Legislación Ambiental

México firme en materia forestal: conafor

La deforestación, al igual que la pobreza, el narcotráfico, el terrorismo o las guerras, son problemas globales que amenazan seriamente a la salud humana y a la de los seres vivos que habitan los diferentes ecosistemas del mundo.

La pérdida de masa forestal en el planeta es parte de las causas, pero también la solución al cambio climático y al calentamiento global, que afecta a todos. Las perspectivas de poder frenar este fenómeno aún no son muy claras, porque según estudios de la FAO, México es uno de los 10 países que más bosque ha perdido.

La deforestación ocasiona múltiples problemas a todos, pero principalmente a quienes viven en las zonas forestales. El resultado es pobreza extrema, miseria espiritual, hambre, corrupción, violencia, injusticia, migración (conocida ahora como refugiados ambientales), pérdida constante de biodiversidad (especies animales y vegetales) y alteración de cadenas alimenticias.

La deforestación también hace perder agua, vital para todas las actividades económicas, afecta a las oportunidades de empleos y distribución de la riqueza, a la vida diaria de poblaciones rurales y urbanas. Provoca erosión, pérdida de suelos, desertificación y hace que el patrimonio de millones de familias mexicanas se pierda.

Los ciclos destructivos de la deforestación son enormes para un país como México y el gobierno del presidente Vicente Fox está encarando el problema y está comprometido a ganarle la batalla al mismo. Por ello, desde que se creó la Comisión Nacional Forestal (Conafor), el organismo le declaró la guerra de manera frontal a la deforestación y se fijó el objetivo de ganarle cada año espacios a las causas que la originan. El camino consiste en mejorar métodos, sistemas, esquemas de coordinación entre los tres órdenes de gobierno, reforzar estructuras, manejar más presupuesto y lograr mayor participación de la sociedad.

Conafor rechaza la toma de acuerdos unilaterales y centralistas, que tanto daño hicieron al país en lo general y al sector forestal en lo particular, durante el siglo pasado.

La institución atiende puntualmente cada una de las causas que propician la deforestación. Se combate la tala clandestina, se controla y regula el crecimiento de la frontera agropecuaria, se eliminan las políticas públicas contrapuestas a los bosques y selvas, se atiende la demanda del mercado nacional y el consumo interno, se combaten las plagas y enfermedades forestales y los incendios.

Los compromisos con el cambio

Nuestros bosques y selvas son un bien común porque nos proporcionan bienes y servicios y también porque la salud y el vigor de las siguientes generaciones dependen de la fortaleza de los mismos. El actual gobierno, por su característica de ser humanista, centra su quehacer en el ser humano, en que cada persona pueda desarrollarse a su máxima expresión y en todos los sentidos. Por lo tanto, ha comenzado su tarea de manera diferente a los gobiernos anteriores; es decir, con una visión distinta que aprovecha los errores, horrores y aciertos del pasado, combinándolos con las megatendencias globales en el tema y el análisis crudo de la realidad.

Los cambios más importantes en materia forestal son los siguientes:

Se cuenta ya con el Programa Estratégico Forestal 2025, que consiste en planos que permiten trabajar en el corto, mediano y largo plazos.

El Acuerdo Nacional por los Recursos Forestales de México, firmado hace 15 meses por todos los actores y responsables importantes ligados al sector forestal.

El Programa Nacional Forestal 2001-2006, que fija siete prioridades para el presente sexenio.

Un nuevo marco jurídico y una nueva Ley Forestal que fue aprobada por unanimidad en el Senado y en la Cámara de Diputados, con cero votos en contra y cero abstenciones.

Un nuevo reglamento que nos habrá de hacer más eficientes a todos.

La revisión de las 45 Normas Oficiales Mexicanas en la materia, para alinearlas a la nueva ley y a los programas.

La creación de nuevos instrumentos como el Fondo Forestal Mexicano y el Pago de Servicios Ambientales.

El desarrollo forestal sustentable es ahora concebido como el proceso que tiende a alcanzar la productividad óptima y sostenida de los recursos forestales, para el beneficio de la sociedad, mejorando su calidad de vida, pero sin afectar el equilibrio e integridad de los ecosistemas forestales.

México ya no va a la deriva en el sector forestal. La Conafor ha construido los planos y empieza a fijar los fuertes cimientos que den soporte en las buenas y en las malas. También ya se empieza a rehacer, a reacomodar y a componer las piezas de este gran rompecabezas.

Sin duda, éste será uno de los nuevos motores de la economía rural e industrial del país para los próximos años. la política forestal diseñada ahora, tiene muy claro qué queremos que suceda en términos sociales, ambientales y económicos. Es decir, disminuir la pobreza rural, crear más empleos y riqueza, pagar servicios ambientales, incrementar y diversificar ingresos a los propietarios forestales, mejorar la contribución al PIB nacional (pasar de 1.8 por ciento del PIB nacional en toda la cadena del árbol, al 4.5 por ciento en 25 años), reducir el déficit en la balanza comercial forestal, aumentar la productividad y la competitividad, reconvertir cinco millones de hectáreas agropecuarias en forestales en esos 25 años, crecer en captura de carbono, tener menos superficie afectada por incendios, más agua para el país, combatir el narcotráfico y la tala clandestina en las zonas forestales y, sobre todo, tener una mejor actitud de todos hacia el sector. La educación, la cultura, la participación social, el federalismo forestal, la calidad de los servicios de los entes públicos, son algunos de los ejes rectores de esta política forestal que está en marcha.

Los primeros logros del gobierno

Cerca de seis millones de hectáreas forestales han recibido los beneficios, desde programas de manejo sustentable, capacitación, equipamiento, brechas y caminos, podas y aclareos, limpias, certificación, investigación aplicada, equipos de secado y remanufactura, hasta servicios ambientales y ecoturismo. Estas seis millones de hectáreas ahora tienen orden, responsables técnicos. En pocas palabras, los involucrados ha sido colocados en el camino de la legalidad, de la transparencia y se están arrancando las raíces de la corrupción y el mal manejo.

Conafor ha apoyado la creación de 140,000 hectáreas de bosques nuevos y de plantaciones comerciales que vendrán a sustituir en el mediano plazo, la demanda de más de tres años de consumo de maderas que el país tiene. Con esta medida, se le quita presión a los bosques naturales y se reduce también los grados de corrupción y contrabando que sufre el sector. Estos bosques nuevos generarán una derrama económica importante en otras actividades afines, creando riqueza y empleos, así como la gran contribución que harán para elevar la productividad y competitividad del sector.

Entramos a una etapa de mejora continua en la reforestación: más de 400,000 hectáreas en los dos años en que los puntos críticos que antes no permitían mayor sobrevivencia de la planta, ahora vienen superando esta problemática día a día.

Hemos integrado una agenda nacional que aterriza en cada estado del país, con presupuestos y compromisos que se miden y evalúan permanentemente. Cada entidad se está comprometiendo a romper récords en metas forestales, no sólo en los temas anteriores, sino también en materia de suelos, sanidad, investigación, educación y cultura, en capacitación, en participación social, así como en silvicultura comunitaria e indígena.

Con el interés cada vez más marcado de los gobiernos estatales y de los propietarios de la tierra, hemos logrado consolidar presupuestos forestales nunca antes vistos en el sector, con una aportación de 2-1 (federación-estados-dueños) y hoy se ejercen en inversión directa más recursos con transparencia, limpieza, apertura y democracia. Ahora pesan mucho más las decisiones estatales y de los Consejos, que la de la burocracia. El año pasado se asignó prácticamente todo el presupuesto (99 por ciento), cosa que no sucedía con anterioridad y es de resaltar que, de cada peso ejercido, menos de 9 por ciento se queda en la burocracia y 91 por ciento se va directo a los programas.

Para 2003, el sector forestal tendrá un presupuesto compartido y a negociar entre federación, estados y propietarios, el cual se aproximará a los 3,000 millones de pesos (25 por ciento más que el año pasado), es decir, 2,400 millones de pesos, cantidad que jamás el país invirtió en la silvicultura.

Se estructurará y aplicará la nueva Ley General de Desarrollo Forestal Sustentable, se darán pasos muy firmes en el federalismo forestal, preparándonos junto con los estados para hacer una distribución de competencias inteligente, útil, ingeniosa y clara para una mejor realidad sectorial y se elaborará el Pago de Servicios Ambientales (PSA) en materia forestal, dando un salto enorme en esta materia, aún novedosa en el contexto internacional.

El gobierno continuará financiando las plantaciones comerciales, la reforestación y el desarrollo forestal sustentable en las diferentes vertientes. Las metas de la Conafor seguirán al alza en todas sus líneas, salvo donde los presupuestos no lo permitan.

Conafor organizará este año la Expo Forestal en agosto, e invita a participar a todos sus lectores. Éste será un foro de encuentro y desarrollo para todos los que participan en el sector forestal, un espacio para poner en común tecnología, conocimientos y avances. Ahí se tratarán temas de gran actualidad: competitividad, industria y negocios, servicios ambientales, ecoturismo, cadenas productivas, viveros y reforestación, plantaciones forestales comerciales, Ley Forestal, investigación, cultura y educación, incendios forestales, entre otros muchos temas.

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