Energía

Regasificadoras en México podrían ser blanco del terrorismo

La escasez de gas natural en el mundo ha colocado a la economía de Estados Unidos, incluido el dólar, en una situación de grave riesgo, mientras el establecimiento de regasificadoras en México que abastecerán aquel mercado convierten a este país en maquilador de electricidad, se planteó en el foro Importancia del Gas Natural en México y la Geopolítica Internacional organizada por La Jornada y la Casa Lamm.

Participaron en el encuentro los especialistas Rocío Vargas, Alfredo Jalife, Víctor Rodríguez Padilla y Miguel García Reyes. Rocío Vargas alertó al gobierno de México sobre el peligro que representa instalar regasificadoras en su territorio porque serán blanco del terrorismo.

Otro elemento que podría ser tema de discusión, afirmó la investigadora, es que Estados Unidos está haciendo exploraciones en las zonas limítrofes con México y ello podría generar problemas territoriales entre los dos países. El gobierno estadounidense sabe que en el Golfo de México las características geológicas no permitirán un potencial demasiado importante.

Dijo que las opciones más promisorias que tiene Estados Unidos en materia de gas están en Alaska y el norte de Canadá, pero hay problemas de financiamiento para los gasoductos de esas zonas hasta Chicago. A pesar de todo lo que vendrá de esos enormes gasoductos, Estados Unidos sólo podrá cubrir 5 por ciento de la demanda total y tendrá una situación holgada para dos años más.

El gobierno estadounidense, insistió, no ve buenas expectativas respecto al gas natural en México por la incertidumbre política, por los contratos de servicios múltiples y por las diferencias entre regulación secundaria y la Constitución. México, precisó, desempeñará un papel importante como territorio de tránsito de las fuentes de provisión del gas natural licuado que vendrá de otros países. Actualmente se construyen dos regasificadoras en la frontera norte, que abastecerán el mercado californiano, y hay otros siete proyectos, igual que en Canadá.

Víctor Rodríguez Padilla sostuvo que el problema de seguridad energética de Estados Unidos es fundamental. Lo que quieren es que la energía fluya sin importarles el daño al medio ambiente y por eso condenan el activismo del presidente de Venezuela, Hugo Chávez. Cuestionan la integración suramericana y reprueban el aumento del nacionalismo.

Lo que busca el gobierno estadounidense es administrar los flujos de energía de manera planetaria, en coordinación con otras potencias. Se trata de la regulación imperialista de los flujos de energía, además de que van a crear y diversificar las fuentes. Quieren que la energía fluya donde se encuentre y que las compañías nacionales como Petróleos Mexicanos no monopolicen el territorio.

Si hay reservas, agregó, que se desarrollen. Que no se deje para mañana lo que se puede explotar hoy, y si las empresas nacionales no pueden, que se hagan a un lado y dejen entrar a las compañías extranjeras, particularmente las de Estados Unidos. La Casa Blanca no es una empresa petrolera, pero ya se ha visto que defiende los intereses de los empresarios del sector energético.

Rodríguez Padilla, investigador de la UNAM, dijo que Estados Unidos presiona a los países para que acepten y otorguen garantías a la inversión extranjera; que den certidumbre jurídica y fiscal y respeten los acuerdos firmados.

A su vez, Alfredo Jalife-Rahme consideró que en este escenario queda claro que para el 2 de julio la definición es una batalla del destino: o se entrega el petróleo y el gas o a partir de esos recursos creamos un puntal de desarrollo válido, sin pelear con Estados Unidos.

El problema es que con el presidente Vicente Fox no se puede dialogar. No entiende que Estados Unidos se puede caer y el cambio dramático en su política es por el miedo a una devaluación del peso que viene muy fuerte. Hoy le quieren echar la culpa a Andrés Manuel López Obrador.

Hizo ver que ya entramos a la fase de turbulencia de un gran ajuste. Estamos frente a un cambio de paradigma de correlación internacional y vivimos un momento único en la historia de la humanidad, donde la vulnerabilidad de Estados Unidos es el sector energético por el exceso de consumo. Concluyó que en materia petrolera las compañías de Arabia Saudita están en primer lugar; Irán en segundo, y a pesar de Fox y del desmantelamiento deliberado, Petróleos Mexicanos está en tercer lugar.

Fuente: La Jornada

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