Es cada vez más evidente la necesidad de reorientar la manera en que opera la sociedad actual para encaminarla hacia un desarrollo sustentable que, además de reducir impactos ambientales, le asegure una permanencia en el tiempo. Múltiples son los ámbitos en que se presenta esta necesidad, siendo el energético uno de los más importantes, tanto por sus impactos ambientales como por la cada vez más alta dependencia en la energía para el desarrollo de todas las actividades.
La energía proveniente de fuentes renovables como la eólica, minihidráulica, biomasa y solar, entre otras, tiene la característica común de su bajo impacto ambiental, si las comparamos con la energía proveniente de los hidrocarburos, además de que permiten reducir el consumo de recursos no renovables, como son los combustibles fósiles.
No obstante, las energías renovables presentan actualmente algunas limitaciones, como son: su posible dispersión geográfica, para algunas de ellas su intermitencia y, en general, los mayores costos de inversión si se comparan con las tecnologías más eficientes que utilizan combustibles fósiles. Sin embargo, cada vez se conoce mejor su potencial de aprovechamiento, las características de su intermitencia y los costos se reducen de una manera sostenida, haciendo cada vez más viable su uso masivo, particularmente de la eólica; sus costos de operación han pasado de cerca de 1.4 dólares por kWh producido hasta poco más de 0.4 dólares en el presente, costo que es cada vez más cercano a los 0.25 dólares/kWh de la centrales de ciclo combinado.
Aprovechamiento de energías renovables en México y el mundo
Un importante grupo de países desarrollados, entre los cuales se encuentran Alemania, España y Dinamarca, están impulsando una transición energética mundial que, de acuerdo con información de la ISES, podría lograr una generación eléctrica mundial a partir de renovables de un 20 por ciento del total para 2020 y hasta el 50 por ciento para 2050 (International Solar Energy Society, ISES, “Transitioning to a Renewable Energy Future”, 2003).
En México existen potenciales importantes (se estiman en más de cinco mil mW eólicos en La Ventosa, Oaxaca) que se han visto poco aprovechados, principalmente a causa de los altos precios de instalación, la falta de políticas de fomento que incluyan incentivos económicos y la existencia de un marco regulatorio que requiere de más cambios para lograr la promoción de este tipo de proyectos.
Se han tenido avances que incluyen el desarrollo de instrumentos, por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), para la interconexión, compra-venta y transmisión de electricidad generada a partir de renovables; iniciativas para el fomento de estas energías por parte del sector energía y el fortalecimiento de capacidades técnicas necesarias tanto en los institutos de investigación del mismo sector, como por parte de la academia y del sector privado.
Perspectivas en México
La Secretaría de Energía encabeza esfuerzos para facilitar el aprovechamiento de las energías renovables en México, con un énfasis particular en la energía eólica, biomasa, biogás, minihidroelectricidad y solar.
Los principales componentes de esta iniciativa son:
• La creación de fondos para dar incentivos a los proyectos;
• El impulso al desarrollo de proyectos de energías renovables en el sector rural, con una perspectiva de mejoramiento de la calidad de vida e impulso a las actividades productivas;
• La promoción permanente de las energías renovables a través de diversas instituciones del gobierno federal, gobiernos estatales, así como organismos internacionales y de la sociedad civil; y,
• Un programa de impulso a proyectos en las tecnologías especificadas anteriormente.
Estas iniciativas buscan la participación de los actores relevantes de la sociedad mexicana, el énfasis en la creación y fortalecimiento de las capacidades humanas, y la creación de las condiciones para asegurar que el crecimiento sostenido de las energías renovables en nuestro país traiga beneficios económicos y ambientales a la sociedad.
