Legislación Ambiental

Mercado de futuros, contra riesgos financieros

En los últimos años, los contratos de futuros han surgido en prácticamente todas las áreas de la actividad económica mundial, al grado de que es difícil encontrar un producto o actividad comercial que no tenga relación con éstos.

Así, existen contratos de futuros para trigo, maíz y soya, para ganado porcino y vacuno, para café, azúcar, cacao, algodón, jugo de naranja, metales, madera, petróleo y sus derivados, divisas, tasas de interés e índices bursátiles.

Frente a la inestabilidad «natural» que generalmente presentan los precios de las materias primas agrícolas, el mercado de futuros es hoy en día una solución que conviene a gobiernos, productores, comercializadores, industriales e instituciones financieras.

En el pasado, se intentó combatir la fluctuación de precios por medio de la intervención gubernamental en los mercados y mediante la constitución de inventarios y reservas para controlar la oferta. Sin embargo, estas medidas no eliminaron la incertidumbre.

Hoy, se considera más sensato aceptar la inestabilidad, pero al mismo tiempo es necesario poner en práctica estrategias de administración de riesgos que contribuyan a atenuar los efectos de estas variaciones y a la vez permitan prever y asegurar un margen deseable de ingresos junto con un nivel aceptable de riesgo.

La idea central del mercado de futuros radica en transferir la parte indeseable del riesgo a un tercero. Es decir, el productor agropecuario puede cubrirse, al aceptar a cambio pagarle un costo razonable a una tercera persona. Esta cobertura de riesgos no es nueva, funciona en las pólizas de seguro contra robo, incendio, gastos médicos mayores y de vida, entre otras.

Productores y consumidores beneficiados

Los precios de futuros son el resultado del libre juego de la oferta y la demanda, donde productores y consumidores fijan el precio de un producto en el momento en que llevan cabo la cobertura y transfieren a una tercera persona el riesgo de un alza o una baja.

Este tipo de mercado permite que haya un gran número de participantes y transfieren el riesgo de aquellas personas que desean minimizarlo hacia aquellas que lo buscan, estos últimos son conocidos como especuladores. Son ellos quienes dan liquidez y operatividad al mercado. El efecto es que al reducirse el riesgo, se disminuye el costo de las actividades comerciales y de producción, al mismo tiempo que se traduce en precios más bajos para el consumidor final.

La realidad está ahí: el agricultor mexicano se enfrenta al libre juego de la oferta y la demanda con fronteras abiertas. También, en este nuevo escenario se ha visto obligado a encarar las caídas de precios que se han registrado en el mercado internacional, así como las presiones bajistas en épocas de cosecha por la saturación temporal del mercado. Por último, ha tenido que competir con productos de otros países con mayores apoyos y mejor infraestructura productiva y de servicios.

El agricultor mexicano se puede respaldar en Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (Aserca), organismo que inició actividades de administración de riesgos en 1992, con operaciones en futuros de granos e instrumentos extrabursátiles (swaps) con el propósito de proteger tanto al precio de las cosechas nacionales de granos y oleaginosas, como el presupuesto que le había asignado el gobierno federal para apoyos a la comercialización.

El Programa de Cobertura de Precios de Productos Agrícolas pone a disposición del productor instrumentos del mercado libre para protegerlo de una caída de precios, al estar conceptualizado como un seguro contra variaciones en sus ingresos y al mismo tiempo ofrece una garantía para acceder con mayor facilidad al crédito.

Los apoyos se dirigen a productores de maíz, trigo, sorgo, soya, cártamo y algodón, sean individuales o asociados. Las coberturas de sorgo se realizan vía maíz y las de cártamo vía soya, ya que estos productos no cotizan en las bolsas de futuros.

3 tipos de mercado

Los mercados de productos básicos incluyen los de contado, a–término y de futuros. En los mercados spot o de contado se establecen precios para bienes que se entregarán de manera inmediata. A pesar de que estos mercados permiten el descubrimiento de precios, sólo es válido para los precios del día. Es decir, los mercados spot no proporcionan información de precios para bienes que se entregarán en una fecha posterior, a futuro.

Aquí existe una brecha que es cubierta por los mercados forward o también conocidos como a–término y los de futuros. Los mercados atérmino implican la entrega de un bien en una fecha determinada en el futuro. Tanto los mercados a–término como los de futuro agregan la dimensión de tiempo a los mercados de contado. El comprador y el vendedor pueden establecer el precio del producto que van a comercializar en el futuro.

Los mercados de futuro difieren de los de a-término en el sentido de que están estandarizados, requieren de un colateral llamado margen para contrarrestar el riesgo de la contraparte, se comercializan en bolsas organizadas bajo reglas establecidas y por lo general, los usuarios cierran sus posiciones antes del vencimiento. Es decir, no se utilizan para la entrega física de los bienes al vencimiento.

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