especies como camarón, atún, calamar y sardina.

Para lograr mejor productividad se requiere que la captura se realice mediante la identificación y divulgación de los límites de sustentabilidad de cada pesquería y el potencial productivo de cada especie, por región.

Otra actividad con potencial de crecimiento es la transformación industrial con valor agregado tanto para el mercado nacional como para el de exportación.

Sin duda, para lograr las metas planteadas se requiere la modernización de la flota pesquera, que en 1998 era de 105 mil 795 embarcaciones, tanto de pesca de altura como ribereña, según estadísticas de la Secretaría del Medio Ambiente.

En cuanto a la comercialización de productos pesqueros y acuícolas, la Canainpesca anota que debe haber una reducción y la eventual supresión de “pasos intermedios”, además de la disminución de mermas por el mal manejo de los productos, por medio de la modernización y ampliación de la red de frío, así como de la incorporación de nuevos mecanismos de venta.

Una comercialización eficaz se dará mediante la reducción de pasos intermedios, creando lonjas mercantiles con accesos electrónicos, para subastas y operaciones a futuro, previa creación de un sistema de normas de manejo que garanticen estándares adecuados de calidad.

Otro factor determinante será la modernización de centros de acopio, distribución y venta de productos pesqueros, con criterios regionales, dotándolos de la infraestructura que requiere, como son terminales portuarias integradas o caminos.

Se requiere también la ampliación de la oferta nacional, con mayor cantidad y variedad de productos pesqueros, en presentaciones diversificadas y la creación de franquicias, para establecer una moderna red de distribución y venta de productos frescos y procesados.

Por el lado financiero, se necesita establecer estímulos para promover la reinversión de utilidades de la captura y el cultivo, así como otorgar a la pesca y acuicultura estímulos y apoyos comparables a los que tienen otras actividades primarias, como la agricultura y ganadería, por medio del Procampo y Alianza para el Campo.

“Focos rojos”

Entre los aspectos que requieren atención inmediata están el bajo crecimiento de la captura de especies de exportación y reducción de valor unitario (camarón y langosta); el bajo crecimiento de la producción acuícola; la improductividad de la flota ribereña, por sus elevados costos de operación y reposición de equipos.

Asimismo el bajo crecimiento de la materia prima procesada industrialmente, junto con un decremento de la capacidad instalada en plantas industriales; escaso número de plantas industriales homologadas para exportación y concentración de las mismas en unas cuantas entidades.

En esta situación también está el alto volumen de exportaciones de materia prima sin industrializar; excesivo intermediarismo en la comercialización nacional; asegurar la calidad óptima y reducir las mermas de los productos frescos y refrigerados, y escasa asistencia técnica, sobre todo en acuicultura.

A ello se agregan los trámites administrativos que resultan excesivos y complicados para el desarrollo de empresas pesqueras y acuícolas.

Hay también escasos recursos financieros y los existentes tienen altas tasas de interés, ya que además del entorno económico, la banca sigue considerando a la pesca como una actividad de alto riesgo.

Se presenta una ausencia de estímulos que promueven la reinversión de utilidades de las empresas pesqueras y acuícolas en talleres, astilleros, frigoríficos, plantas procesadoras, unidades de producción de crías y de alimentos balanceados y en uniones de crédito.

La carencia de apoyos, subsidios y estímulos como se otorgan en otras actividades productivas y en otros países competidores, son parte de este escenario.

Desarrollo regional

La Canainpesca señala que para alcanzar el desarrollo regional se debe estudiar en cada entidad federativa con alto potencial, las características en cuanto a pesquerías y productos, así como mercados y determinar las bases o factores para su desarrollo.

Asimismo hay que promover proyectos que integren regionalmente las diferentes fases de los ciclos pesqueros y acuícolas; estudiar la complementariedad de la pesca con otras actividades productivas de la región y propiciar sus sinergias; y elevar el nivel de vida de las personas que laboran en pesca y acuicultura, por medio de programas que mejoren su productividad con capacitación y profesionalización, para aumentar sus ingresos.

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