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Dr. Adrián Fernández Bremauntz

presidente del Instituto Nacional de Ecología

Sergio García Sánchez

El presidente del Instituto Nacional de Ecología (INE), doctor Adrián Fernández, es un destacado investigador, consultor, académico universitario y experto internacional que ha asesorado a varias instituciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), por ejemplo, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) o la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sus brillantes conocimientos y participaciones lo respaldan como miembro selecto de la delegación de México en las sesiones de las Conferencias de las Partes de Naciones Unidas (COP) y a nivel personal en Instituciones Intergubernamentales de la talla del Banco Mundial o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Como presidente del INE, cargo que asumió en marzo de 2005, ha sido pionero y promotor de ambiciosos proyectos en las cinco direcciones generales del Instituto Nacional de Ecología: Cambio Climático, Centro Nacional de Investigación y Capacitación Ambiental (Cenica), Economía y Política Ambiental, Contaminación del Aire y finalmente Conservación de Ecosistemas y Especies.

En esta entrevista, el doctor Adrián Fernández Bremauntz nos comparte a título personal, con un gran énfasis por mejorar el potencial ambiental de México, un poco sobre el tema de política climática y las negociaciones internacionales en el camino de Copenhague a Cancún con miras a la presente COP16 en México.

¿Cómo define lo sucedido en Copenhague?

En una evaluación retrospectiva, COP15 no fue exitosa, sin embargo hay cosas rescatables. Los daneses como anfitriones debieron asegurarse más en ser buenos anfitriones en todos los aspectos, ahí tenemos logística. Más tarde, como presidentes de la COP, ellos tuvieron fallas en el sentido de hacia y durante la Conferencia de las Partes, es decir, les faltó habilidad negociadora con todos los países para avanzar en el diálogo. Y peor aún, ante ese escenario donde no tenían ideas ni opciones y mucho menos creatividad, cayeron en la tentación de preparar junto con ciertos países borradores de textos de negociación y acuerdos al margen de la multilateralidad. Esto no quiere decir que esto no se halla hecho antes en algún otro tipo de evento internacional, sino que el reto fue muy alto y si falla, como sucedió en Copenhague, ellos fueron los causantes, porque traicionaron muchos puntos. En resumen, les falló logística, la presidencia de la COP y hubo una pobre preparación hacia cuál debería ser el resultado esperado de Copenhague.

¿Qué fue lo más significativo de COP15?

El Acuerdo de Copenhague que fue redactado por jefes de Estado y que solamente es una carta de intención política, es decir, no es vinculante y sólo se tomó nota de éste. A pesar de ello, el Acuerdo de Copenhague logra recoger y avanzar en puntos sumamente concretos que ahora tienen el reto de verse reflejados en la multilateralidad. Aún no podemos evaluar al 100 por ciento la trascendencia del Acuerdo de Copenhague, porque todavía no llegamos a la reunión de Cancún. Vamos a esperar si se logra reflejar en los textos y acuerdos hacia COP16 lo que claramente está suscrito en el Acuerdo de Copenhague. Ahí lo más importante es la base del límite de 2 grados centígrados para la temperatura global del plantea y el Fast Start Fund (Fondo de Arranque Rápido) con los 30 billones de dólares para los países más vulnerables el lapso 2010-2012, donde México tuvo mucho que ver para lograr dicho objetivo.

¿Cómo visualiza actualmente el camino para COP 16?

Hacia COP16 lo primero que México hizo fue conversar con los daneses y tomar en la práctica el liderazgo de las negociaciones que antes ostentaba Dinamarca. Siguiente punto fue para la cancillería, quien desplegó un gran equipo de negociadores y gente calificada para hacer frente al rol de facilitador y presidente entrante de la COP. Se arma igualmente un comité con gente de la Presidencia de la República, cancillería y Medio Ambiente. La cuestión un tanto anómala que se presenta y que todo mundo sabe es que el presidente Calderón decidió darle a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) el empoderamiento total y completo de la preparación de la COP y esto no habló sólo de lo logístico, sino que es la cancillería, la institución que recibió todo el poder para la última palabra y toma de decisiones sobre cómo llevar el proceso de las negociaciones. En la práctica, y esto es un grave error, es la SRE quien tiene la última línea que no siempre está bien definida entre qué cosa es un proceso, negociaciones de forma, dónde está el fondo, la sustancia y la posición de país. Ahí debería existir una mejor integración para que México pudiera haber seguido teniendo contribuciones de aspectos sustantivos en el camino y no de manera limitada, no obstante dichas contribuciones ahora son de mucho oficio, cuidado y esmero para facilitar las negociaciones y ser ese fair broker (agente justo).

¿Qué pronóstico esperar para Cancún?

México está buscando ser el mejor anfitrión posible. En procedimiento el país está teniendo mucho cuidado; primero para construir confianza, para sumar a todo mundo, avanzar y ser a la luz tanto de todo como de todos, es decir, un justo y honesto conciliador de intereses. El que México desempeñe tal rol, no garantiza éxito en Cancún, sin embargo si no saliese nada de COP16, aun sin cometer errores México, nuestro país habrá concluido en Cancún su tarea como presidente en la práctica en todo momento dejando claro y con mucho mérito el que estuvo a la altura de llevar las negociaciones climáticas de la mejor manera posible. Y si además de eso se logran algunos resultados deseables y realistas, especialmente tanto en deforestación como financiamiento, entonces Cancún va a ser una reunión muy redondeada.

¿Vislumbras factible el objetivo nacional de México, reducir 50% para 2050?

No he visto ningún análisis detallado que sustente una ruta específica de cómo alcanzar dicha meta. El INE participó en ello, tenemos una ruta muy bien identificada de cómo desviarnos hasta 30 por ciento nuestras emisiones respecto a la línea base para el 2020. Seguramente sí hay un avance en los acuerdos multilaterales y cuando se definan la transferencia de los montos para un país como México, entonces podemos pensar cómo llegar a la meta de 2050 sabiendo que nos pagarán costos incrementales, sabiendo que el costo de la nueva tecnología es tal o sabiendo que puedo cambiar mi matriz energética de esta manera. Es prematuro hablar de una ruta detallada al 2050, el INE ha hecho los análisis que permitieron al presidente Calderón plantear con responsabilidad la meta de 2020.

¿Fijar límites concretos y ambiciosos a las emisiones de gases de efecto invernadero es un obstáculo o representa una oportunidad para crecimiento económico y metas de desarrollo en el país?

Si se cambian las reglas a nivel mundial de cuáles son las formas aceptables de producción de bienes de consumo y éste como tal, aunado a que si se van introduciendo mecanismos que den señales a través de precios a todo aquello que tenga una alta densidad de carbono, indudablemente si toda la economía se mueve hacia allá, entonces habrá una alta generación de empleos. Por ejemplo, ahora hay mucha gente que trabaja para compañías que sacan el petróleo y lo refinan; en el futuro no serán ésas las fuentes de energía que vamos a necesitar, entonces hay que ir como lo están haciendo algunas compañías internacionales, a una paulatina reingeniería fundamental, así no se pierden empleos, sino que además se van abrir nuevos campos o áreas para la producción de más energías renovables. Se debe ir de una transición de las cosas que emiten altas cantidades a formas bajas en producción de dióxido de carbono. Finalmente, hay que avanzar y cambiar los paradigmas completos de cómo vivimos diariamente.

¿Qué mensaje final envía a nuestros lectores?

México no ha escatimado ningún esfuerzo financiero, ni de organización para la COP 16. Con tremenda responsabilidad, nuestro país ha desplegado una gran capacidad negociadora para ser el mejor mediador y facilitador posible de los procesos de negociación en la medida que se lo permitan. Se debe ver el último tramo para Cancún y preguntarse qué cosas adicionales a las que ha hecho México deberán intentarse hacer para contribuir activamente a que pueda haber primeros pasos y resultados concretos en la COP 16 reflejados en una o más decisiones que permitan cosechar los avances previamente logrados.

Sergio García Sánchez es internacionalista de profesión y participa actualmente en la Décimo Sexta Sesión de la Conferencia de las Partes (COP16). Su tesis de licenciatura en Relaciones Internacionales se titula: Alemania, el catalizador de la política climática de la Unión Europea.
sergio.garciasz@udlap.mx

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