La fluctuación diaria en los precios de bienes financieros o no, hace necesario para las empresas asegurar sus costos sobre insumos de producción, adquiriendo un producto derivado, el cual hace las veces de «un seguro».
Jorge Alegría Formoso, director general de Mexder (Mercado Mexicano de Derivados), explica que un derivado es un instrumento financiero que tiene un precio, cuyo valor depende o deriva de un «subyacente», es decir, un «bien» financiero o no financiero existente en el mercado.
Los bienes financieros pueden ser divisas, tasas de interés, acciones, dólares o Cetes; los no financieros petróleo, gas, granos, metales preciosos, mejor conocidos como commodities.
El origen de los derivados no es financiero, sino eran insumos agrícolas. Hoy por hoy, en Mex-der compramos y vendemos futuros del dólar o de tasas de interés. Sin embargo, hace 200 años los productores agrícolas requerían cierta certidumbre en torno a cómo podían vender su cosecha de trigo en los siguientes meses; los molineros e industriales necesitaban saber de alguna manera qué precio tendría el trigo en los próximos tres meses para su producción de pan, expone Alegría Formoso.
Los derivados surgen por esta necesidad de unos u otros de conocer el valor futuro de los productos o ponerle precios a éstos para una negociación que va a tener una entrega dentro de seis meses. Es hasta los años setenta y ochenta del siglo pasado que en lugar de negociarse trigo, arroz, naranjas, carne de puerco, huevo, se empieza a poner precio futuro a estos productos.
Jorge Alegría asegura que cualquier agricultor puede utilizar los derivados y Gaamma Derivados los apoya en esta tarea. La operación mínima involucra 10 mil dólares y se pueden comprar o vender futuros.
El especialista señala que una de las grandes ventajas de utilizar derivados es eliminar la incertidumbre en cuanto al tipo de cambio; si el futuro del arroz baja ya no importará en cuánto va a estar el año que entra.
En las operaciones que se realizan a través de derivados existe una cámara de compensación, que toma el riesgo de vendedores y compradores. Es decir, administra la garantía –que aportan los propios participantes–, se convierte en la contraparte.
Por otra parte, Jorge Alegría considera que en México sí es posible pensar en una bolsa agropecuaria como la de otros países, pero al 100 por ciento es un poco ambicioso en el corto plazo. Mexder y la cámara están diseñados, desde el punto de vista operativo y legal, para derivados financieros y no agropecuarios.
Además, en los mercados agrícolas desarrollados la entrega final implica una logística tremenda, requiere bodegas, puntos de entrega, transporte. ¿Dónde entregas 200 toneladas de maíz?
Contratos de futuro
Son instrumentos financieros que permiten fijar hoy el precio de compra y/o venta de un «bien» para ser pagados y entregados en una fecha futura.
Al ser productos «estandarizados» en tamaño de contrato, fecha, forma de liquidación y negociación, hace posible que sean listados en una bolsa de derivados.
