Legislación Ambiental

Estudio de la cuenca del Valle de México

Propuestas para reducir la contaminación

“La contaminación es el enemigo más mortal del hombre y la Naturaleza ya que su acción es silenciosa e incansable”
Salvador Silva Conteras

En los últimos años hemos visto con verdadero asombro como han cambiado los ciclos climáticos de nuestro Planeta, LA TIERRA.

Es realmente preocupante que la CONTAMINACIÓN se haya adueñado del futuro de la Humanidad, en los aspectos de salud y armonía natural, dictando y emitiendo grandes signos de atención que los países en desarrollo y los países como el nuestro, en vías de desarrollo no han querido escuchar y mucho menos evaluar adecuadamente, la gran importancia que contienen para el futuro de la humanidad, atacando la raíz del problema.

A finales del año 2004 y principios de este 2005, hemos sido testigos de uno de los mayores cataclismos climatológicos de la historia. El terremoto en los países asiáticos y el maremoto que se produjo por ese efecto, así como las intensas lluvias posteriores, son signos inequivocos de que la armonía natural ha sido rota.

En la ciudad de México el problema no es menor, vivimos respirando grandes cantidades de contaminantes atmosféricos que más temprano que tarde nos cobraran la factura con enfermedades irreversibles, sobre todo para los habitantes de tierna edad… LOS NIÑOS.

La intención de desarrollar el Proyecto del Filtro Anticontaminante SB*A.- Atmosférico, que aquí se expone, es de implementar e implantar un sistema innovador que permita atacar frontalmente la contaminación Atmosférica que tanto ha dañado la calidad del aire que respiramos y que ineludiblemente ha afectado el entorno atmosférico mundial, como se observa claramente en los polos Norte y Sur del emisfério, lo cual ha causado un sobrecalentamiento en el último tercio del siglo.

Es de reconocer que la contaminación de ríos, mares y tierra, causada por la industrialización y el desarrollo, son muy importantes en el deterioro de nuestro medio ambiente, sin embargo, EL AIRE que respiramos es el único elemento insustituible y de consumo continuo del hombre y además es el que establece los ciclos climáticos y de temperatura de nuestra atmósfera.

Es URGENTE y de futuro inmediato fortalecer el desarrollo de todas las INDUSTRIAS ANTICONTAMINANTES, por ahora en ciernes, con la finalidad de revertir la pérdida del equilibrio natural.

ESTUDIO FÍSICO GEOGRÁFICO DE LA CUENCA DEL VALLE DE MÉXICO
1. LOCALIZACIÓN GEOGRÁFICA DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Históricamente, la Ciudad de México ha sido el más importante centro económico, político y cultural de nuestro País y, como resultado de ello ha experimentado un enorme crecimiento físico y social. La función primordial de esta Metrópili se ha mantenido desde cuando era la Capital de la Nueva España durante la Colonia, pasando por la independencia política en el siglo XIX, hasta la época contemporanea. Es indudable que la ubicación de la ciudad capital en el centro geográfico del territorio Nacional la ha hecho desempañar un papel rector con respecto a la región central y a las demás ciudades del País.

2. CUENCA DE MÉXICO

La ciudad de México se localiza en la porción meridional de la Altiplanicie Mexicana, en la región denominada Cuenca de México, que se encuentra comprendida entre los paralelos 19°01’18” y 20°09’12” de latitud Norte y entre los meridianos 98°31’58” y 99°30’52” de longitud Oeste de greenwich. Cuenta con una superficie de 9,560 Km2. es de mencionar que varias entidades federativas comparten el territorio de la Cuenca de México, siendo el Estado de México al que le corresponde una mayor superficie, pero comprende además la mayor parte del Distrito Federal, el occidente de Tlaxcala, una pequeña porción del oeste de Puebla y el sur del estado de hidalgo.

3. DISTRIBUCIÓN DE LA SUPERFICIE DE LA CUENCA DE MÉXICO SEGÚN LAS ENTIDADES FEDERATIVAS QUE LA FORMAN.

ENTIDAD SUPERFICIE EN KM2. PORCENTAJE
Estado de México 4,800.00 50%
Hidalgo 2,500.00 26%
Distrito Federal 1,320.00 14%
Tlaxcala 840.00 9%
Puebla 100.00 1%
TOTAL 9,560.00 100%
Fuente: BASSOLS 1966

Si bien el emplazamiento de la Ciudad de México en esta Cuenca, le ha plasmado ciertas peculiaridades que la distinguen de otras ciudades, es también cierto que el crecimiento acelerado de la mancha urbana ha originado un constante y progresivo deterioro del medio ambiente Natural de la región.

Por ser la cuenca de México una región geográfica rodeada de sierras, constituye una cuenca cerrada o endorreica, es decir, aquellas en que los rios y arroyos que escurren desde las partes altas de dichas sierras desen la llanura lacustre dando lugar a una serie de cienegas.
Recuerdese que el emplazamiento de Tenochtitlan, antecedente histórico de la Ciudad de México, fue una isla localizada en uno de esos lagos, el de Metztliapan, como se llamaba el lago de Texcoco.

La Cuenca de México, se encuentra limitada hacia el norte por las sierras de Tezontlalpan, Tepotzotlán y Pachuca, que se caracterizan por ser las menos elevadas, pues solo alcanzan una altura máxima de 3,000 m. Al sur de la cuenca se levantan las sierradel Ajusco y de Chichinautzin, que alcanzan una altitud de 3,800 a 3,900 m. En el oriente, el límite esta constituido por la Sierra Nevada, en donde sobresalen por su altitud los picos nevados del Popocatepetl y del Izztaccihuatl con 5 747 y 5 286 m de altura, respectivamente. Por último, hacia el poniente se localizan las sierras de las Cruces, Monte Alto y Monte Bajo, de hasta 3 600 m. Todas estas sierras tienen en común su origen volcánico.

La presencia de las sierras es uno de los aspectos físicos que caracterizan y limitan a la cuenca de México; sin embargo, en su interior el relieve es básicamente suave, dominando la llanura lacustre con una altitud promedio de 2 240 m que solo se ve interrumpida por algunas elevaciones de relativa altura entre las que destacan las sierras de Guadalupe y Santa Catarina la primera localizada en el norte del Distrito Federal, y la segunda en la porción sudoriental de esta misma entidad federativa.

En general, la cuenca de México goza de clima templado con lluvias en verano, excepto en dos pequeñas porciones de clima seco estepario, localizadas una en la parte central, y que coincide con el vaso del antiguo lago de Texcoco, y la otra en la porción noreste de la misma, aproximadamente en la parte correspondiente a los llanos de Apan, en el estado de Hidalgo.

Los ríos y arroyos más importantes que bajan de las sierras son los que escurren de la porción occidental de la cuenca, destacando por su caudal los ríos Magdalena, de la Piedad, Remedios y Cuautitlán. Como se dijo, estos ríos, más otros de menor importancia, depositan sus aguas en la parte baja de la cuenca y antiguamente, junto con los manantiales característicos del sur de la cuenca, formaban una serie de lagos: Chalco, Xochimilco, Texcoco, Xaltocán y Zumpango. La intervención del hombre alteró el régimen hidrológico de la cuenca, toda vez que varios ríos se han entubado en su parte baja y son conducidos artificialmente, y los manantiales se han utilizado para abastecer de agua a la ciudad de México.

Se puede decir que estos tres aspectos naturales-relieve, clima y presencia de agua- han favorecido el poblamiento de la cuenca de México, pues se calcula que el hombre ya habitaba la región hace aproximadamente 22 000 años, y en épocas posteriores continuó poblándose según atestiguan las ruinas de Tlatilco, Copilco, Cuicuilco y Teotihuacan. Tiempo después, los aztecas establecen la capital de su reino en esta región y los españoles construyen sobre las ruinas de Tenochtitlan la capital y ciudad más importante de Nueva España. La importancia de la ciudad de México no decrece con la independencia; por lo contrario, llega a ser el asentamiento más importante no sólo de la cuenca sino de todo el país, conservando hasta la fecha esta primacía.

Ligado con el crecimiento de la mancha urbana puede apreciarse cómo, en algunos casos, el medio natural ha determinado ciertas peculiaridades de la ciudad y su entorno, y esta a su vez ha influido en la región donde se encuentra ubicada.

Tal vez el aspecto natural que más consecuencias ha tenido en la vida de la ciudad es su localización en una cuenca lacustre y, por tanto, estar sujeta a inundaciones periódicas; Por ello los aztecas construyeron diques y calzadas con objeto de contener las aguas de los lagos. Los españoles también se enfrentaron a esta enorme molestia, e igualmente construyeron diques, pero la obra más importante de la época colonial fue la apertura artificial de la cuenca de México, para dar salida a los ríos Tula y Cuautitlán ( Ruiz Pérez, 1966:102) por medio del tajo de Nochistongo, que aunque resultó un alivio para la ciudad no resolvió el problema, dado que la estructura urbana continuó siendo afectada por inundaciones; Así se siguieron haciendo proyectos y obras hasta culminar con los trabajos del gran canal del desagüe. Pero no es sino hasta años recientes (1967-1975), con la construcción del sistema de drenaje profundo, cuando se ha resuelto esta cuestión.

Otro problema producto del emplazamiento de la ciudad, pero a la vez consecuencia del acelerado crecimiento de la mancha urbana, es la contaminación atmosférica, que se agrava debido a que por un lado la cuenca de México, al estar rodeada de sierras, se comporta como una olla que impide la salida de los contaminantes, y por otro a la constante emanación de desechos tóxicos, cuyas fuentes principales son las industrias y los vehículos automotores. Es necesario anotar que en los meses de febrero a agosto, los vientos alcanzan tal velocidad que son capaces de expulsar los contaminantes de la cuenca (Jáuregui, 1969:25). Sin embargo, el problema se resuelve momentáneamente, ya que las fuentes de contaminantes siguen actuando.

Así la ciudad ha vivido y sigue existiendo íntimamente ligada con la región que la vio nacer.

LOCALIZACIÓN GEOGRAFICA DEL DISTRITO FEDERAL Y DE LA ZONA METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO (ZMCM)

El Distrito Federal fue creado por decreto del Congreso Constituyente el 28 de Noviembre de 1824, al fijarse la residencia de los poderes federales en la ciudad de México, determinándose que su distrito correspondiente quedaría comprendido en un círculo cuyo centro sería la Plaza Mayor de la propia ciudad y su radio de dos leguas. Cabe apuntar que los límites actuales del Distrito Federal fueron establecidos el 15 y 17 de diciembre de 1898 por el Congreso de la Unión.

Por lo anterior, la localización geográfica del Distrito Federal se encuentra íntimamente relacionada con la ubicación de la ciudad de México, pues durante varias décadas del presente siglo dicha ciudad quedó circunscrita a los límites político-administrativos de esa entidad federativa.
Así, el Distrito Federal, junto con una porción de la ciudad de México, se localiza en el sudeste de la cuenca de México, y por esta posición geográfica una gran parte de su territorio queda comprendida en partes bajas y de escaso relieve, generalmente en áreas que antiguamente ocuparon lagos; tal es el caso de las siguientes delegaciones: Gustavo A. Madero, Azcapotzalco, Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez, Iztacalco, Iztapalapa, Tláhuac y una superficie considerable de las delegaciones Coyoacán y Xochimilco.

LOCALIZACIÓN Y EXTENSIÓN DE LA CUENCA DEL VALLE DE MÉXICO:

SECCIONES DE LA CUENCA DEL VALLE DE MÉXICO:

CUENCA DE MÉXICO SECCIÓN SUR – NORTE

El resto de las delegaciones comprende dos zonas geográficas bien identificadas: la que corresponde al pie de monte, es decir, la transición de la zona plana a la sierra, y la sierra misma; tales son los casos de Milpa Alta, Tlalpan, Magdalena Contreras, Álvaro Obregón y Cuajimalpa.

El crecimiento de la mancha urbana de la ciudad de México, dentro del Distrito Federal, se ha dado preferentemente en terrenos correspondientes a la llanura lacustre; sin embargo, la expansión de la ciudad ha sido tal que también se puede apreciar una franca invasión de las estribaciones de algunas sierras, como la del Ajusco y la de las Cruces en el Distrito Federal, y las de Monte Alto y Monte Bajo en terrenos del Estado de México. Así, al hablar del crecimiento de la ciudad de México no podemos circunscribirnos únicamente al territorio del Distrito Federal, ya que el proceso de expansión física y la urbanización que representa han rebasado los límites político-administrativos de esta entidad para penetrar en los terrenos del Estado de México.

Hasta 1940 la ZMCM correspondía a lo que actualmente son las delegaciones centrales de la ciudad: Cuauhtemoc, Venustiano Carranza, Benito Juárez y Miguel Hidalgo, además de Azcapotzalco, Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Coyoacán y Magdalena Contreras. Es decir, la extensión de la ciudad se circunscribía principalmente a la llanura lacustre, con una topografía plana, a excepción de algunos lomeríos hacia el occidente del Distrito Federal en áreas como las Lomas de Chapultepec y Mixcoac. Sin embargo, esto ya indicaba una ligera tendencia de crecimiento hacia las partes norte y sudoccidental.

Para la década de los cincuentas, se integran a la ZMCM la delegación de Iztapalapa y el municipio de Tlalnepantla. Con ello la expansión de la ciudad continuó sobre terrenos planos del oriente, al pie del cerro de la Estrella, hacia el norte, ya en terrenos del Estado de México, en forma de fraccionamientos residenciales e industriales; estos últimos preferentemente se establecieron en zonas de escaso declive siguiendo las principales carreteras y vías férreas, no así los conjuntos residenciales, que comenzaron a invadir el pie de monte de las sierras de Monte Alto y Monte Bajo, alrededor de la recién creada Ciudad Satélite, dando una nueva fisonomía al relieve ondulado que caracteriza la zona.

Durante esta misma década tuvieron lugar importantes expansiones hacia el sur; quizá la más sobresaliente fue la que produjo sobre la cubierta lávica producto de las emisiones volcánicas más recientes registradas en la cuenca de México. Tal relieve había constituido hasta esas fechas una de las principales barreras físicas al crecimiento urbano en esa dirección. Desarrollos como el Pedregal de San Ángel y la Ciudad Universitaria iniciaron la integración de esa zona al paisaje urbano.

Ya en los sesenta, continúa y se consolida rápidamente el proceso de urbanización, sobre todo hacia la parte norte, integrándose los municipios de Naucalpan, Ecatepec, Chimalhuacán. En esta zona la ocupación del suelo ocurre principalmente en las planicies que se ubican alrededor de la sierra de Guadalupe, e incluso se empiezan a poblar sus laderas.

Algo sobresaliente fue la ocupación, hacia el oriente, de terrenos secos y salinos del antiguo vaso del lago de Texcoco, a pesar de ser inadecuados para el uso urbano a causa de las tolvaneras en la estación seca y de las inundaciones en la época de lluvias. Además, esta zona permanecía sin vegetación debido al alto contenido de sal en el suelo, y hasta antes de su ocupación residencial sólo había tenido interés para la explotación de sal.

En el Distrito Federal, la ZMCM incluía todas sus delegaciones actuales, a excepción de Milpa Alta y Tláhuac. Con importantes obras viales, como el anillo periférico, la ciudad continuó expandiéndose hacia el sur, ocupando suelos de origen lacustre en dirección a Xochimilco y terrenos cubiertos de lava hacia el rumbo de Tlapan. Por otra parte, ciertos asentamientos residenciales comenzaron a ocupar el pie de monte de las sierras de Chichinautzin hacia el sur, y de las Cruces en el poniente, tendencia que se consolidaría en la siguiente década.

En los años setenta, la ZMCM comprendía todo el Distrito Federal, a excepción de Milpa Alta del Estado de México se integraron los municipios de Tultitlán, Coacalco, La Paz, Cuautitlán, Atizapán de Zaragoza, Huixquilucan y Nezahualcóyotl. Con lo anterior se presenta claramente varias tendencias de crecimiento: hacia el orinte, la ciudad prácticamente forma un cerco alrededor del cerro de la Estrella y de la sierra de Santa Catarina; aunque se ocupan principalmente terrenos de escaso relieve y de origen lacustre, hay una tendencia a invadir las laderas de las elevaciones mencionadas.

Hacia el sur, continúan integrándose a la mancha urbana suelos de alta calidad agronómica en las cercanías de las zonas de chinampas, especialmente en Xochimilco y Tlahuac. También en el sur se van ocupando para usos urbanos las laderas de la sierra del Ajusco, aunque a medida que tiene mayor declive, disminuye la densidad de ocupación.

Algo parecido acontece en el poniente; sin embargo, aquí el pie de monte se encuentra ampliamente surcado por numerosos arroyos, por lo que la ocupación urbana ocurre principalmente a lo largo de las partes altas de vertientes, llamadas también interfluvios; tal sería el caso de las Águilas y Tecamachalco.

En dirección norte, el proceso de ocupación se origina en la expansión urbano-industrial. La sierra de Guadalupe se ve prácticamente cercada por usos urbanos, ocupándose preferentemente terrenos de escasa pendiente.

En los ochenta, la ZMCM, continúa su expansión, integrando a la delegación Milpa Alta en el Distrito Federal, y a los municipios de Cuautitlán Izcalli, Chalco, Chicoloapan, Ixtapaluca, Nicolás Romero y Tecámac, todos pertenecientes al Estado de México lo anterior significaque la ciudad presenta dos tendencias principales de crecimiento: se mantiene la que se presentaba en el norte, y cobra importancia la expansión hacia la zona oriente.

En esta última dirección la ciudad empieza a ocupar los terrenos lacustres del antiguo lago de Chalco y consolida la ocupación de las partes bajas, alrededor del extremo oriente de la sierra de Santa Catarina, en áreas como Ayotla e Ixtapaluca. Asimismo se incorporan amplias áreas de origen lacustre en una especie de corredor en dirección al poblado de Texcoco. Hacia este rumbo de la ciudad queda sin ocupar una amplia área del vaso del antiguo lago de Texcoco, especialmente al norte de bordo de Xochica, pues sigue siendo una zona drenada sólo parcialmente.

En cuanto a la expansión de la ciudad hacia el norte, cuando ésta rodeó a la sierra de Guadalupe volvió a disponer de otra llanura lacustre del antiguo lago de Zumpango para el crecimiento de la mancha urbana, dándose importantes desarrollos industriales y habitacionales.

Es de notar que con el crecimiento de la ciudad hacia estos dos rumbos los límites de la ZMCM entran por segunda vez en contacto con otras entidades federativas: en 1940 lo hizo por primera vez con el Estado de México; en 1980, con los estados de Puebla e Hidalgo, a través de los municipios de Ixtapaluca y Tecámac, respectivamente. Por la presencia de un relieve más plano, es probable que para la siguiente década, algunos municipios del estado de Hidalgo, en dirección a Tizayuca, se incorporen a la ZMCM.

Aunque la extensión que ha alcanzado la ZMCM es relativamente grande, la mayor parte de ella todavía se ubica dentro de la cuenca de México, a excepción de dos pequeñas porciones situadas en el extremo sur de las delegaciones Tlalpan y Milpa Alta, que ya corresponde a otra región geográfica, al valle de Cuernavaca. Dichas porciones cuentan con un relieve accidentado y escasa población.

ZONA METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO 1980

UNIDAD POLITICO ADMINISTRATIVA POBLACIÓN SUPERFICIE

ALVARO OBREGON 663,156 8,660
AZCAPOTZALCO 623,433 3,300
BENITO JUAREZ 563,996 2,600
COYOACAN 621,193 5,440
CUAJIMALPA 95,059 3,200
CUAHUTEMOC 843,283 7,700
GUSTAVO A MADERO 1,569,714 8,700
IZTACALCO 591,445 2,360
IZTAPALAPA 1,315,063 11,940
MAGDALENA CONTRERAS 179,986 6,900
MIGUEL HIDALGO 561,999 4,600
MILPA ALTA 55,706 27,400
TLAHUAC 153,061 8,900
TLALPAN 384,613 30,100
VENUSTIANO CARRANZA 717,221 3,300
XOCHIMILCO 226,208 12,500

DISTRITO FEDERAL 9,165,136 147,600

ATIZAPAN DE ZARAGOZA 211,624 9,034
COACALCO 102,204 3,480
CUATITLAN 41,296 3,077
CUATITLAN IZCALLI 79,920 11,952
CHALCO 81,532 28,820
CHICOLOAPAN 28,548 6,006
CHIMALHUACAN 64,510 3,795
ECATEPEC 819,578 15,482
HUIXQUILUCAN 81,395 14,250
IXTAPALUCA 81,043 28,834
NAUCALPAN DE JUAREZ 759,457 19,661
NEZAHUALCOYOTL 1,396,854 6,240
NICOLAS ROMERO 117,338 25,967
LA PAZ 103,765 3,692
TECAMAC 87,954 5,542
TLANEPANTLA 809,967 8,505
TULTITLAN 142,625 6,618

ESTADO DE MÉXICO METROPOLITANO 5,009,610 200,955

ZONA METROPOLITANA DE LA CIUDAD DE MÉXICO 14,174,746 348,555

VEGETACIÓN

Se describen aquí en forma breve las principales características que presenta la vegetación en la cuenca de México respecto a su actual distribución geográfica, área que cubre, composición, estructura, estado de conservación y factores físicos que influyen en su desarrollo.

La vegetación se agrupa con base en su fisonomía y estructura; de esta manera se distinguen en el estrato arbóreo diferentes tipos de bosques, mientras que en los estratos restantes la vegetación se compone fundamentalmente de matorrales. Se incluyen también algunos aspectos de las comunidades vegetales artificiales que comprenden plantaciones exóticas y cultivos agrícolas.

BOSQUES NATURALES

El bosque de pinos es la comunidad que forma el piso superior de la vegetación arbórea. Su área de desarrollo óptimo va aproximadamente de los 3300 a los 4100 m, piso altitudinal donde predominan condiciones físicas extremas: temperatura promedio de 8°C, heladas nocturnas, lluvia de 1200 mm anuales y suelo poco evolucionado. Esta comunidad puede catalogarse como la mejor adaptada al clima de alta montaña. Su estructura contiene dos estratos: arbóreo, que ofrece una fisonomía de aparente subdesarrollo, y herbáceo, con dominio casi total de gramíneas de tipo amacollado y leguminoso del género Lupinus.

En la cuenca, este bosque se circunscribe a las cumbres más elevadas de las sierras. Los manchones significativos por su espesura y aceptable grado de conservación se localizan en los volcanes Popocatepetl, Izztaccíhuatl, Ajusco, Papayo, Telapón, mientras que sus superficies más reducidas y dañadas cubren las cimas desde los 3450 m. En los cerros Pelado, Cuatzin y Tláloc.

El bosque de oyameles es escaso en la República y tiene en las principales serranías de la cuenca el hábitat adecuado para el desarrollo de amplias e importantes masas forestales. El óptimo crecimiento del oyamel se da entre los 2700 y 3200, situación común dominante en las sierras de Pachuca, las Cruces, la Sierra Nevada y la de Chichinautzin, en donde predominan condiciones de relieve de moderadas a fuertes, suelo bien desarrollado, clima templado húmedo con precipitaciones medias anuales de entre 900 y 1500 mm y régimen térmico de 10 a 14 grados centígrados.

Este medio forestal tiene especial significado porque su estructura constituye un eficiente instrumento protector del terreno gracias a la existencia de una bien conformada estratificación. El estrato herbáceo es rico en cantidad y número de especies pertenecientes, sobre todo, a los géneros Seneicio, Baccharis, Sávila, Eupatrorium, etc. En el estrato arbustivo disminuye la riqueza florística, su altura promedio es de 5 m y sus géneros principales son Senecio, Arctostaphylos, Arbutus y Salís. El estrato superior de la comunidad es la masa arbórea conformada por densos bosques de oyameles con altura máxima del estrato uniforme de entre 35 y 40m. Con el oyamel se mezclan algunos elementos arbóreos como el encino (Querecus Mexicana), el aile (Alnus Firmifolia) el ciprés (Cupressus Lindleyi) (Madrigal. 1967).

En la cuenca de México, el bosque de oyameles es una masa forestal que presenta, en alto porcentaje, adecuado estado de conservación, cualidad que en otros casos se ha suspendido por acción antrópica. Por estar en parques nacionales, la protección legal de este bosque ha coadyuvado a preservar grandes extensiones montuosas (como sucede en el desierto de los leones y en las cumbres del Ajusco) ubicadas en la serranía de las Cruces, el sistema Iztaccíhuatl-Popocatépetl, la Sierra Nevada y el Mineral Chico en la Sierra de Pachuca (Melo, 1977).
La asociación forestal de piáceas se presenta en altitudes que oscilan entre 2700 y 2800 m, quedando sujeta a la influencia de un clima templado de condición húmeda, favorecido por lluvias medias anuales superiores a 900 mm. y temperatura de 10 a 14 grados centígrados.

El bosque de pináceas incluye varios grupos vegetales semejantes fisonómicamente y con demandas ecológicas parecidas. La altura de su estrato arbóreo oscila entre 8 y 15 m, y esta constituido por la asociación de Pinus Rudis, P. Leiophylla, P. Montezumae y P. Teocote, especies a las que frecuentemente se añaden encinos de las especies Quercus Texcocana, Q. Crassipes, Q. Rugosa y Q. Mexicana así como enebros (juniperus deppeana), madroños (Arbutus xalapensis) y ailes (Alnus firmifolia). En el estrato arbustivo es común el desarrollo de plantas adaptadas a medios diturbados; En este nivel, los géneros más constantes son: Eupatorium, Senecio, Arctosphylos, Baccharis, Stevia y Buddleia. En el estrato inferior existe un marcado dominio de gramíneas (Muhlenbergia, Bromus y Stipa) y compuestas (Stevia, Archivacharis, Sábila, etc.) (Rzedowski, 1964).

Debido a que su medio ecológico objeto de fuerte degradación, este bosque ha desaparecido de las principales serranías de Patlachique, Tepozán, Chichicuautla, Pachuca, Monte Bajo y la sierra Nevada, manifestando un fuerte grado de perturbación que está aprovechada por la invasión de plantas Xerófilas y encinares matorraleros.

El bosque de enebros se limita a las laderas bajas de las sierras de Pachuca, Chichicuautla, Tepozán y Patlachique, creando franjas heterogéneas y discontinuas en altitudes que oscilan entre 2,500 y 2,700 m.; se ubican por debajo de las panaceas y su límite inferior son los matorrales xerófitos. Tiene exigencias físicas reducidas, le bastan lluvias anuales de 700 a 800 mm. Y temperaturas promedio de 14 °C.

Este bosque lo forman confieras cuyo estrato superior tiene una altura media de 5 m. El estrato arbustivo está compuesto por plantas densas de numerosas especies que constituyen una cubierta adecuada para la protección del terreno; En él destacan los arbustos de Quercus spp., Zaluzania spp., Symphoricarpos spp., Bouvardia spp.., y Brickellia spp. En el estrato inferior hay dominio absoluto de pastos, como Hilaria cenchroides y Buchloë dactyloides (Rzedowki, 1964).

Actualmente el enebro ha logrado mantener su distribución original gracias a recientes mecanismos fisiológicos que permiten a la especie colonizar terrenos antes cubiertos por pinos y encinos. La mayor parte del bosque muestra un estrato ralo, con síntomas de raquitismo, y paulatinamente cada terreno a la penetración de especies xerófitas, en especial a los géneros Opuntia, Zaluzania y Mimosa.
El bosque mixto de latifoliadas y confieras se ubica en medios ecológicos mesofilos en los que coexisten latifoliadas y pináceas, mezcla que elimina ecotonos y da lugar al típico bosque mixto de pinos y encinos. Presenta dos situaciones antagónicas: distribución aislada en el sur y menos dispersa en el norte, oriente y occidente. El primer caso incluye relictos, agrupados en pequeños machones, que subsisten en laderas bajas de las sierras Nevada y de las Cruces, mientras que el segundo reúne áreas de mayor magnitud ubicadas en las sierras de Monte Alto, Tepotzotlán, Pachuca, Patlachique, Pitos, Cerro Gordo y Tepozán.

En su estructura intervienen los tres estratos característicos: la cubierta superior es la mezcla de encinos y pináceas de diferentes especies. El estrato arbustivo tiene mayor riqueza florística, destacando los géneros Arctostaphylos, Eupatorium y Salvia.

Circunstancias de origen antrópico han causado fuertes desequilibrios en esta masa forestal, lo que da al bosque una condición degradada rara vez semiperturbada y, las más de las veces, lo convierte en área deforestada que se transforma en campos de cultivo.

Los más extensos paramos de altura (zacatonales) se encuentran en los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl, donde se desarrollan a partir de los 3800 m hasta alcanzar límites máximos de 4800 m, de altura en que colindan con las nieves perpetuas. Áreas menos extensas de zacatonal cubren las cimas de los volcanes Ajusco, Tláloc y Telapón.

La estrecha franja cubierta por zacatonal ocupa un medio ecológico subnevado, con influencias, térmicas de 5°C, heladas constantes durante todo el año, precipitación media anual de 1200 mm y suelo muy somero con escaso valor edáfico. La comunidad posee una estructura herbácea constituida por gramíneas que generalmente rebasan el metro de altura y a menudo tienen hojas rígidas y enrolladas durante gran parte del año, por lo que se les denomina amacolladas. Entre las especies más características se encuentran Festuca Tolucensis, Calamargrostis Tolucensis, Muhlenbergía macroura (Miranda y Hernández, 1963).

El matorral de encino fisonómicamente constituye un estrato denso, cerrado y dominado por la especie Quercus microphylla. Este matorral arbustivo rara vez admite el acceso de especies leñosas; por lo tanto, su estructura mantiene un estrato uniforme de entre 40 y 60 cm. Entre los géneros arbustivos que invaden el territorio matorralero, pero que no se mezclan ni lo desplazan, están Nolina, Agave y Pasylirion

El matorral ocupa terrenos antaño cubiertos por encinares arbóreos cuya destrucción, seguida de anárquicas labores antrópicas, generó el actual desarrollo matorralero. Este fenómeno es común en promontorios cerriles localizados en el fondo de la cuenca, como las sierras de Pitos, Patlachique y Cerro Gordo. También se aprecia en sectores elevados y laderas inferiores de las sierras limítrofes de la cuenca.

El matorral de palo loco recubre la zona denominada Pedregal de San Ángel, y tiene especial interés porque manifiesta la fase de un proceso biológico sucesional que esta en desarrollo sobre materiales ígneos expulsados, por los volcanes Xitle y Xictontli.

El piso altimétrico del matorral, comprendido entre 2250 y 2700m, se desarrolla en temperaturas que oscilan entre 14 y 15°C y lluvias que van de 700 a 950 mm anuales, condiciones que determinan un medio xerófito en virtud de la incipiente formación del suelo. Su estructura está conformada por una moderada masa arbustiva, a la que se añaden otros elementos de los géneros Opuntia, Agrave, Senecio y Lerbesina, y algunas gramíneas como Muhlenbergia, Bouteloua y Banicum (Rzedowski, 1964).

El matorral de Hechita se localiza en las estribaciones de la sierra de Pachuca formando manchones extensos, bajo condiciones subhumedas y templadas con lámina pluvial de entre 900 y 700 mm anuales y temperaturas promedio de 18 grados centígrados.

Sin llegar a ser arbustivo, el matorral de Hechita se asocia con Agave lechuguilla y en menor grado con Mimosa, Jatropha, etc., conglomerado que adopta la fisonomía de un matorral rosetófilo -propio de zonas semiáridas- que cubre sitios previamente sujetos a fuertes disturbios ecológicos.

El matorral de Opuntia, Zalizania y Mimosa es a tal grado serófilo que, debido a la presencia del género Oopuntia, podría relacionársele con el matorral de Crasicaule, típico de zonas áridas; sin embargo, tal situación es contrarrestada por el condominio que establece Opuntia con Zaluzania augusta y Mimosa biuncifera, y por el crecimiento aislado de plantas leñosas como acacias, senecios, yucas, Prosopis y Schinus molle (Rzedowski, 1964).

La distribución actual de este matorral es inferior a la extensión que tubo en el pasado en la porción baja septentrional de la cuenca, en donde un clima cálido seco (lluvia media anual inferior a 600mm y temperaturas superiores a 16°C) influyo en el desarrollo exuberante que actualmente, por actividades agropecuarias, se ha limitado a las laderas cerriles y montuosas de las sierras de Pitos, Patlachique, Tezontlalpan, Tepozán y Cerro Gordo.

Las agrupaciones halófilas se desarrollan en condiciones de salinidad y presencia de sodio privativas de los antiguos vasos lacustres de Zumpango, Xaltocan, San Cristóbal, Texcoco y, en menor escala Xochimilco. La comunidad esta constituida por Zacahuistle (Distichlis spicata) y romerillo (Suaeda difusa). Otras plantas se instalan en contigüidad los pastizales halófito en suelos de moderada salinidad, destacando numerosas compuestos y algunas gramíneas.

A lo adverso de las condiciones ecológicas en que prospera esta vegetación, se añaden fuertes disturbios edáficos causados por pastoreo, raquítica agricultura e inadecuados asentamientos humanos.

Asimismo, la permanencia de agua en áreas reducidas favorece el establecimiento de plantas acuáticas flotantes (lentejilla) y enraizadas (tules) y, en los márgenes de esas áreas, poligonáceas (lengua de vaca).

CLIMAS

Estamos habituados a pensar que el clima de una población pequeña (digamos de 1 o 2 Km de extensión) se puede conocer si se cuenta con los datos de una estación meteorológica ubicada en el área central de dicha ciudad. Así, los elementos del clima, como la temperatura o la cantidad de lluvia que se observen ahí, se podrán hacer extensivos sin mucho error a toda la superficie citadina.

Sin embargo, cuando el área urbana se extiende por decenas de kilómetros y sobre una topografía contrastante, se pueden distinguir dentro del perímetro urbano diversos regímenes termopluviométicos (naturales o inducidos por el hombre), así como diferencias significativas entre otros factores que componen el clima citadino. Tal es el caso del área metropolitana de la ciudad de México, que se extiende por toda la esquina sudoeste de la cuenca, cubriendo unos 1000 km2.

En este apartado se describen zonas climáticas que prevalecen en el área urbana de la capital del país.

EL MACROCLIMA

Debido a la latitud a la que se encuentra la ciudad de México (19°30’), su clima es tropical de montaña, es decir, aunque la temperatura es menguada por la elevada altura del valle, otros rasgos climatológicos como la regularidad e intensidad de los aguaceros son típicos de los trópicos.

Por otra parte, durante la estación invernal la cuenca de México se encuentra bajo la influencia de las masas de aire polar características de las regiones templadas ubicadas fuera de los trópicos. En resumen, el clima de la ciudad de México (como el de la mayor parte del país) esta determinado por los sistemas atmosféricos tropicales y extratropicales, distinguiéndose así dos estaciones climáticas bien definidas; el semestre de seca, centrado en el invierno (noviembre-abril), y la estación lluviosa, de mayo a octubre.

ÉPOCA DE SECA (Noviembre-Abril)

Durante este periodo la circulación del aire sobre la cuenca es del oeste, noroeste o sudoeste, intensificándose a medida que ascendemos. Cerca de los 13 Km. a la altura de la llamada tropopausa (que es el nivel de vuelo de los aviones comerciales), los vientos sobre la cuenca en esta época alcanzan velocidades cercanas a los 100 Km./h. Estos vientos máximos forman la llamada corriente de chorro (jet stream) que circunda el planeta y que en la estación invernal llega a su posición máxima austral en Norteamérica, ubicándose en nuestro país algo al norte de la Ciudad de México.
Mientras los vientos fuertes del oeste soplan en las alturas, en los niveles cercanos al suelo llegan masas de aire procedentes de las regiones polares de Norteamérica y del Pacifico del norte.

La subsidencia (o descenso) del aire asociada a la circulación anticiclónica prevaleciente origina en la ciudad de México muchos días de cielos despejados y de periodos de calma en los niveles inferiores (los primeros 100 a 200 m), especialmente por la noche y a la mañana.

Las perturbaciones que en forma de ondulaciones (o vaguadas en lenguaje técnico) viajan en el seno de la corriente aérea del oeste, ocasionan una intensificación del viento a su paso por la cuenca de México, levantando en ocasiones altas y densas cortinas de polvo, especialmente en la segunda mitad del periodo de seca, es decir, de febrero a abril.

Estas tolvaneras que afectan a la capital también pueden tener su origen en una aglomeración de nubes convectivas que se desarrollan generalmente después del mediodía hacia el centro de la cuenca. Las corrientes turbulentas descendentes que obran debajo de estas nubes levantan espesos muros de polvo a su paso por los campos secos y desnudos de vegetación donde antes existió una zona lacustre. Impulsadas por los vientos generales (que en los niveles inferiores son del este), las nubes y el polvo avanzan luego sobre la ciudad agravando los niveles de contaminación por algunas horas.

Conviene señalar que acciones como la del Plan Texcoco (pastización de unas 6000 ha.), la creación de cuerpos de agua como el Nabor Carrillo (900 ha.) y las barreras rompevientos han contribuido a reducir localmente la erosión eólica y, consecuentemente, la frecuencia de las tolvaneras en ese rumbo de la ciudad. Pero la creciente urbanización con calles sin pavimento en el perímetro de la capital así como la tala de vegetación arbórea, constituyen nuevas fuentes de polvo en la cuenca.
El paso de las tormentas invernales asociadas a la llegada de una masa de aire frío origina un descenso marcado de la temperatura que en promedio es de 3°C, pero que en ocasiones supera los 6 grados centígrados.

Además del desplome de la temperatura, el paso de un frente frío se caracteriza por un aumento de la nubosidad y, en ocasiones, por precipitaciones en forma de lluvia ligera o llovizna que pueden persistir uno o varios días. Pero lo más frecuente es que las masas de aire polar continental que penetran a la cuenca de México sean bastante secas (sobre todo al final de la estación), produciendo tiempo frío y ventoso con poca nubosidad.

ÉPOCA DE LLUVIAS (Mayo-Octubre)

A partir del mes de abril la circulación atmosférica de invierno comienza a cambiar. Como resultado del calentamiento gradual de Norteamérica se debilitan los vientos del oeste sobre la cuenca de México. En estas condiciones comienza a disminuir la influencia del flujo anticiclónico de invierno al tiempo que crece el predominio de la corriente húmeda de los alisios.

En plena estación de lluvias los vientos invernales del oeste se han retirado completamente y en su lugar prevalece la corriente húmeda tropical de los alisios, la cual se profundiza entonces hasta llegar a la troposfera alta (13 Km.). Entonces prevalecen en la cuenca (y en gran parte del país) los movimientos ascendentes y convergentes hasta la troposfera media, compensados por flujo divergente en los altos niveles de la misma zona. Esta situación atmosférica propicia la formación de nubes convectivas que originan los aguaceros de verano. En un día típico, después de una mañana soleada, se desarrollan los cúmulos al pie de las montañas para avanzar después sobre la ciudad. Pasando el mediodía, las nubes han alcanzado su máximo crecimiento, y ayudadas por la energía calorífica de la ciudad se precipitan en forma de violentos chubascos sobre el área urbana, especialmente hacia el sur y el poniente.

EL MESOCLIMA

Zonificación por precipitación

Según el sistema de clasificación propuesto por W. Koeppen (1948), el clima de gran parte de la ciudad de México es templado subhúmedo (Cw); sin embargo, el decrecimiento de las lluvias hacia el centro de la cuenca es tan acentuado que el clima de los suburbios del oriente de la capital (al norte de Iztapalapa) tiene ya, según dicha clasificación, características semiáridas (clima seco BS).

Esta área del oriente de la ciudad recibe menos de 600 mm en promedio. Si se considera una zona de transición se podrán distinguir tres zonas climáticas según el criterio de la humedad ambiente.

Zonificación por temperatura

Es sabido que la temperatura del aire en el centro de las grandes áreas urbanas es mayor que en los suburbios, debido por una parte a la mayor capacidad que tienen los materiales de la ciudad (piedra, concreto, pavimento, etc.) para almacenar el calor del sol. Los vehículos y las fábricas, así como las grandes aglomeraciones de gente, son fuentes importantes de calor dentro del área urbana. Las calles del centro flanqueadas por altos edificios se asemejan a profundas cañadas donde las paredes de las construcciones irradian el calor entre sí, en vez de hacerlo hacia el cielo. Todos estos factores, junto con la nube de smog, hacen que el aire de la ciudad se mantenga más tibio que el del campo. El contrate térmico es mayor por la noche y al amanecer, y menor al mediodía. Debido a este fenómeno las temperaturas mínimas debajo de 0°C (heladas) han desaparecido del centro de la ciudad.

Las variaciones de temperatura en dos rumbos de la ciudad; en el centro (edificio de la Comisión Federal de Electricidad, en el borde oriente del bosque de Chapultepec) y en un suburbio del este de la capital (Iztapalapa). Los meses más calurosos son marzo, abril y mayo, cuando las temperaturas suben a 24 y 30°C. Al regularizarse las lluvias en junio las temperaturas máximas decrecen.

En algunos casos las temperaturas máximas pueden ser más altas en la periferia que en el centro de la ciudad porque predomina el efecto de la nube de impurezas que se cierne sobre la ciudad y que intercepta una parte (hasta 15%) de la radiación solar. Por otra parte, las temperaturas mínimas son generalmente más altas en el centro que en los suburbios, debido en parte al efecto de “cobija” de la nube de smog que limita el enfriamiento nocturno del aire urbano.

Las temperaturas más bajas ocurren en las mañanas del invierno: de 4 a 8°C en el centro y de –3 a –5°C en el borde oriente de la ciudad.

Los contrastes térmicos son menos acentuados hacia el poniente de la capital debido principalmente al efecto topográfico de la zona de lomeríos, como se puede apreciar en la figura 5, que muestra la distribución de las temperaturas mínimas para el mes de noviembre de 1981.

La mayor densidad de edificios altos en el centro reduce ahí la intensidad de los vientos. Este hecho hace que sea mayor la sensación de sofoco al faltar la ventilación necesaria en la zona del centro durante la primavera calurosa de nuestra ciudad.

Zonificación por humedad

En general la humedad relativa es menor de las áreas urbanas que en los campos vecinos, pues la urbe cuenta con escasas fuentes de humedad. Es conocido el efecto benéfico de regulación de la humedad que tienen las áreas verdes en la ciudad. Además, las zonas arboladas interceptan gran parte de las partículas y polvos que flotan en el aire urbano, ayudando a reducir la contaminación por polvos.

Las fuentes de humedad, como parques y jardines públicos, son todavía insuficientes y no han crecido al mismo ritmo que se ha extendido el área urbana de la capital. Sin embargo, las grandes áreas verdes de la ciudad, como Chapultepec, San Juan de Aragón, Zoológico de Tlalpan, etc., son fuentes importantes de humedad en los suburbios, donde además existe un mayor número de casas con jardines y avenidas arboladas. El resultado es que en las zonas del centro el aire es más seco que en la periferia.
Durante la estación lluviosa los contrastes de humedad entre la ciudad y el campo son pequeños cuando deja de llover, pero el rápido escurrimiento del agua sobre azoteas y pavimentos reduce las horas de evaporación.

Zonificación por ventilación

Ya se ha mencionado la reducción de la intensidad de los vientos en la zona del centro originada por la mayor densidad de edificios elevados. Si a este hecho se agrega el debilitamiento que sufren las corrientes generales de aire que cruzan la cuenca por la presencia de las montañas circundantes, es fácil comprender por que las áreas del centro registran más periodos de aire en calma. Sin embargo, esto no es permanente y la ventilación del centro (y toda el área urbana), mejora notablemente cuando los vientos regionales se intensifican como resultado del paso de las masas de aire polar sobre la cuenca de México.

Entonces la ventilación llega a ser tan enérgica que barre todas las impurezas que flotan en el aire citadino, al grado de que la claridad y transparencia del aire mejora notablemente mientras duran estos vientos, permitiendo apreciar a la distancia el maravilloso espectáculo de los volcanes. Sin embargo, la rapidez de emisión de contaminantes aéreos es tal que bastan de 6 a 12 horas para que se enturbie de nuevo el aire al descender los vientos regionales.

La circulación local del viento superficial (por la mañana y después del mediodía) basada en los datos de cuatro estaciones (de la Subsecretaria de Mejoramiento del Ambiente, ahora SEDESOL) ubicadas en las cuatro esquinas de la ciudad. Por la mañana los vientos débiles que bajan de las montañas producen una convergencia del flujo hacia el centro de la ciudad. Esta situación es desfavorable para la dispersión de los contaminantes atmosféricos, que tienden a concentrarse en el centro de la capital a las horas de mayor actividad vehicular, entre las 7 y 10 horas.

Por la tarde se establece un flujo que en general es de norte a sur; el viento entonces es más enérgico y acarrea las impurezas fuera de la capital. Una circulación semejante se observa durante la estación de lluvias (mayo-octubre).

Zonificación por contaminación del aire

Ya se ha mencionado que tanto la topografía, que limita la difusión lateral de los contaminantes, como las condiciones meteorológicas, que restringen a ciertas horas la dispersión vertical, son desfavorables para la eliminación eficiente de las impurezas que flotan sobre la ciudad.

Siendo los vehículos la principal fuente de emisiones, la nube de impurezas es más densa en el centro de la capital, zona de mayor actividad vehicular. Las innumerables fuentes fijas que se reparten en toda el área urbana y la complejidad de las trayectorias del aire superficial dan por resultado una distribución bastante irregular de las líneas de isoconcentraciones, aunque siempre se distingue un área central (al oeste del eje geométrico de la ciudad) donde se ubican los niveles más elevados de contaminación.

Un máximo secundario se localiza en la zona industrial del noroeste (Xalostoc) para el caso del dióxido de azufre. Cuando se trata del smog fotoquímico, éste requiere de unas horas para su formación en días soleados, y a medida que se forma va siendo transportado por la circulación de los vientos del noreste que prevalece al medio día.

Por tanto, el cuadrante sudoeste de la ciudad registra la frecuencia más alta de días en que la concentración de ozono rebasa la respectiva norma de calidad del aire.

El polvo –uno de los principales contaminantes de la atmósfera de nuestra ciudad- afecta en mayor medida las partes oriente y norte, más cercanas a las fuentes naturales de polvo tolvaneras en la estación seca.

LAS ZONAS CLIMÁTICAS

Ya se ha visto que dentro del área de aproximadamente 450 km2 que ocupa la ciudad de México, los diversos elementos del clima acusan variaciones a veces considerables respecto a las áreas rurales vecinas. Pero al intentar delimitar dentro del área urbana regiones con características climáticas contrastantes, se presenta la dificultad de localizar sus fronteras, ya que las variaciones de los elementos climáticos son generalmente graduales y además, como lo señala Chandler (1965) al delimitar las regiones climáticas de Londres, las zonas de transición para los diversos elementos rara vez coinciden.

La primera división que se puede hacer en la ciudad de México en dos áreas concéntricas: a) región del centro de la ciudad, caracterizada por un clima de variaciones térmicas diurnas menos acentuadas, alto nivel de contaminación atmosférica, escasa ventilación en las calles y aire comparativamente seco, y b) zonas de los suburbios que rodean al centro de la ciudad, con variaciones térmicas más acentuadas, aire menos contaminado y humedad relativa mayor, además de mejor ventilación. Sin embargo, la situación topográfica y las condiciones del suelo dan origen a una subdivisión climática mayor. La ubicación del área urbana en la esquina sudoeste de la cenca de México da lugar a que los suburbios del sur y del poniente que se encuentran al pie y en la zona de lomeríos reciban más lluvia y menos insolación y sean, por tanto, más húmedos que los sectores de la planicie al norte y al este, que son más secos y reciben mayor insolación. También hemos visto que estos mismos sectores del norte y del este de la ciudad son los factores más afectados por las tormentas de polvo. Finalmente, si entre los climas del centro y de los suburbios se considera un cinturón de transición, obtendremos un total de cinco zonas climáticas dentro del área urbana de la ciudad de México delimitadas según se muestra en la figura 8 en el cuadro 1.4 se describen las principales características de las cinco regiones climáticas de la capital.

PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LAS ZONAS CLIMÁTICAS DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Nivel de contaminación
Grado de ventilación
Oscilación térmica diurna
Humedad ambiente
Frecuencia de lluvias
Frecuencia de tolvaneras
Frecuencia de heladas
Frecuencia de nublados
Frecuencia de tormentas eléctricas

EL DIRIGIBLE COMO SISTEMA ANTICONTAMINANTE

DIAGNOSTICO ECONÓMICO TECNOLÓGICO DE LOS DIRIGIBLES

Hemos tomando como punto de partida los trabajos realizados por el Instituto Mexicano de Investigaciones Aerostáticas, A. C. (IMIAAC) fundado en 1984 y enfocado hacia la investigación de las Naves Más ligeras que el Aire (NMLA o dirigibles) para el asesoramiento a la empresa Consultora Estrategia, S. C. en el estudio de la Viabilidad Económica y Tecnológica de las NMLA como medio de transporte en el contexto mexicano, que se realizó para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Como resultado del estudio, el IMIAAC emitió las siguientes conclusiones:

EL DIRIGIBLE ES UNA ALTERNATIVA VIABLE, PROBADA Y ALTAMENTE SEGURA.
Los primeros dirigibles de Zeppelín (Schwaben, Viktoria-Luise Hansa y Sachsen) ofrecían horarios regulares de 1909 a 1913 y realizaron conjuntamente 1,600 vuelos, transportaron 37,250 pasajeros en cobertura de 1.7 millones de kilómetros cuadrados SIN NINGÚN ACCIDENTE.

El Graff Zeppelín recorrió de 1929 a 1938, 1.6 millones de kilómetros (40 vueltas al mundo) transporto a más de 18,000 pasajeros, invirtió 17,000 horas de vuelo (650 vuelos, 144 trasatlánticos) creando un servicio continuo entre Europa y América. Los 287 dirigibles de la Goodyear construidos entre 1919 y 1986 han transportado a 1.3 millones de pasajeros SIN HABER SUFRIDO JAMAS UN ACCIDENTE.

2.- MERCADO INTERNACIONAL

En el estudio del mercado internacional se analizaron 30 empresas de 10 países, de los cuales el 80% de los proyectos están en etapa conceptual, el otro 20% (West Deutsch Luftwerbung MBH de Alemania, Airship Industries, Ltd. de Inglaterra y Goodyear Aerospace Co., Aerofit INC. y TCOM Co., de Estados Unidos de Norteamérica) ofrecen prototipos ya probados.

3.- EXPERIENCIAS

A partir de 1937 y hasta la fecha, exceptuando en forma incipiente en Estados Unidos durante la segunda guerra mundial, el dirigible no se ha producido de manera industrial, ni se ha generalizado su uso en el entorno internacional por las siguientes causas:

• El hecho de que específicamente en los países desarrollados existe una oferta excedente de infraestructura para el transporte, y una amplia gama de alternativas de modos de transporte a diferentes niveles de mercado, y en los países como México no sólo ya se saturó su infraestructura con pocas alternativas, sino que existe una demanda insatisfecha en este renglón.
• Un mercado no definido claramente por falta de conocimiento de las potencialidades y nuevas aplicaciones de las naves más ligeras que el aire.
• De las 30 empresas analizadas, solo el 20 por ciento ofrecen productos en operación (todos de tipo flexible) no mayores a 2 toneladas de carga.
• El síndrome de accidente de Hinderbug parece todavía tener un efecto negativo, y se considera que los dirigibles se incendian y son inseguros. (Cabe mencionar que en esa época utilizaban hidrógeno y en la actualidad se requiere helio, motivo por el cual el índice de seguridad es del 100%).
• No han existido financiamientos públicos ni privados para iniciar una producción industrial de dirigibles.

4.- APLICACIONES

En términos generales, el dirigible puede enfocarse actualmente a las siguientes aplicaciones:

PLATAFORMA ESTACIONARIA

• Observación y vigilancia no remotas (mar patrimonial, litorales, zonas ecológicas, parques nacionales, fronteras, aerofotografía, antropología aérea).
• Grúa estacionaria (de 1 a 100 toneladas) en la industria.
• Torre de retransmisión de onda larga.
• Torre de control de tráfico aéreo, marítimo y terrestre.

PLATAFORMA DE TRANSPORTE DE HASTA 100 TONELADAS

• De bienes agrícolas y forestales.
• De mercancías.
• De productos industriales.
• De herramientas y equipo.
• De personas y animales (transporte turístico, transferencia de ganado).

ACTIVIDADES ESPECIALES DEL DIRIGIBLE

• Cargar productos agrícolas de zonas con poca infraestructura y descargar sobre medios de transporte convencionales en zonas adecuadas.
• Carga de baja densidad o de dimensiones anormales.
• Sustituto eventual de transporte terrestre en la construcción de nuevos polos o zonas de desarrollo, sustituto de helicópteros en actividades de carga.
• Transportación de ayuda a damnificados en zonas de desastre.
• Laboratorio químico atmosférico.
• Plataforma filtrante de residuos contaminantes (Filtro Anticontaminante SB*A).
• Publicidad
• Plataforma de transmisión televisiva.

5.- ALTERNATIVAS

De las múltiples aplicaciones que pueda tener el dirigible, en el diagnóstico fueron seleccionadas cuatro con los siguientes resultados:

ALTERNATIVA CAPACIDAD
(TON) DIRIGIBLES
NÚMERO VIDA ÚTIL TASA INTERNA
DE RETORNO
1.- Vigilancia de recursos marinos y organización de la pesca. 1.6 5 20 22.00%
2.- Saca y arrime de productos forestales 10.0 20 20 20.60%
3.- Viajes turísticos escénicos en la costa
del Pacifico. 100.0 2 20 37.30%
4.- Laboratorio químico atmosférico, plataforma filtrante de residuos contaminantes (Filtro Anticontaminante SB*A) y publicidad. 20.0 1 20 100% o más

6.- CONSTRUCCIÓN DE UNA FÁBRICA DE DIRIGIBLES.

Asimismo, se analizaron las ventajas de invertir en la fabricación de dirigibles, lo cual resultaría rentable con los siguientes resultados:

TIR
• Planta ensambladora de dirigibles de 1.6 a 10.0 ton. De carga útil 21.0%
• Planta ensambladora de dirigibles de 100.0 ton. De carga útil 37.3%

El estimado de costo es de aproximadamente USA $60’000,000.00 (sesenta millones de dólares americanos) y contempla la planta de fabricación de dirigibles y la producción de un dirigible de 6.3 toneladas. La planta es para una capacidad de producción de dos dirigibles por año.

7.- INGENIERÍA BÁSICA

En el estudio se llevó a cabo la ingeniería básica de una serie geométrica de 11 dirigibles de 1, 1.6, 2.5, 4, 6.3, 10, 16, 25, 40, 63, y 100 toneladas y se propusieron 2 plantas de ensamble, con sus correspondientes 2 hangares por operación.

8.- JURÍDICO

No existen impedimentos jurídicos para la construcción y operación de estas naves, su construcción es una actividad lícita y de interés para la sociedad dados SUS BAJOS NIVELES DE CONTAMINACIÓN, su probada SEGURIDAD y su gama de aplicaciones que llena un hueco en el transporte. Asimismo, la operación se apegará a los reglamentos de la navegación aeronáutica y NO INTERFIERE con la aviación comercial por navegar en otro espacio debajo de ella (la troposfera). Las normas de vuelo de los helicópteros, cuyo uso se ha incrementado considerablemente durante la última década en las grandes ciudades del país, están consideradas en el Reglamento de Transito Aéreo, publicado el 30 de junio de 1975, el artículo 26 menciona que esos aparatos y los aviones se verán obligados a ceder el paso a dirigibles, planeadores y globos

IV.- INVERSIÓN

Para llevara a cabo el proyecto del Filtro Anticontaminante SB*A, hemos solicitado cotización a la empresa GOODYEAR OXO y mediante calculos aproximados del costo del equipamiento anticontaminante que se propone, requerimos de una inversión de las siguientes características:

 * Zeppellin CYCLO-CRANE (16 TON) USD $ 6’250,000.00
 * Fabricación de Filtro SB*A USD $ 3’000,000.00
 * Dirección y asesorías USD $ 1’387,500.00

SUMA USD $ 10’637,500.00

* Evaluación en el año 1996

Cabe mencionar que no se han considerado gastos complementarios como los siguientes:

*  Terreno de 10,000.00 M2. (zona sur-poniente de la cuenca del valle de México).

* Construcción de hangares y plataforma de operación.

*  Operación y mantenimiento.

Es posible que, mediante un análisis integral, elaborado por un grupo interdisciplinario de especialistas, se llegue a otro tipo de soluciones o requerimientos, sin embargo nuestra propuesta es innovadora.

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